"La historia esta escrita por los vencedores". Lo hemos escuchado muchas veces y normalmente es verdad. Aunque habría que añadir otra frase: "y por los que no se tienen que preocupar por su subsistencia cada día" es decir la historia que conocemos es fundamentalmente la que nos han contado aquellos que se podían permitir dedicarle tiempo y recursos a escribirla.
En el caso de la Antigüedad en Roma, estamos hablando de un porcentaje muy escaso de población que poseía la práctica totalidad de la riqueza disponible, dejando para la inmensa mayoría de personas unas pocas migas por las que pelear cotidianamente para sobrevivir. Analizando la procedencia y el origen social de las principales fuentes escritas de las que disponemos para el estudio de la historia romana confirmamos esta situación: la mayoría pertenecían a la clase senatorial o a la ecuestre o eran personas a sueldo o dependientes de ambas (como clientes, esclavos, funcionarios, oficiales del ejército, etc)
Ante esta situación surgió en los años 60 una corriente histórica muy interesante que consistía en construir la "Historia desde abajo" (inaugurada por E.P Thompson con un estudio sobre la formación de la clase obrera en Inglaterra) es decir poniendo el foco en esa inmensa mayoría ignorada por las crónicas de los más privilegiados. "Sesenta millones de romanos" puede ser enmarcada en esa tendencia historiográfica. Su autor Jerry Toner, utilizando todo tipo de fuentes (desde Tácito, Heracliano, los Evangelios, San Agustín, etc pero también epigrafía, arqueología, testimonios literarios, grafiti, etc) nos habla de una historia de la no-elite, un término construido en negativo que me ha llamado poderosamente la atención. En esta obra no vamos a leer mucho sobre grandes batallas, senadores o emperadores como Augusto o Trajano. Son 368 páginas dedicadas a campesinos, artesanos, peones, esclavos, mujeres, niños, mendigos, etc. Una infinidad de grupos que compartían una cultura no oficial, una cultura de supervivencia. Me recuerda mucho a "Los olvidados de Roma" de Robert Knapp que sigue esta misma línea.
Me ha llamado la atención lo bien que se refleja el estrés diario tan enorme que supone luchar todos los días por asegurarte la supervivencia( esta palabra va a salir mucho en esta reseña) y las consecuencias negativas que tenía sobre la salud mental de la plebe que a causa de los abusos sexuales, maltratos físicos, pobreza, falta de derechos, etc presentaban frecuentes cuadros de trastornos psiquiátricos que socialmente se achacaban a causas de lo más peregrinas como demonios o "histeria femenina", aplicándoseles a veces remedios brutales como palizas o reducir por hambre al enfermo.
La continua situación de riesgo, en la que estaba esta mayoría social, implicó la creación de prácticas culturales de solidaridad y resistencia diferentes que se manifestarán eternamente en el surgimiento de asociaciones vecinales y profesionales, bandidismo, protestas del público en anfiteatros o circos, festividades, prácticas religiosas, en violencia contra los privilegiados. Incluso las trampas, la holgazanería, la cobardía, la difusión de rumores los considera Toner como herramientas destinadas a oponerse de diferentes maneras a la élite.
Este libro tiene el mérito de buscar nuevos modelos explicativos que nos ayudarán a comprender determinados comportamientos de la plebe romana. Me ha gustado mucho también como nos introduce en la "historia sensorial" reconstruyendo un mundo de sentidos compuesto por olores y sensaciones muy diferente del que tenemos ahora. Otro acierto es el último capítulo en el que se nos cuenta como el cristianismo va produciendo un cambio de mentalidad.
Bueno, dije en el título que sería una reseña breve y me propongo cumplir mi promesa. En conclusión, estamos ante un ensayo en el que no vamos a encontrarnos togas bien limpias y dobladas, a nobles caballeros e ilustres senadores. dando grandes discursos en el Senado Aquí vamos a leer sobre como nos aturdirá el mal olor de las calles, de lo inmundos que eran los burdeles, las tabernas, el desenfreno de algunas fiestas como las saturnalias, las prácticas mágicas que ayudaban a estos pobres, a estos humilliores a tener la sensación de que podían controlar algo de lo que pasaba en el mundo en el que luchaban por sobrevivir.
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Sesenta millones de gracias por las reseñas que nos escribes de estos maravillosos libros. Gracias, de corazón.
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