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lunes, 30 de octubre de 2023

REY DE LOS GODOS. ENTREVISTAMOS AL AUTOR SANTIAGO CASTELLANOS

"La novela, sea del tipo que sea, debe emocionar. Los personajes, las tramas, deben atraparnos, seducirnos, emocionarnos. En el caso del tipo de novela histórica, además, se aprende Historia."

Una entrevista de Federico Romero Díaz para Historia y Roma Antigua.

Hoy charlamos con un viejo amigo de historia y Roma Antigua: Santiago Castellanos (Logroño, 1971). Tiene un currículo espectacular.  Es profesor titular de Historia Antigua en la Universidad de León. Doctor en Historia por la Universidad de Salamanca, ha sido Visiting Scholar invitado en la Universidad de Oxford y profesor de investigación por la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos. Como historiador, ha dirigido varios proyectos de investigación del Ministerio de Educación y del de Economía, analizando los cambios en el ocaso del Imperio romano y la Hispania visigoda; ha publicado en revistas científicas, como Journal of Early Christian Studies, Early Medieval Europe o Historical Research, entre otras, ha impartido decenas de conferencias en diversos países del mundo y es autor de capítulos en obras colectivas en algunas de las editoriales internacionales más relevantes. Entre sus ensayos, cabe mencionar En el final de Roma (Marcial Pons, 2013), Constantino. Crear un emperador (Sílex, 2010) o Los Godos y la Cruz (Alianza Editorial, 2007), sobre la conversión del reino visigodo al catolicismo. Sus últimos libros académicos son Los visigodos (Síntesis, Madrid, 2018), Diocleciano y la Gran Persecución (RBA-Gredos, 2018, con edición en Italia, 2019), y The Visigothic Kingdom in Iberia (University of Pennsylvania Press, 2020).

Santiago Castellanos con su nueva novela.
Otra de sus grandes pasiones es la novela, género al que pertenecen obras como Gothia. Muerte en Barcinona o El libro de los crímenes (todas ellas en Ediciones B). Esta Rey de los godos (Edhasa, 2023) lo consagra entre los grandes del género.

Santiago, muchas gracias por dedicarnos tu tiempo. En tu nueva novela aparecen, mezclados con personajes de carácter ficticio otros reales de un calado histórico enorme, por ejemplo los hermanos Leandro e Isidoro de Sevilla. ¿Cuál fue su trascendencia cultural y política?

Leandro es una muestra de la implicación política de los obispos de esa época. Hay que tener en cuenta que los obispos se habían convertido en líderes ciudadanos en el Imperio romano tardío. Cuando los reinos bárbaros se consolidan en Europa, los prelados católicos seguían manejando multitudes, liturgia que les colocaba en el centro del espectáculo (procesiones, grandes celebraciones), y un escenario sagrado que salpicaba iglesias y oratorios dentro y fuera de las murallas de las ciudades. Disponían de importantes patrimonios económicos y controlaban donaciones por acceso a los espacios funerarios. En fin, se trataba del principal poder institucional local en la Europa del momento. Leandro se va a implicar en política. Se va a mojar, digamos. Y hasta las cejas. Apoya a Hermenegildo, hijo de Leovigildo y hermano de Recaredo. Viaja a Constantinopla, la capital del Imperio romano de Oriente, para buscar apoyos al bando rebelde. Pero después, cuando este bando pierde y Leandro regresa a Hispania, participará directamente en el concilio III de Toledo ya en época de Recaredo, su antiguo enemigo. Aunque, eso sí, se guarda alguna cartita en la manga y no citará a Recaredo en ningún momento del discurso. Su hermano, Isidoro, le sucede en la cátedra episcopal hispalense hasta su muerte en 636. Sigue la senda de compromiso político de su hermano con los reyes del primer tercio del siglo VII, y multiplica otra tarea de Leandro: la composición de obras religiosas, teológicas. Pero también escribirá sobre otras cosas, incluyendo la Historia. Isidoro es uno de los principales personajes áulicos de la Europa del siglo VII y, acaso, el autor más leído gracias a las copias que circularon de sus obras.

¿Qué eventos históricos destacados se abordan en tu nueva novela?

El principal es la consolidación del reino godo en Hispania en el siglo VI. Y un momento esencial como es el de la conversión del reino godo al catolicismo. Este último forma parte del primero. Una vez que los reyes godos anteriores, a pesar de sus guerras civiles, lograron ampliar el control territorial en casi toda Hispania, Recaredo pacta con los obispos católicos y se convierte él mismo y, finalmente, su reino. Todo esto albergó muchas contradicciones y grietas, que son la base histórica de la creación literaria en mi novela.

Emérita Augusta, antigua capital de la diócesis romana de Hispania desde el siglo III, tiene un papel muy importante en un relato que sucede ya en la segunda mitad del siglo VI y principios del VII ¿Cómo era Emérita en aquella época, qué edificios conservaba de su pasado romano y cómo se organizaba internamente?

En la novela se menciona ese pasado importantísimo de la ciudad. Había sido sede del vicarius Hispaniarum, algo así como el jefe del tinglado burocrático del Imperio romano tardío en el conjunto de las provincias hispanas. Sabemos que ya a finales del siglo V, poco antes del inicio cronológico de mi novela, las murallas y el puente habían sido restaurados. La ciudad cambia mucho en época visigoda. Gracias a las excavaciones arqueológicas actuales (y menciono bibliografía en la Nota de autor al final de la novela) sabemos que las calles se estrecharon, los corrales invadieron antiguas domus y espacios de representación pública como el foro. Se habían comenzado a expoliar ya el teatro y el anfiteatro, y, lo que es muy relevante por su recorrido posterior: la ciudad ya contaba con iglesias en su interior y en el suburbium. La iglesia catedral, sede del obispo, no sabemos exactamente dónde estaba, pero sospechamos que bajo la actual o en ese entorno que hoy se conoce como Plaza de España. Y, por supuesto, extramuros se ubicaba el complejo de Santa Eulalia, uno de los espacios más mencionados en la novela.

representación del puente romano de Emerita Augusta.

En Rey de los godos se hace mención y juegan un papel destacado varios obispos, tanto de Emérita (Masona, Paulo o Fidel) o de Toledo como Eufemio ¿Cuál era el papel que jugaban estos cargos de la Iglesia en las ciudades del Reino visigodo de Toledo? ¿Tenían autoridad suficiente como para enfrentarse al mismo Rey?

Lo decía antes. El papel del obispo como líder religioso, pero también en otras vertientes, viene desde el Imperio romano tardío. Insisto en que controlaban grandes patrimonios, tanto inmuebles como muebles, incluyendo esclavos. Pero además articulaban, a través de la liturgia, los ceremoniales públicos que discurrían por esos escenarios que antes os comentaba, tanto dentro como fuera de las murallas. Esto no quiere decir que no tuvieran rivales y enemigos, tanto dentro del clero como fuera de él. Los abades de monasterios y los domini o grandes propietarios tenían sus propios intereses, y el control de las rentas de las iglesias y oratorios, esencialmente, los solía enfrentar a menudo. En cuanto a la dimensión política, algunos de ellos sí tuvieron más influencia. Leandro e Isidoro, desde luego. O Masona, que es capaz de enfrentarse nada menos que al mismísimo Leovigildo, el auténtico arquitecto de la consolidación del reino godo en Hispania. Sobre esa base histórica, que descansa en nuestras fuentes empíricas, la novela ofrece una dimensión literaria de estos conflictos por los que preguntas.

Otro de los personajes históricos de la novela es Gosvinta, mujer de dos reyes godos, madre de reinas de francos y madrasta de otro futuro rey, Recaredo. Mucho se ha hablado de su temperamento y de su importante papel en la política del reino, prácticamente durante toda su vida. ¿Estamos ante la mujer más importante de la historia de los godos?

Creo que sí. Sin embargo, en mi novela no es eje de la trama. Porque, a mi modo de ver, y he estudiado sobre ella desde 1994 (algo ha llovido, sobre todo últimamente -ríe-), las decisiones finales no las tomó ella. Es cierto que es eje de un engranaje dinástico y diplomático. Dinástico porque había estado casada con el rey Atanagildo. Sus hijas, Galsvinta y Brunequilda, son casadas con dos reyes francos merovingios, con muy desigual destino. Desigual porque la primera fue liquidada y la segunda sí se consolidó en uno de esos reinos. De hecho, su hija Ingunda (por tanto, nieta de Gosvinta) se casa con Hermenegildo. Todo esto puede sonar un poco a Falcon Crest (para los que somos ya mayores jajaja) pero tiene esa otra versión diplomática que anunciaba. Estamos hablando de diferentes reinos de la Europa del siglo VI, el siguiente a la desaparición del Imperio romano de Occidente. Y estos matrimonios tienen una clave diplomática esencial. En el caso de Ingunda, alguna fuente desde el mundo franco merovingio (Gregorio de Tours) le atribuye el papel determinante en la conversión de Hermenegildo al catolicismo y en la rebeldía contra su padre. Pero otro Gregorio, Gregorio Magno, obispo de Roma, se la atribuye a Leandro, del cual, a la sazón, era amigo. A Gosvinta ese mismo Gregorio de Tours le coloca en escenas dramáticas con respecto a su nieta, y todo eso le ha dado mucha, digamos, prensa a Gosvinta.

Muerte de Galsvinta de Eugene Philistrae

Sisebuto, otro de los personajes de la novela, es uno de los reyes godos con mejor “prensa”, sin embargo, no solo hubo cosas buenas durante su reinado, era un monarca de una extraordinaria cultura, sin embargo, se le achaca la toma de decisiones drásticas con respecto a los judíos. ¿En qué consistieron?

Básicamente en ciertas prohibiciones, como tener esclavos cristianos, también cualquier proselitismo, o incluso se les cercenaron sus lazos con sus dependientes. Piénsese que era una sociedad en la que existían estas dos cuestiones, la esclavitud y las dependencias personales, es decir, los encomendados a un poderoso, eran auténticas mallas sociales y bases de poder. Pero lo más llamativo, ya avanzado su reinado, fue la orden para conversiones forzosas de los judíos. No sería la última vez en la que ocurrieran esas cosas. También antes Recaredo los había hostigado, aunque Sisebuto va, desde luego, un paso más allá. Isidoro, que no los soportaba y escribió cosas contra ellos, es, sin embargo, y a pesar de su amistad con el rey, ciertamente crítico. En algunas de sus obras menciona, por decirlo de algún modo, que no le parecía lo más adecuado: al menos, las conversiones forzosas. En todo caso, la cuestión judía iba a ser recurrente en la historia del reino.

Arrianos y nicenos, godos e hispano-romanos. A esas alturas, casi en pleno siglo VII, esas divisiones se estaban difuminando cada vez más hasta dejar de ser un problema real o seguían siendo un factor de división en el seno del Reino.

Es un asunto axial en la novela. En el mundo tardorromano había cristianismos, más que cristianismo. Distintas interpretaciones sobre el mensaje de Jesús, que no escribió nada. Lo que llamamos arrianismo era, en esencia, el cuestionamiento de la divinidad de Jesús sobre la base de que había sido creado al ser Hijo. Y, si había sido creado, sostenían los arrianos, hubo un momento en el que no existió. La conclusión, según esa interpretación, es que no podía ser divino, puesto que la divinidad es atemporal. Los godos eran mayoritariamente arrianos, y los habitantes de Hispania y, en particular, los dos grandes poderes existentes, domini (grandes propietarios) y obispos católicos, estaban en el otro lado. Hubo conflictos de identidad, y también por el control de las iglesias y de sus rentas. Al final, las decisiones que condujeron a la conversión global del reino y de los godos eliminaron esa disyuntiva.

Otro de los personajes de la novela es Witerico ¿Podemos considerarle como el prototipo del conspirador?

De creer la versión de la hagiografía de Mérida, sí. Pero no debe sorprendernos. Aunque es cierto que el caso de Witerico nos llama mucho la atención porque… ¡terminó siendo rey él mismo, años después! Los magnates godos participaban con frecuencia de estas conjuras, de unas tenemos constancia y de otras muchas seguramente no. De creer esa versión, participó en la conjura contra Masona, en última instancia contra Recaredo, pero se echó para atrás y colaboró con el bando oficial. Es un episodio muy llamativo, repleto de interés literario, que he recreado en la novela. Nos permite descender al foco local, para ver cómo la política se jugaba en las grandes decisiones de un Leovigildo o de un Recaredo, pero también en los escenarios locales en los que la partida por el poder también se estaba disputando.

Como hemos comentado al inicio de la entrevista eres un hombre muy polifacético, profesor universitario de historia, autor de numerosos ensayos, conferencias, novelas, artículos, etc. Como persona procedente del ámbito académico y a la vez dedicada a la divulgación (con mucho éxito por cierto) ¿Crees que las novelas históricas son válidas como herramienta de divulgación o debemos considerarlas como un simple entretenimiento?

Sí, me adhiero a tu primera propuesta. Aunque debo hacer una salvedad. La novela, sea del tipo que sea, debe emocionar. Los personajes, las tramas, deben atraparnos, seducirnos, emocionarnos. En el caso del tipo de novela histórica, además, se aprende Historia.

Tu obra se desarrolla una época particularmente convulsa. ¿Qué paralelismos, qué enseñanzas podemos extraer para actuar en este presente tan complicado que nos ha tocado vivir?

Por mi profesión, Profesor de Universidad en Historia Antigua, soy muy cauteloso en este aspecto. No creo que la Historia se repita. Pueden repetirse procesos, ciclos, cuestiones concretas, pero no la Historia como tal. Las distancias cronológicas son tremendas. Pero de lo que sí estoy convencido es de que en la Historia, estudiándola, conociéndola o, simplemente, acercándonos a ella a través de las personas que también divulgamos, podemos aprender a ser ciudadanos críticos. A entender nuestro presente, los conflictos que nos rodean. Comprender y explicar son los dos verbos claves, a mi juicio, para estudiar Historia. Y eso sí es aplicable a nuestro presente.

¿Cuál es el nuevo proyecto de Santiago Castellanos?

Sí, estoy trabajando en un par de proyectos: uno de ficción y otro de no ficción, pero hasta aquí puedo leer (ríe). A su debido tiempo iré dando información en mis redes sociales, @biclarense. En este momento estoy centrado en la promoción de REY DE LOS GODOS, que espero que guste muchísimo a los amantes de la Historia y de la Novela Histórica. Envío un saludo muy cordial a todos tus lectores. 


Pues muchas gracias por tu tiempo Santiago, quedamos a la espera de tus nuevos proyectos y mientras tanto, a aprender y disfrutar con Rey de los godos ( Pinchando sobre la foto puedes enlazar para saber más sobre la novela o empezar a leerla).


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