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jueves, 31 de mayo de 2018

ALEJANDRO. EL HOMBRE QUE CAMBIÓ SU MUNDO PARA SIEMPRE.


RESEÑA A LOS TRES NÚMEROS QUE DESPERTA FERRO HA PUBLICADO SOBRE EL PERSONAJE.

Escrito por Federico Romero Díaz.

Alejandro III de Macedonia, Megas Alexandros, Alejandro Magno. Son diferentes maneras de llamar a una de las figuras más admiradas por muchos y también más discutidas por otros de la Historia. Lo que si que no se puede discutir es que tras su muerte, a pesar de la disgregación de sus conquistas territoriales bajo diferentes gobiernos, la cultura helénica se expandirá desde las orillas del Indo por Oriente, hasta los confines de Hispania por Occidente. Cayo Julio Cesar, muchos años después, llorará en Gadir( Cádiz) ante una estatua de Alejandro, en el templo fenicio de Melkart.

Como siempre he de felicitar a Desperta Ferro por el ejercicio de alta divulgación que ha demostrado a lo largo de estos tres números, profundizando al máximo en las cuestiones tratadas con todo el rigor al que nos tienen acostumbrados pero sin renunciar a lo narrativo, a contarnos de una manera amena la historia.

No me quería olvidar y felicitarles por la excelente elección que hacen de sus ilustradores como Sandra Delgado, Milek Jakubiec, Sean O Brogain, Radu Oltean, etc. su obra es como una ventana que nos comunica con el pasado.

Pasemos a analizar el contenido de los, hasta ahora, tres tomos sobre Alejandro.

1º.Alejandro Magno(I)- De Pella a Issos.

Alejandro corta en famoso nudo gordiano.


En la primera entrega se comienza con "Los inicios del reinado de Alejandro III de Macedonia" escrito por Adolfo J. Dominguez Monedero. Son tiempos difíciles. Muchos en Iliria y en Grecia piensan que tras el asesinato de Filipo II, Macedonia se ha vuelto débil. Alejandro les mostrará, tanto a sus enemigos internos como a los externos que se equivocan. Tras acallar la oposición en Grecia y Tracia, Alejandro pasa a Asia Menor y destroza al ejército persa reunido para hacerle frente en la Batalla del Gránico, que Alberto Pérez Rubio nos describe en un artículo muy entretenido en el que se nos dan todas las claves del triunfo del macedonio. Ya nadie puede frenarle, así que llega el momento de conquistar Asia Menor. En Éfeso las tropas de Alejandro son recibidas como libertadores, y así será en casi todas las ciudades de su camino hasta llegar a Mileto y Halicarnaso, lugar de refugio de algunos militares persas que, forzaron el asedio de ambas ciudades, que nos es narrado en el artículo de Borja Antela-Bernardez en el que destaca un estupendo mapa del sitio de Halicarnaso. Tras analizar en un curioso artículo de Pierre O. Juhel si la falange macedónica debe su creación exnovo a Filipo II de Macedonia o si por el contrario es posterior, llegamos a un nuevo artículo que contrapone las figuras de Alejandro y Darío en el momento de la Batalla de Issos. Debo decir que no me canso de admirar la ilustración a dos páginas de Milek Jakubiec, inspirado en el mosaico encontrado en Pompeya en la Casa del Faro, que es a su vez una copia romana de una pintura helenística posiblemente realizada por el famoso pintor Apeles o por Filoxeo de Eretría.

Alejandro trata de alcanzar a Darío en la Batalla de Issos. Milek Jakubiec

Nikolas Sekunda en su artículo "El ejercito aqueménida" describe la organización y composición del ejercito que se oponía al comandado por Alejandro. Por último, tras otro artículo en el que Alexander K. Nefedkin nos da las claves de la batalla de Issos , nos encontramos con la sorpresa de una entrevista al conocido historiador Adrian Goldsworthy, todo un lujo.

2º- Alejandro Magno(II)- De Tiro a Siwa.

El número comienza con una excelente ilustración de Alejandro siendo herido por la flecha de una máquina de asedio. Un proyectil tan potente que fue capaz de atravesar su escudo y su coraza hiriéndole de importancia. 



En "Un coloso con los pies de barro", Nicholas Sekunda en el que describe la organización interna del Imperio persa. Me ha gustado especialmente la parte en la que se describe el eficaz sistema de calzadas que unían las diferentes zonas de un imperio tan extenso. Sobre todo me ha sorprendido que algunas de ellas estuviesen asfaltadas. Esta claro que no hemos inventado nada. El mismo autor nos describe a Amintas el general mercenario griego que al frente de un nutrido grupo de soldados, en medio del caos provocado por la guerra aprovechó para hacerse con el control de gran parte de Egipto, aunque será por un breve espacio de tiempo. Hay un artículo fantástico y escrito con especial cariño sobre el cuerpo de los hipaspistas y su trayectoria durante la vida de Alejandro y tras su muerte que merece mención aparte y del que prometo escribir largo y tendido. Tras su lectura comprende uno la desesperación de estos soldados, muchos ancianos ya, a los que no se les permitió volver a sus hogares y que vivieron toda una vida de guerra.



Por fín la revista llega al asedio de Tiro de la mano de otro excelente artículo de Alberto Pérez Rubio, que nos narra el conocido y cruento episodio añadiendo detalles no tan conocidos como el papel de los mechanikoi, dirigidos por Pólido de Tesalia, jefe de ingenieros de Filipo II y después de su hijo Alejandro III. El mapa del asedio de la ciudad, obra de Jorge M.Corada, es sencillamente magistral.




En el siguiente artículo "El nacimiento de una nueva Grecia" Ian Worthington trata un tema en el que los aficionados a la historia pensamos poco. ¿ Y mientras tanto en Grecia que pasa?, la respuesta es sorprendente: Grecia experimenta un periodo de prosperidad económica y tranquilidad política. Tan solo la rebelión espartana en el 331 a. C y la Guerra Lamíaca, justo tras la muerte de Alejandro fueron los breves episodios que el macedonio Antípatro, encargado por Alejandro del gobierno de Grecia, resolvió sin grandes problemas. Tras la conquista de Tiro Alejandro penetra en Egipto, nos lo cuentan en un artículo de Alan Lloyd. Allí las tropas de Alejandro son recibidas como libertadores y la conquista del país se hace casi incruentamente ya que la desmoralizada guarnición pero no será rival para el potente ejercito que acompaña a Alejandro. El macedonio fundará Alejandría, visitará el oasis de Siwa, sede del famoso oráculo donde es proclamado hijo de Zeus y tras poner en orden los asuntos de Egipto pondrá sus ojos de nuevo en Persia, donde Darío III está preparando un gran ejército para plantarle cara de nuevo. El número finaliza con otro artículo titulado "Alejandro Magno y la religión" de Adolfo Domínguez Monedero.



3º- Alejandro Magno(III). Gaugamela

Con las ciudades de la costa asiática y Egipto aseguradas, Alejandro mira de nuevo hacia la Persia de Darío III que de nuevo está reuniendo un gran ejercito para enfrentarse a Alejandro en Gaugamela, la nueva derrota del persa generará una larga persecución de Darío por los rincones más remotos de su imperio que en "Tras el trono de Persia, una persecución implacable" nos describe Mario Agudo Villanueva. En el artículo siguiente se vuelve al campo de batalla en Gaugamela para explicarnos el uso de "armas combinadas" "en las que Alejandro se mostró como todo un maestro. En el articulo de "A sangre y fuego. Las campañas de Asia Central" de Borja Pelegero Alcaide se nos narran las peripecias en las que se vio envuelto el macedonio en sus provincias más orientales luchando en un nuevo tipo de lucha  frente a enemigos que practicaban la guerra de guerrillas, a las que el macedonio respondió con la destrucción de los asentamientos y núcleos urbanos. La ilustración de Milek Jakubiec es preciosa.
Tropas escogidas de Alejandro escalas hasta lo alto de la Roca Sogdiana


Llegados a este punto llegamos al que ha sido mi artículo favorito de todos los hasta ahora publicados en esta serie dedicada a Alejandro: "Los mariscales de Alejandro" de Waldemar Heckel.  En el se nos cuenta como casi todos los grandes generales de Alejandro acabaron sucumbiendo en las batallas, represiones de diferentes conspiraciones y luchas inmediatamente posteriores a la muerte de Alejandro. paradógicamente serán generales más de segunda línea como Tolomeo, Seleuco o Antígono los que acaben creando dinastías y gobernando los territorios en los que se dividirá su enorme Imperio. Tras la lectura del artículo no puede uno dejar de lamentarse por la muerte del viejo general Parmenión que tras toda una vida de servicio a Filipo II y a su hijo Alejandro III acabará siendo ejecutado pagando las culpas de su hijo Filotas, que si que estaba envuelto realmente en una conspiración contra el rey.

Imagen del viejo general Parmenión


El último artículo "Alejandro, el tirano" por Borja Antela Bernardez nos muestra el lado oscuro de Alejandro, responsable de la muerte, el saqueo y la esclavización de miles de vidas de personas que pagaran bien caro sus sueños de grandeza del macedonio. La ilustración de Sandra Delgado que describe el momento en el que en medio de un banquete decide destruir Persépolis en venganza a los daños causados por los persas en Grecia es sencillamente magistral y muy evocadora.





A modo de conclusión debo decir que los tres números de la revista Desperta Ferro sobre Alejandro III de Macedonia son imprescindibles para tener una buena comprensión de la época de sus conquistas y para conocer tanto las motivaciones del macedonio como el desarrollo físico de sus campañas. El perfecto equilibrio entre rigor en la divulgación y amenidad en la lectura ha sido de nuevo alcanzado. ¡No os perdáis estas revistas sobre el Magno. Merecen la pena! .



https://www.despertaferro-ediciones.com/revistas/numero/47-alejandro-magno-iii-gaugamela/












lunes, 28 de mayo de 2018

"NO CON ORO SINO CON HIERRO SE LIBERA LA PATRIA". ¿QUIÉN FUE MARCO FURIO CAMILO?

 Por Manuel Martínez Peinado.

“Marco Furio Camilo derrota a los galos” Mariano Rossi

"Vere vir unicus in omni fortuna, princeps pace belloque" escribía Tito Livio tres siglos más tarde sobre él. “Único en toda fortuna, el primero en la paz y en la guerra” sería una traducción más bien literal, pero que viene al caso; pues pienso que Livio se refiere a la fortuna, no como hoy la entendemos, solo con carácter positivo, sino también al contrario. Camilo fue único en todo tipo de suerte; tanto en lo bueno como en lo malo.

 Plutarco lo describe en sus “Vidas Paralelas” como un hombre inteligente, capaz de lograr la máxima autoridad aun estando solo, o la gloria individual aun estando acompañado. Como principales virtudes cita su moderación, por la que mandaba de un modo que no suscitaba envidia, y la prudencia, que a juicio de todos le daba el primer lugar. Muchos años más tarde, ya en los albores de nuestra época, el premio nobel Theodor Mommsem lo cita en su “Historia de Roma” como el general más famoso de la ciudad y, de igual modo, George Dumezil en su “Camillus. Un estudio de la religión indoeuropea como "Historia de Roma” lo disecciona como mito, como icono, convirtiéndolo en el héroe solar por antonomasia de la historia romana, el héroe de Aurora, del amanecer romano.

 Lo cierto es que no sabemos con exactitud quién fue Camilo. Su época nos llega narrada por autores que escriben muchos años después de sus hazañas. Como un Mio Cid, el héroe cabalga entre la realidad y la leyenda, haciendo casi imposible distinguir la una de la otra en la compleja maraña del tiempo. Con certeza sabemos que entre los siglos V y IV a.C. existió un tal Marcus Furius Camillus que ostentó cinco veces el cargo de "dictator". Ocupación sin duda muy diferente al modelo que hoy nos ronda la cabeza y que, en contra de lo que nos sugiera la palabra, era toda una responsabilidad en la joven República de Roma de aquellos años. El dictador era nombrado por uno de los cónsules a petición del senado y del pueblo cuando la situación era desesperada. Roma estaba en peligro y hacía falta un héroe que tomara las riendas de la situación. Una vez se resolvía el problema el dictador abandonaba el cargo y por regla general no volvía a ostentarlo. Solo algunos casos rompieron esa regla; César lo ostentó en cuatro ocasiones, y ahí lo dejo.

El Senado lo nombraría "Conditus Secundus Romae" (Segundo Fundandor de Roma) un honor que solo Rómulo había portado y que lo reconocería como el más importante entre sus conciudadanos. Ningún otro había llegado donde Camilo ni había conducido Roma de aquella forma en esos tiempos primigenios que, sin duda, forjaron los cimientos de la que sería llamada siglos más tarde “La Ciudad Eterna”.

De su infancia no queda rastro alguno. Solo sabemos que pertenecía a una gens conocida como furii -los furios- que habían ostentado puestos de relevancia ya en el siglo anterior a su nacimiento. De su cognomen, Camillus, podemos extraer que o bien ejerció como tal -los camilos eran algo así como el equivalente romano a los monaguillos en la religión católica- y por eso adoptó ese apodo o bien lo adquirió de algún antepasado suyo del que no queda constancia. De su adolescencia, igualmente, es casi nada lo que sabemos. Ostentó el cargo de censor, de reciente creación, como recompensa al parecer por su valentía y arrojo, tras permanecer en una batalla después de ser herido en la pierna y mantenerse firme. Se recuerda de aquellos años su medida de obligar a los hombres solteros a casarse con las viudas, cuyo número, tras las incontables guerras contra equos, volscos, veyenses y faliscos, se había visto muy incrementado en la ciudad. Después volvemos a tener silencio histórico durante años y la vuelta al poder ya convertido en tribuno consular(1) durante la larga contienda contra la ciudad etrusca de Veyes. Ostentaría este cargo en varias ocasiones, significándose siempre, antes de que finalmente el senado lo nombrara dictador.

Para cuando Camilo llegó a la dictadura, hacia el 396 a.C., Roma llevaba ya diez años de guerra ininterrumpida en la que tuvieron por primera vez que asediar una ciudad pasando el invierno fuera de sus casas. Este fue, como podrán imaginar, un acontecimiento sin duda histórico y que trajo no pocos problemas internos en una época en la que la guerra solo se hacía cuando tocaba, que no era durante los meses fríos, en los que se dedicaban más a otros menesteres más cálidos que andar asediando otras ciudades teniendo que aguantar las frías noches invernales, mientras el enemigo descansaba en sus casas, resguardado tras sus muros.

Pero no pudo el Senado Romano acertar más en su elección; pues, al poner el mando en manos de Camilo, prodigios aparte(2) , la guerra estaba sentenciada. Venció primero a los aliados de Veyes, los Capenates y Faliscos, obligándoles a retirarse a sus ciudades, reforzó el cerco sobre la ciudad etrusca y la tomó al asalto, llevándose tesoros, trofeos e incluso a su diosa regente, Uni (Juno), a la que dedicaría un templo en Roma.

De esto último cabe destacar su palpable simbolismo. Camilo se lleva a Juno de su casa (Veyes) hasta la suya (Roma). Poco antes, cuando es elegido dictador, se encomienda a la Mater Matuta, diosa del amanecer a la que se identifica con otro de los rostros de la propia Juno. Emulación del rapto de las sabinas, reminiscencia del marido tomando a su esposa y llevándosela de su antigua casa a la suya propia, tal cual formaba parte del ritual romano de la confarreatio o singular juego místico o divino, son muchas las interpretaciones que de este hecho pueden hacerse y se han hecho ya.

Historia de Hércules – Juno y Hércules Nöel Coypel
Con aquella victoria Roma duplicaba por vez primera su ager, su territorio, y se convertía en la primera potencia de la península, por encima del resto de ciudades etruscas, latinas y griegas. Dedicó también, por aquel entonces, un templo a la diosa Fortuna que, como ya hemos dicho, no siempre le devolvió la sonrisa. Tras llegar a lo más alto, y quién sabe si no por sentirse esta diosa celosa de que, pese a los cuidados que le dispensó, hubiera elegido Camilo a Juno en su lugar, le sobrevino una de sus peores épocas. Se le había concedido un triunfo como recompensa indiscutible por su victoria y fue sin duda aquel triunfo el más sonado de la historia de Roma. Camilo apareció montado sobre una cuadriga tirada por cuatro caballos blancos, una prerrogativa única de Júpiter Óptimo Máximo como así se podía contemplar por aquel entonces en el frontón de su templo en el Capitolio. Aquel gesto sirvió de acicate para que sus enemigos comenzaran a porfiar, aduciendo que aquel no solo se creía ya rey, sino dios. A esto, pues nunca vienen solas las desgracias, se sumaron también acusaciones de malversación -ya ven que esto no es nada nuevo- y otros muchos problemas que pese a todo Camilo lidió, tal vez engulléndolos y escupiéndolos después, como dice la famosa canción que entonaba Sinatra.

“El triunfo de Camilo” Cecchino Del Salviati
 Derrotó también a los faliscos, solo que esta vez no por las armas, sino como consecuencia del honor mostrado cuando, durante el asedio a la ciudad, le fueron entregados un grupo de niños de nobles familias de mano de su tutor. Lejos de aprovechar aquella deshonrosa ventaja, desnudó y ató al hombre, armó a los niños con varas y los hizo devolver a la ciudad mientras las usaban en las nalgas del traidor (Roma no pagaba ya a traidores por aquel entonces). Los ciudadanos de Faleria conmovidos y admirados por aquel noble gesto, mandaron enseguida embajadores para poner fin a la guerra con Roma y se unieron al cada vez mayor grupo de ciudades aliadas, sobre las que, si hacemos caso a Niccoló di Maquiaveli, sustentaría la República Romana su futuro poder.

En cuatro veces más sería nombrado dictador. La segunda, tal vez la más importante, incluso haciéndolo retornar del exilio al que se había visto obligado cuando sus enemigos lo acusaron de enriquecerse con sus victorias. Roma volvió a llamar al héroe exiliado para salvar la ciudad en uno de los pocos momentos de absoluta vulnerabilidad que tendría a lo largo de su extensa historia. Una coalición de tribus de más allá de la Etruria, venidos del norte al parecer atraídos por el vino de Italia, los galos, habían atacado varias ciudades etruscas. Hecho que Roma, en su actual papel de potencia, no podía tolerar y acudió en ayuda de aquellas en calidad de “el más duro del barrio”. Pero la bravuconada le saldría cara, pues los galos, a los que nunca antes se habían enfrentado y cuyo estilo de batallar nada tenía que ver con lo que Roma hubiese conocido hasta la fecha, les vencieron totalmente en la batalla del Alia, río que desemboca en el Tiber, y siguieron avanzando hasta llegar a la ciudad, que aunque avisada no tenía ya capacidad para poder defenderse. Los romanos no pudieron sino hacer las maletas, tomar lo más importante y largarse, con la única excepción del Capitolio, donde quedaron algunos valientes que resistieron impotentes a la toma del resto de la ciudad.

 Llegados a esta situación de máximo infortunio, como imaginarán, tuvieron necesidad de su más importante héroe de nuevo. Fue llamado Camilo y respondió. "Non aurum sed ferrum liberanda patria est" –no con oro sino con hierro se libera la patria- dicen que le dijo a Breno, el líder galo, que poco antes, cuando el senado romano le había recriminado hacer trampas en el trato para liberar a la ciudad, se había jactado con aquella frase que con posterioridad sería famosa en Roma y en el mundo entero: Vae Victis -¡Ay de los vencidos!-, justo antes de expulsarlo de la ciudad y vencerle luego, al amanecer, como correspondía a su sino. Tras estos hechos y bajo su mando, Roma fue reconstruida, levantados de nuevo sus templos y edificios que habían quedado destruidos o mancillados, así como sus mismos muros, de los que hoy aún permanece algún resto arqueológico y que son llamados Muro Serviano por la tradición, pese a que fue Camilo y no el viejo rey quien los construyó.

“Camilo rescata a Roma de Breno” Sebastiano Ricci

Su última dictadura le aconteció ya anciano. Había salvado Roma varias veces del desastre y una vez más se le pedía que lo hiciera ante la llegada de los pueblos celtas por el norte. Como es de esperar, aquello pondría los pelos de punta a los ciudadanos que recordarían cómo la última vez, y pese a que finalmente consiguieran expulsarlos, aquellos invasores les habían tomado la ciudad casi sin despeinarse. Pero esta vez fue muy diferente, porque entre otras cosas Camilo había reformado el ejército romano, que no sería ya jamás el clásico ejército hoplita que en aquella época era común a la mayoría de los pueblos versados en el arte de la guerra. Ya se hablaba de manípulos, hastati, princeps y triarii. El ejército romano, para adaptarse a sus nuevos enemigos, se había reorganizado, había copiado lo que más le gustaba de sus numerosos adversarios y había innovado, como siempre hizo y haría con el paso de los tiempos, constituyendo el germen del que sería el más poderoso ejército que hollara la tierra.

Camilo volvió a derrotar completamente a sus enemigos, y ya cansado, volvió a Roma para poner fin a la última de las guerras. Aquella que había desangrado la ciudad por dentro y que desde hacía siglos venía reproduciéndose año tras año: la guerra entre órdenes. Pues Camilo, aún con sus poderes de dictador, y pese a no haber sido nunca afín a la causa plebeya, terminó aquella contienda convenciendo a unos y a otros en el Senado de la importancia de no discriminar a toda una parte de la sociedad que, pasado lo pasado, era tan romana como la otra. Consintió la mayoría ante las palabras del viejo general y les fue permitido a los plebeyos concurrir en igualdad de condiciones al cargo de cónsul. Así, por vez primera, fue elegido uno de entre la plebe para ocupar la sella curulis del cónsul junto a un patricio. Para conmemorar aquellos hechos, y siendo esta su última acción, dedicó un templo a Concordia.

Esta es, en resumen, la historia de Marco Furio Camilo, o tal vez sería más adecuado decir su leyenda. Si lo contado aquí aconteció así o no, es aún hoy objeto de debate y temo que lo seguirá siendo. Aunque estarán de acuerdo conmigo en que la historia del personaje bien merece novelarse con cariño.


NOTAS

1.Los Tribuni Militum Consulari Potestate (Tribunos militares con poder consular) fueron elegidos en Roma como consecuencia de los conflictos entre la plebe y los patricios, en sustitución de los cónsules, cargo en aquella época que solo los patricios podían ostentar. Su número inicial parece que fue de tres, aunque se iría incrementando hasta duplicarse.
2.Me refiero al prodigio del Lago Albano, según el que, si Roma drenaba las aguas crecidas de este lago, ganaría la guerra
3.Confarreatio: Ceremonia arcaica de matrimonio en Roma.

lunes, 21 de mayo de 2018

LA OPPUGNATIO Y LA ESCLAVITUD. EL PRECIO A PAGAR POR REBELARSE CONTRA LA REPÚBLICA ROMANA.

LA OPPUGNATIO Y LA ESCLAVITUD. EL PRECIO A PAGAR POR REBELARSE CONTRA LA REPÚBLICA ROMANA.

Escrito por Federico Romero Díaz.

En el periodo que va del año 200 a. C. ( finalización de la Segunda Guerra Púnica) al 167 a. C. (victoria romana en la Tercera Guerra Macedónica) Roma extenderá su dominio territorial por el Mediterraneo a traves de diferentes campañas en Hispania, Galia Cisalpina, Histria, Liguria en Occidente y en Oriente contra la Macedonia de Antioco III y Perseo.

Recreación de escena en un mercado de esclavos

1. NIVELES DE REPRESALIA Y ESTATUS JURÍDICOS DE LOS VENCIDOS.

En función del nivel de oposición de los sometidos a su potencia, el Estado romano establecerá diferentes grados:

A.-- En primer lugar estarían las tribus o ciudades que suscriben tratados de "amiticia" o "foedera" sin existir previamente enfrentamientos con Roma. Un buen ejemplo lo constituyen los "foedera" suscritos por Fabio Máximo Serviliano en Hispania Ulterior en el 140 a. C.(App. Hisp.69-70). Estos tratados implicaban por parte romana el reconocimiento de cierta "igualdad" a la otra parte y la concesión de ciertos derechos. A medio plazo se pretendía la integración de esas ciudades en el poder y  el sistema romano.
B.--En el siguiente nivel se encontraban los que , a pesar de haberse puesto directa o indirectamente en contra de Roma, acababan reconociendo su autoridad . A veces se colocaba en esta posición a aquellos que inicialmente rechazaban los acuerdos de "amiticia" y "foedera" que Roma les ofrecía por considerarlos abusivos.En este segundo caso la tribu y sus núcleos de población quedaban sometidos a la "deditio" que implicaba una rendición incondicional y quedar sometido al "imperium" de un magistrado romano que dirigía la campaña y que, asesorado por su "consilium", establecería una serie de medidas punitivas (solicitud de rehenes, entrega de armas, pago de indemnizaciones de guerra, etc) previas a la "restitutio" de la ciudad. En este tipo de estatus se consideraba ilegal el saqueo del núcleo de población o la toma de medidas cruentas contra los oponentes.
C.--En el tercer caso se encontraban aquellas tribus y ciudades que tras una actividad continuada de rebelión contra Roma eran consideradas merecedoras de la "oppugnatio" que permitía una serie de medidas punitivas más duras que en los anteriores casos.

Las legiones repelen a los rebeldes. 

2. LA OPUGNATIO. MEDIDAS QUE CONTEMPLA.

Esta figura jurídica podía ejercerse contra poblaciones que mostraban una especial tenacidad en su lucha contra Roma. Contemplaba diferentes medidas y la aplicación, en su grado de severidad era mucho mayor que las dos categorías anteriores y quedaba a criterio del legado o magistrado que dirigiera la campaña. 

Un primer paquete de medidas contemplaba el saqueo de las ciudades y pueblos enemigos además de la captura y la posterior venta de los vencidos como esclavos. La aplicación de esta medida, perfectamente legal en derecho romano, era frecuentemente adoptada como vía de financiación de las campañas militares en territorio hostil. En casos de intensa oposición los generales tenían además otras atribuciones como el desplazamiento de poblaciones de la montaña al llano, la destrucción de estructuras poblacionales y defensivas, la deportación de grandes masas de enemigos a veces a miles de kilómetros(como en el caso de los ligures). Es en esos casos cuando el magistrado romano puede tomar represalias que impliquen incluso la ejecución de los vencidos o la captura de los supervivientes de la batalla y de la población civil para su posterior venta ( conocida con el término "sub corona"). Se hacía especiales esfuerzos en tomar como prisioneros a los enemigos de mayor relieve político, Por ejemplo, en el marco de la Tercera Guerra Macedónica, Publio Cornelio Escipión Nasica atrapó a Perseo de Macedonia que se había refugiado en la ciudad de Anfípolis. 

En los casos más extremos se decidía la condena a muerte de una parte de los adversarios. Por ejemplo, en el 20 a. C. el legado L. Apustio ajustició a todos los varones en edad militar tras el asalto y saqueo de Antipatrea como un castigo por la tenacidad demostrada en la defensa de la ciudad. Otro ejemplo lo encontramos en el año 177 a. C. cuando el cónsul C. Claudio Pulcro logra someter las ciudades de Mutila y Faveria en Histria. Tras la ocupación se procede a la decapitación de los considerados responsables por los romanos(Liv. 34.21.5-6).

No obstante, los intereses puramente económicos hacían que fuera mucho más frecuente la esclavización del oponente vencido que su ejecución. Dada la falta de grandes riquezas de los núcleos enemigos, especialmente en las regiones occidentales se procedió con frecuencia a la esclavización del rival como sistema de financiación de las campañas.

Enemigos capturados por las legiones son conducidos al mercado de esclavos para ser vendidos.
Según los datos aportados por Martínez Morcillo en "Asalto de ciudades durante la República romana" existe una clara diferencia entre el número de casos de ciudades asaltadas, con posterior captura y venta de esclavos, entre Oriente y Occidente. De los 19 casos detectados en Oriente solo tres culminaron en la esclavización del rival. Sin embargo en Occidente de los 12 asaltos documentados, 8 culminaron con la esclavización de los supervivientes. 

Otro modo habitual de obtener riqueza y botín era el asalto y saqueo de los campamentos enemigos y la captura de los soldados supervivientes. Los beneficios, en este caso eran muchos: acceso a las reservas logísticas del rival, venta de los soldados enemigos y la apropiación del tesoro y armamento almacenado en el campamento. Por poner un breve ejemplo de entre muchos, podemos citar en Hispana al entonces pretor Publio Cornelio Escipión Nasica que en el 193 a. C. atacó las posiciones de los lusitanos que habían estado depredando en la Ulterior. Se tomó su campamento, se recuperó todo el botín que habían obtenido en sus saqueos y se hicieron con 540 prisioneros que fueron vendidos. Parte del botín fue restituido a sus legítimos dueños y el sobrante, unido al importe obtenido con la venta de los lusitanos, fue repartido entre las tropas.

Un grupo de esclavos es conducido para su venta al mercado.


3. CONCLUSIONES.

Se pueden constatar documentálmente numerosos testimonios casos de esclavización del oponente en contextos de oppugnatio, y a pesar de las diferencias que podemos apreciar en su aplicación, en función del área en la que se luchaba, debemos decir que la venta de enemigos se realizaba siempre de acuerdo a las bases del "ius belli" dentro de un marco de legalidad justificada por el grado de oposición a la dominación romana.
Por otro lado el nivel de riqueza de una región o de una ciudad influía poderosamente en la posibilidad de que sus habitantes fueran esclavizados o no. Paradójicamente, cuanto mayor era la riqueza de un territorio menor era la posibilidad de ser esclavizados por los nuevos amos romanos, ya que estos tenían otras vías de financiación, diferentes a la venta de esclavos para financiar sus campañas. Las más socorridas eran la imposición de multas a los vencidos o el simple saqueo de los núcleos enemigos. Esto explicaría que en el próspero Oriente fuera menos frecuente el recurso a la esclavización del vencido que en Occidente, donde desgraciadamente hay muchos más testimonios.





viernes, 4 de mayo de 2018

CRÓNICA DE LA JOVEN REPÚBLICA DE ROMA. BREVE RESEÑA DE "CAMILLUS. LAS MEMORIAS DE MEDULINO"

CRÓNICA DE LA JOVEN REPÚBLICA DE ROMA. BREVE RESEÑA DE "CAMILLUS. LAS MEMORIAS DE MEDULINO"

Escrito por Federico Romero Díaz.

Manuel Martínez Peinado se estrena en el panorama de la novela histórica española con brillantez. Doctorado en Farmacia, ha dedicado su carrera profesional al estudio del Modo de Vida Mediterráneo, colaborando, en la candidatura de la Dieta Mediterránea, a formar parte del Patrimonio Cultural Internacional de la Humanidad por la UNESCO. Sus años de investigación y documentación le llevaron a interesarse por la Roma más antigua. Es esa ciudad que acaba de expulsar a su último rey, Tarquinio el Soberbio, y que, tras superar la tiranía del gobierno de los decenviros, inicia, a veces de manera vacilante, a veces torpemente pero siempre con la tenacidad, el valor y el sentido del honor un camino que le llevará a dominar el mundo.

La novela se desarrolla en un momento histórico apasionante de la historia de Roma. Es en esos primeros siglos, en los que se forjan los grandes mitos romanos, los valores de referencia que después, durante los últimos momentos de la República y los primeros siglos del Imperio, permitirán a Roma dominar el mundo, ser la luz que guía a sus amigos y a la vez, el fuego que consume a aquellos que osan oponerse a su dominio.

Italia hacia el siglo V a.C
La novela, primera parte de lo que será una trilogía, es una ágil narración de la vida romana desde el prisma de Espurio Furio Medulino hermano de uno de esos grandes personajes que la joven República producía de forma abundante, Marco Furio Camilo. Escribir la narración desde ese punto de vista es un recurso muy inteligente, pues conocemos la historia de nuestro héroe a través de un testigo directo conocedor de los más mínimos detalles, al ser su hermano mayor y uno de los hombres más importantes de la ciudad.

Roma deberá hacer frente en "Camillus, Las memorias de Medulino" a varios enemigos internos y externos. Por un lado es una ciudad social y políticamente dividida por el enfrentamiento entre patricios y plebeyos. Ambos bandos pugnan duramente por cuotas de poder a la vez que deben enfrentarse a numerosos enemigos externos. Los más importantes son los volscos, los equos y los etruscos.

Romanos contra etruscos. Siglo IV-III. El centurión romano ataca al infante etrusco. Autor Giuseppe Rava.
Los volscos y los equos son un peligro permanente que los romanos deberán siempre tener en cuenta para evitar sus depredaciones y saqueos. No obstante el verdadero peligro para Roma proviene del norte, de la cercana Veyes, la ciudad etrusca más poderosa, dirigida por su ambicioso rey Lars Tolumnio decidido a acabar con la pujante Roma para convertirse en la principal fuerza de Italia. La clave estará en la ciudad de Fidenas que ha proclamado su independencia de la tutela romana.

Estamos ante una historia llena de "gigantes" de la historia de Roma, grandes apellidos como los Furio, y personajes como  Emilio dictador de la Républica, Aulo Cornelio Coso, Apio Claudio (el hijo del famoso decurio), Capitolino( cinco veces consul de Roma), Titio Quincio y los tribunos del pueblo Lucio Icilio y Cayo Canuleyo que además de enfrentarse con heroísmo al enemigo exterior también lucharán en guerras internas por conseguir el poder y la gloria que lleva aparejada dirigir la todavía novata pero cada vez más poderosa Roma.

Mapa de la Roma Republicana
El autor tiene otro acierto al no centrarse únicamente en la gran historia de estos brillantes apellidos. También nos habla de las vidas de aquellos que también contribuyeron con su sacrificio al brillo de Roma. Nos escribe sobre el día a día de los esclavos y libertos de esas grandes familias antes mencionadas. Nos habla de Matidia y su hijo, de Atilio, de Balbo, de Filotis, etc. Todos personajes ficticios pero que bien podrían haber sido tan reales como los buenos momentos que he pasado sumergido en las páginas de "Camillus. Las memorias de Medulino".

Saliéndonos de lo puramente narrativo, me gustaría felicitar al autor y a Ediciones Cámelot por el formato que le han dado a esta novela de 419 páginas. Tanto por el tamaño, como por la portada y la contraportada, son excelentes. La introducción de Cristian Gálvez, ademas de curiosa es un placer literario. Los apéndices finales servirán al lector como apoyo cuando se sienta perdido entre tanto apellido patricio de los personajes. Las notas y la biografía son también de mucha utilidad y te ayudan a comprender detalles importantes para la trama.

En conclusión, estamos ante una novela histórica escrita con tanto rigor y como habilidad narrativa. La suma de ambos factores hace que las páginas pasen rápido. Casi sin darte cuenta, llegas al final deseando que pronto salga la siguiente entrega para saber, para descubrir, otro pequeño fragmento de la Historia de Roma, de nuestra historia en definitiva.


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