Escrito por Federico Romero
Justiniano, Emperador Romano de Oriente entre el 527 al 565, protagonizó uno de los periodos más brillantes del Imperio. Con el desarrollo de la política conocida como "Renovatio Imperii" o "Recuperatio Imperii" Roma extenderá su dominio de nuevo por todo el Mediterráneo. El Norte de África, y gran parte de Hispania e Italia vuelven a ser dominios romanos tras las brillantes campañas de generales como Belisario, Narses, o Juan Troglita hombres fieles a las directrices del trono imperial de Constantinopla, a la voluntad de Justiniano.
Curiosamente, son numerosas y muy comunes a todos los niveles ,las pegas y las faltas que se le achacan a esta política. El historiador José Soto Chica en su último ensayo Imperios y bárbaros hace una recopilación de las diferentes acusaciones que se hacen contra esta política y da unas cifras que demuestran con rotundidad que son erróneas. Vamos primero a saber que es lo que se alega contra la "Renovatio Imperii":
1.- Llevar a cabo esta política supuso dilapidar unos recursos preciosos en una "utopía" que iba contra la lógica histórica. No era factible reconstruir un Imperio Romano en Occidente, pues este se encontraba quebrado tras la desastrosa segunda mitad del siglo V d.C. Este "derroche" en Occidente acabó por arruinar al Imperio Romano de Oriente que, tres generaciones después se vio incapaz de responder a la nueva amenaza islámica que le acabará de arrebatar sus territorios en Egipto y en Oriente Próximo.
2.- Se considera una política belicista e Imperialista. Debo decir que mi obligación como divulgador es hacerme eco de estas acusaciones pero que también es mi deber recordaros que eso es un "presentismo" ya que son valores propios de nuestro presente no de la época que estamos tratando.
3.- Esta política supuso la quiebra para el erario romano y tras la muerte del Emperador, sus sucesores se verán impotentes por falta de recursos económicos, ante sus enemigos.
Bueno, José Soto Chica nos ofrece los datos exactos : Justiniano cuenta, cuando accede al trono con la enorme cantidad de 23 millones de sólidos áureos acumulados por sus antecesores en el puesto: Anastasio y Justino I. Los ingresos anuales de la hacienda imperial estaban muy cerca de los 8,5 millones de sólidos. Esta cantidad era aportada por un territorio de 1.600.000 km cuadrados habitados por unos 23 millones de personas. A la muerte de Justiniano el territorio del Imperio Romano era de 2.300.000 Km y de 32 millones de personas que aportaban unos ingresos de 9,5 millones de sólidos. Es decir un estado mucho más extenso, poblado y poderoso económicamente hablando.
Los dos inmediatos sucesores de Justiniano: Justino II(565-578) y Tiberio II (578-582), gracias a lo saneado que dejó el tesoro a su muerte pudieron permitirse una política belicista y de expansión del gasto que rozó el derroche en algunos momentos pero que permitió aguantar sin problemas económicos hasta el 582, es decir 17 años después de la muerte del artífice de la "Renovatio Imperii".
Analicemos ahora el coste de sus campañas en Occidente, sin olvidar que Constantinopla también debía enfrentarse a su poderoso rival, al Imperio Persa, siempre dispuesto a aprovechar el más leve signo de debilidad romana para lanzarse sobre sus dominios más orientales:
El África vándala fue recuperada en una rápida campaña de un solo año(533-534), en ella se emplearon 18.000 soldados 30.000 marineros, 92 naves de combate y 500 barcos de transporte que costaron al erario público poco más de un millón de áureos. Esto es nueve veces menos de lo que costó el fallido intento de León I en el 468 contra el África vándala. Además la cantidad invertida se recuperó con creces en un solo año ya que los ingresos en impuestos que este nuevo territorio aportaba a Constantinopla superaban con creces la cantidad antes mencionada, por no mencionar el enorme valor de las nuevas fincas, antes pertenecientes a la realeza y nobleza vándala que ahora pasaron a formar parte del patrimonio imperial. En el aspecto estratégico debemos recordar que esas posesiones africanas, que Constantinopla gobernará durante 165 años más, permitieron en momentos críticos, como por ejemplo los años que van del 603 al 628 cuando Persia se hizo con Siria, Palestina y Egipto y atacaba Asia Menor y avaros y eslavos devastaban los Balcanes, sobrevivir al estado romano. Al final de su reinado, Justiniano tenía 15.000 soldados destinados en esta zona.
Italia si que fue una conquista costosa y continuamente puesta en cuestión tras la invasión longobarda. No obstante era impensable no afrontarla ya que era el territorio originario, el corazón y el origen de la "Romanidad", José Soto usa el término "Romania" en alusión al nombre que se le daba a nivel popular al Imperio Romano. Entre 535 y el 554 se sucedieron duras campañas con las que Fortuna, a veces favorecía a ostrogodos, longobardos o incluso Francos que también llegaron a intervenir y en otras ocasiones favorecía a los romanos. Justiniano que nunca descuidó Oriente no podía destinar a Italia los soldados suficientes para acabar con la guerra en na rápida campaña. Lo que si que es poco discutible es que esos 19 años de guerra continua acabaron con la recuperación económica que Italia había experimentado durante el gobierno ostrogodo de Teodorico, que había sabido, en lineas generales, conciliar y unir a romanos y ostrogodos en el gobierno.Italia ahora se verá sumida en el desastre y la crisis. A la muerte de Justiniano había 20.000 soldados destinados en Italia.
Belisario victorioso es aclamado por sus tropas. Ilustración de Mariusz Kozik |
Hispania en el 552 Justiniano tras la victoriosa campaña de Narses en Italia en la que el último rey ostrogodo, Totila, es aniquilado, decide poner en marcha la nueva fase de su política de Renovatio Imperii y ocupa militarmente el sudeste de Hispania. Con ello se hace con el control de la mayor parte del Mediterráneo que de nuevo será romano, y mucho más seguro para el comercio que, libre de piratas florece favorecido por la seguridad que proporciona esa nueva unidad. En Hispania a la muerte de Justiniano había 5.000 soldados destinados en su defensa.
Esos 40.000 soldados destinados en Occidente suponen solo una cantidad pequeña sobre el total de 150.000. Si analizamos los números de los destinados en el Danubio y en Oriente, verdadero centro del Imperio, nos daremos cuenta de que en absoluto Justiniano desguarneció las fronteras de Oriente para reconquistar los territorios romanos de Occidente. Había unos 40.000 soldados en los ejércitos acantonados cerca de Constantinopla; 20.000 en Oriente, 15.000 en Armenia, 20.000 en Tracia y 15.000 en Iliria. Es decir que más del 70 por cien del ejército no estaba destacado en Occidente.
La verdad es que los números no dejan duda, Justiniano siempre prestó la atención debida tanto al Danubio donde supo hacer frente a la amenaza de ávaros y búlgaros, eslavos e iraneos como a los Persas con los que en el 562 firmó una paz muy ventajosa para los romanos. A su muerte dejó un tesoro lleno y un territorio ampliado, solo la ineptitud de su sobrino y sucesor Justino II (565-578) puso en peligro al Imperio Romano al comenzar una desastrosa guerra en cinco frentes distintos, sin embargo Tiberio II (578-582) y sobre todo Mauricio (582-602) sabrán enmendar la situación y gracias a un ejército reformado por Justiniano, eficaz y disciplinado, llevar los estandartes romanos tan lejos en algunas de sus fronteras como en tiempos de Trajano. Aunque esa, es ya otra historia.
BIBLIOGRAFIA
Imperios y bárbaros. La guerra en la Edad Oscura.-- José Soto Chica.-- Despertaferro Ediciones, 2019
Breve Historia de Bizancio.-- David Hernández de la Fuente.-- Alianza Editorial, 2014