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viernes, 28 de junio de 2024

CUANDO LAS AGUAS DEL RIN SE TIÑERON DE ESPUMA ROJA. BATALLA DE ARGENTORATUM( 357). LAS CAMPAÑAS DE JULIANO Y VALENTINIANO I EN LA GALIA.


Texto de Federico Romero Díaz

En el 355, nada más ser nombrado César por su tío Constancio II, el joven Juliano fue enviado al norte de la Galia con la misión de recuperar los territorios romanos arrebatados por los germanos al Imperio y reestablecer el limes del Rin. Para ayudarle en su labor Constancio asigno a Juliano a algunos de sus más veteranos generales para que le asistieran en sus campañas. 

Germanos saqueando una ciudad gala( Il. Ken Broeders. Cómic El Apóstata. Yermo Ediciones)

Cuando llegó a la Galia, se encontró con una situación muy complicada. Muchas poblaciones estaban ocupadas por francos o alamanes. Hasta entonces, Juliano había sido un joven estudioso, un ratón de biblioteca que había leído todos los tratados de estrategia militar de la época. Sin embargo, ante sus soldados pronto se mostró como un decidido hombre de acción.

Juliano(( Il. Ken Broeders. Cómic El Apóstata.        
 Yermo Ediciones)

En el 356, Juliano comenzó la reconquista del territorio imperial desde el sur. Llegó a Vienne, que estaba en manos romanas, y desde allí avanzó hacia el norte, llegando a Autun, amenazada por los germanos. A finales de junio, llegó a la ciudad y siguió hacia el noreste, luchando contra las bandas germanas y liberando territorios a medida que avanzaba. 

Tras conseguir una tregua con los francos, centró su atención en los alamanes. Continuó su avance hacia el norte, llegando a Reims y, después de muchos combates, reconquistó Colonia Agripina para Roma. Con la llegada del invierno, se retiró a Sens, donde fue sitiado por los alamanes. Aunque el auxilio de la caballería de Marcelo nunca llegó, Juliano consiguió derrotar a los sitiadores y recibir refuerzos enviados por Constancio II bajo el mando del bárbaro imperial Barbacio.

Campañas de Juliano contra los germanos 356-360. Autor Roger M. Kean

El ejército de Juliano

Los casi 25.000 soldados que acompañaban a Barbacio permitieron a Juliano actuar de manera más agresiva en la campaña del 357. Reconstruyó Bonna y mejoró las defensas de Colonia. Después, trazó un plan con Barbacio para apresar al ejército de la confederación alamana. Los alamanes comprendieron que debían actuar para no ser expulsados de sus nuevas tierras. Entre los líderes alamanes estaban Cnodomario, Vestralpo, Urio, Ursicino, Sumario, Hortario y Serapión. También las fuerzas de Vadomario se enfrentaron a las legiones romanas. Los alamanes reunieron unos 30.000 hombres para enfrentarse a Roma.

Ante tan gran fuerza, la situación era crítica para Juliano, especialmente tras la desbandada de las fuerzas de Barbacio. Juliano contaba con unos 10.000 infantes, de los cuales la mitad eran auxiliares y la otra mitad legionarios, apoyados por unos 3.000 jinetes. Los alamanes, que superaban en más de dos a uno a los romanos, se mostraron arrogantes y exigieron a Juliano que abandonara las tierras que consideraban suyas.

las tropas romanas se preparan para combatir( Il. Ken Broeders. Cómic El Apóstata. Yermo Ediciones)



Los alamanes tardaron tres días en cruzar el Rin con todos sus efectivos, lo cual fue un error táctico que los dejó atrapados entre las espadas romanas y el río. Juliano vio una excelente oportunidad de derrotarlos en un solo enfrentamiento y se dirigió a su encuentro, enviando exploradores a caballo e infantería ligera para proteger los flancos de su ejército durante la marcha.


Escaramuza en la orilla del Rin . Autor G. Embleton

La Batalla de Argentoratum (357)

Al enterarse del cruce del Rin por el gran ejército alamán, Juliano decidió enfrentarlos. Contaba con una escolta de unos 200 hombres a caballo y sus tropas estaban compuestas por las legiones de los Regii y los Primanii, así como por los Hérulos, Celtas y Petulantes. Antes del combate, Juliano exhortó a sus soldados a comer, beber y descansar adecuadamente, pero el consejo no fue bien recibido. Juliano examinó el campo de batalla y ocupó una posición favorable algo elevada, fortificándola y desplegando sus tropas.

El César se colocó a la derecha y Severo, su magister equitum, a la izquierda. En el centro se situó la infantería ligera con la misión de hostigar al enemigo, y detrás de ellos, la legión palatina Regii y los auxiliares bátavos, cornuti y bracchiati. Detrás, a modo de reserva, estaban los 500 catafractos y la legión Primanii, además de hérulos y celtas. Fue una sabia decisión que se mostró efectiva en la lucha.

Despliegue de tropas de alamanes y romanos previo a Batalla de Estrasburgo o de Argentoratum 357, 

Los alamanes, informados de la disposición romana, situaron a su caballería ligera enfrente de la romana, mezclando a sus mejores jinetes con soldados a pie. El rey Serapión se situó en el ala derecha y Cnodomario en la izquierda. El grueso de los alamanes estaba en el centro, con la misión de aplastar a los romanos con su empuje y superioridad numérica.

  La caballería pesada romana vacila.                            
Severo, al mando del ala izquierda romana, detectó una emboscada alamana en un canal cenagoso y detuvo su avance. Tras un intercambio de proyectiles, los alamanes exigieron a sus reyes que descabalgaran de sus monturas para luchar a pie. Todos los reyes alamanes accedieron y compartieron el destino de sus guerreros. En la izquierda, Severo progresaba sin grandes problemas, mientras que en la derecha, la caballería pesada romana se desbandó tras una herida leve a uno de sus líderes y la caída accidental de otro de los jinetes. Juliano logró reunir a sus hombres y enfrentarse de nuevo al enemigo.

Los alamanes lanzaron un poderoso ataque encabezado por Cnodomario, logrando abrir una brecha en las líneas romanas. Sin embargo, los Batavi y los Regii cerraron la brecha, y la primera línea romana quedó reconstruida. Los reyes alamanes, con sus tropas de élite, intentaron nuevamente romper la formación romana, pero los Primanii resistieron "como torres". Los alamanes, cansados y viendo que no podían romper la línea romana, comenzaron a morir en gran número.

Cnodomario lanza un potente ataque frente a las líneas romanas. ( Il. Ken Broeders. Cómic El Apóstata. Yermo Ediciones)

Los alamanes sobrevivientes huyeron hacia el Rin, que se tiñó de rojo por la sangre de los guerreros alamanes. donde muchos murieron ahogados o atravesados por proyectiles romanos. El conteo oficial registró 6.000 alamanes muertos en combate y 2.000 ahogados más, con solo 243 soldados romanos muertos. Cnodomario se intentó esconder, pero fue capturado y enviado a Roma, donde falleció poco después.

Alamanes recibiendo la lluvia de proyectiles romanos

La victoria de Juliano y sus campañas posteriores en la Galia.

La victoria de Juliano demostró el poder de las legiones romanas, incluso en inferioridad numérica, gracias a un buen liderazgo, disciplina y organización. Fue el triunfo más resonante de Juliano, quien fue aclamado como imperator por sus soldados, aunque él rechazó el título.

Aprovechando su victoria, Juliano cruzó el Rin y asoló el territorio enemigo hasta que el miedo a una posible emboscada en una zona demasiado boscosa, lo hizo retroceder. Firmó una tregua con los germanos y, al no cumplir con su promesa de devolver cautivos romanos, Juliano cruzó nuevamente el Rin para liberar a 20.000 cautivos. En el 358, también llevó a cabo acciones contra los francos del bajo Rin, reforzando las defensas romanas y asegurando la frontera del Rin hacia el 360.

Bárbaros se llevan cautivos a provinciales romanos. (( Il. Ken Broeders. Cómic El Apóstata. Yermo Ediciones)

Las guerras de Valentiniano I. La Batalla de Solicinum.

Valentiniano I enfrentó una serie de conflictos con los alamanes tras su llegada al poder. En el 365, los alamanes invadieron la Galia, aprovechando la disminución de los subsidios que el Imperio les abonaba. Derrotaron a Charrito y Severiano, enviados por Valentiniano, y continuaron su avance. En el 366, un ejército romano, al mando de Dagalaifo, también fracasó contra los alamanes. Sin embargo, Jovino, otro general de Valentiniano, consiguió una victoria significativa, capturando a 4.000 guerreros y matando a 6.000 más (Amiano Marcelino, Historia, XXVI, 5, 13).

A pesar de esta victoria, los alamanes volvieron a atacar el limes en el 366 y destruyeron Mogontiacum. Valentiniano reaccionó con dureza, ordenando el asesinato de Viticabio, hijo de Vadomario, y organizó un ejército expedicionario que invadió territorio alamán.

Destrucción de una ciudad romana por los bárbaros. (( Il. Ken Broeders. Cómic El Apóstata. Yermo Ediciones)


La batalla de Solicinium fue una victoria pírrica para los romanos, que sufrieron grandes bajas y tuvieron que retirarse (Amiano Marcelino, Historia, XXVII, 10, 5). Los alamanes destruyeron la principal fortaleza romana en su territorio.

Los alamanes continuaron desafiando la autoridad romana, ahora liderados por el rey Macriano. Tras cuatro años de guerra, y con problemas en otras fronteras, Valentiniano no tuvo más remedio que firmar una paz con Macriano en 369. Esto permitió un periodo de relativa calma en el Rin (Amiano Marcelino, Historia, XXIX, 4, 5).

En resumen, a pesar de los éxitos iniciales de Juliano y las victorias esporádicas de Valentiniano I, la frontera del Rin siguió siendo un punto de tensión constante para el Imperio Romano. La capacidad de respuesta romana y la habilidad de sus líderes militares se pusieron a prueba repetidamente, reflejando la complejidad y los desafíos de mantener la seguridad en una de las fronteras más conflictivas del Imperio.

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