Un texto de Federico Romero Díaz
Si en Occidente el nombre de "Cesar" servirá durante siglos para denominar a los emperadores romanos. llegando incluso su influencia a eslavos y germanos que utilizaron las denominaciones de "Zar" y "Kaiser" respectivamente como sinónimos de poder para su realeza, en Oriente el título "Kisrá"
(Cosroes en árabe) servirá para denominar en general a los reyes sasánidas en las fuentes árabes. Para los pueblos de oriente, Cosroes fue el soberano que determinó toda una época, en contraposición al occidente cristiano dominado en aquella época por el romano Justiniano.
Cosroes I, Anusirwan (531-579) no lo tuvo fácil, heredó un imperio en crisis debido a la guerra que mantenía contra el imperio romano de Oriente y a la inestabilidad interna derivada de los desordenes provocados por los mazdaquitas, seguidores de Mazdak, un líder religioso, seguidor de Zoroastro, impulsor de un movimiento de reforma social que amenazaba los pilares tradicionales del imperio persa.
Para superar la debilidad persa que el nuevo soberano Cosroes heredaba del gobierno de su padre Khavad I, se impulso un vasto proyecto de reforma que el profesor José Soto Chica nos resume en "Bizancio y la Persia Sasánida: Dos Imperios Frente a Frente" la consecución de seis grandes objetivos.
El éxito en la realización de estas reformas le permitirá aumentar el poder de Persia a niveles comparables a los tiempos de los grandes soberanos como Sapor I y Sapor II, que durante el siglo III y el IV pusieron a Roma contra las cuerdas. Las principales reformas que llevará a cabo serán:
1.- Dotar al Imperio de unos pilares administrativos, económicos y militares más sólidos.
2.- Imponer la autoridad del trono a nobles y sacerdotes.
3.- Acabar con las tensiones sociales.
4.-Acabar con el vasallaje de Persia a los eflaitas.
5.-Conseguir el dominio sobre Arabia y el océano Índico.
6.-Imponer su hegemonía al imperio romano de Oriente.
Persia se mostrará de nuevo como una gran potencia mundial. Cosroes, recibía en su capital Cesifonte a los dignatarios extranjeros en un salón del trono en el que ostentaba una riqueza y boato difícil de imaginar, sentado en un gran trono, sobre el que colgaba una corona de oro de 96 kilos. Al pie de este gran trono había otros tres más pequeños destinados a aquellos soberanos a los que consideraba inferiores: El Augusto de los romanos, el Khagan de los turcos kok occidentales y el emperador de China.
Copa de Cosroes. Biblioteca Nacional de Francia. Antes de comenzar su tarea reformista hubo de imponerse a su hermano mayor Kaws en una pequeña guerra civil que ganó gracias al apoyo del ejército. Tras la renuncia de Justiniano a continuar la guerra con Persia se convino en que Constantinopla pagara once mil libras de oro que le permitieron financiar los gastos que la guerra le había supuesto, pagar un tributo a los eftalitas o hunos blancos y reponer las arcas del tesoro con las que afrontar su tarea reformista. En cuanto a las reformas sociales, tomó una serie de medidas orientadas a la reparación de los daños causados por la revuelta mazdaquita. antes favorecida desde el trono, que le atrajo las simpatía de la nobleza y el clero aliviada al ver como se obligaba a los campesinos ocupantes de sus tierras a abandonarlas. Las casas de los nobles, sacerdotes funcionarios, etc que habían sido destruidas o asaltadas por los revolucionarios mazdaquitas fueron reconstruidas a expensas del tesoro imperial, al igual que los puentes, carreteras, canales, pozos, pueblos, etc dañados durante la revolución. Anuló los matrimonios forzados por los revolucionarios, los realizados entre los propios revolucionarios hombres de baja condición y las mujeres de la nobleza. A estas mujeres se les buscó a expensas del tesoro imperial maridos de sus condición social. Huérfanos, viudas procedentes de la nobleza fueron auxiliados por Cosroes que en muchos casos los trasladó a la capital donde fueron educados como una fiel nobleza de servicio al trono o en el caso de las mujeres dotadas para poder hacer bodas convenientes a su clase social. Solucionados los problemas sociales más urgentes comenzó con sus reformas. Recordemos que la primera de ellas era dotar al estado de unos sólidos pilares fiscales y administrativos. Con anterioridad los impuestos sobre la tierra se cobraban anualmente en función del volumen de la cosecha. Esto tenía varios inconvenientes: hacían falta muchos funcionarios para tasar todas las cosechas en cada rincón del Imperio; muchas de ellas se perdían porque al funcionario no le había dado tiempo a tasarla y la ley impedía recoger los frutos antes de ser valorada; cada año variaba el importe recaudado en función de si la cosecha era buena o mala. Cosroes decidió cambiar drásticamente el sistema. Acabó el catastro que empezó su padre. En él se recogía todos los tipos de cultivos, extensión de las propiedades agrícolas, población de cada aldea, etc. y en función del promedio que se calculaba que produciría cada explotación, se establecía una cantidad media anual que se pagaba en tres plazos. Era un sistema mucho más justo, que permitía al campesino planificar su economía y le liberaba de la amenaza de perder la cosecha si no se tasaba a tiempo. Además no todos los cultivos estaban sometidos a este impuesto, algunos como el olivo o las legumbres estaban exentos de cualquier impuesto. El tesoro real sabía con que cantidad fija de dinero podía contar cada año , establecer un presupuesto y unas previsiones de gasto certeras. A esta contribución se añadió una capitación personal que debían pagar anualmente todos los hombres entre los 20 y los 50 años, solo se exceptuaba del pago a sacerdotes, funcionarios, nobles, guerreros y servidores de palacio. El pago anual se dividía en cuatro anuales siendo lo más común que los campesinos y trabajadores más humildes de las ciudades pagaran 4 dirhems por año. El cambio supuso una gran mejora en las condiciones de vida del campesinado, pero también en el Tesoro persa que puso freno a los abusos de algunos funcionarios y gobernadores. Superados los problemas sociales creados por los mazdaquitas y reformado su sistema administrativo y fiscal llegaba el momento de reformar el ejército y la administración civil y militar del imperio. Hasta ese momento el rey dependía de la nobleza obligada a aportarle unas tropas de dudosa calidad y de cuya fidelidad nunca estaba seguro ya que se debían antes su señor que al lejano rey que no disponía, en definitiva de un ejército adecuado para hacer frente a amenazas tan serias como los romanos o los eftalitas. Gracias al buen estado de sus arcas encontró la solución: ordeno que todos los dehqans, miembros de la pequeña nobleza iraní que combatía a caballo pero que frecuentemente no podía costearse el equipo adecuado, se presentaran ante los jefes de ejército que debían pasar revista y completar las carencias de su equipamiento a expensas del Tesoro. Ahora que los dehqans estaban tan bien equipados, Cosroes ordenó que se les pagara una soldada como caballeros al servicio del Eransahr, convirtiendo a esta pequeña nobleza, totalmente fiel al Sahansah en la espina dorsal de su nuevo ejército en el que la importancia de los azadan, la antigua y rica nobleza guerrera descendiente de los primitivos arios, veía disminuir su influencia. El segundo aspecto de su reforma militar fue la de reforzar las fronteras del Eransahr mediante el asentamiento en ellas de soldados-campesinos a los que se dotaba de tierras, aperos, lotes de tierra y armas a cambio de la obligación de defender esa frontera de las agresiones externas. Además restauró las fortificaciones que defendían los pasos caucásicos, el limes construido frente a los árabes, en la armenia persa, en la alta Mesopotamia y sobre todo destacó la construcción de la gran muralla de Gurgan, al sureste del mar caspio de más de 100 kilómetros de largo, con un gran y profundo foso, torres, fortines, etc. La tercera tarea que afrontó en el plano militar fue la de dotarse de una infantería pesada capaz de hacer frente a la de los romanos. Cosroes acudió a los dailamitas un belicos pueblo de las montañas del Caspio a los que equipó con todo el equipo necesario para que entrenados a combatir en orden cerrado pudieran medirse sin problemas con la infantería pesada romana de su tiempo. La infantería dailamita será muy respetada en su tiempo y sobrevivirá a la invasión islámica que la incorpora a sus ejércitos tras la conquista árabe de Persia. Cosroes no solo reclutará dailamitas para reforzar su infantería, también ingresarán en sus filas campesinos de Media y Atropatene, muy robustos y valerosos, montañeses del Gelum, del Tabaristán, y de Gurgam, regiones montañesas cercanas al Caspio .Acabó con el mando único del Eran Spahbad y dividió el imperio en cuatro grandes regiones militares llamadas padhgos, al frente de cada uno de ellos puso a un Spahbad encargado de centrarse en la administración y defensa de la parte que le había sido asignada, donde eran la máxima autoridad civil y militar. Cada uno de ellos actuaba asistido por un marzban o lugarteniente y por un framandar o comandante en el campo de batalla. Para que este nuevo y reformado ejército se mantuviese en perfecto estado nombró a un funcionario encargado de que a ninguno de sus miembros le faltase el equipamiento y entrenamiento militar establecido, el Eran Ambaragbed. El imperio persa había experimentado una completa serie de reformas militares, económicas y sociales que le permitirán recuperar su papel de gran potencia mundial triunfando sobre romanos, turcos, abisinios o eflaitas. Este artículo esta basado en "Bizancio y la Persia Sasánida: Dos Imperios Frente a Frente" del profesor José Soto Chica. |