LAS GUERRAS SERVILES DE SICILIA.
Texto de Federico Romero Díaz.
Las fuentes que nos narran lo sucedido en Sicilia durante esos años de rebelión son escasas. Nuestra primera y principal fuente es Diodoro Sículo que escribió casi 100 años después de los hechos. También podemos contar con los datos que nos aportan en sus menciones autores como Floro o Frontino. Con estos datos se puede construir un relato bastante fiel de lo sucedido.
La situación previa en Sicilia era explosiva. El gran número de esclavos en la isla se encontraba en una situación inhumana. Sirva como ejemplo concreto la situación del grupo que inició la primera rebelión. Pertenecían a un tal Damófilo y a su esposa Megallis.
El domine los maltrataba, los marcaba con hierros candentes, era raro el día en que alguno no era torturado. Para colmo de males se negaba a vestirlos o a alimentarlos debidamente empujándolos al bandolerismo para proporcionarse un mínimo de ropa y comida.
Finalmente un grupo de cuatrocientos, liderados por el carismático Euno, un sirio con fama de mago y muy devoto de la diosa Atargatis, decidieron atacar por sorpresa la ciudad de Enna.
Así da comienzo la Primera Guerra Servil que duró un mínimo de seis años(entre 138 a 132 a.C) y un máximo de once (entre el 141 al 132 a.C).
El desarrollo de la Primera Guerra
Servil fue el más
prolongado en el tiempo de las dos rebeliones. Durante ese tiempo los esclavos
consiguieron imponer su ley en buena parte de la isla y derrotar a los
ejércitos de cuatro prétores. Tras hacerse por sorpresa con la ciudad de Enna
los esclavos fueron liberados y sus dueños perseguidos y juzgados en asamblea
por sus antiguos esclavos ahora sus jueces y verdugos.
Damófilo fue asesinado con un puñal,
Megallis, su también cruel esposa, fue entregada por Euno a sus antiguas esclavas
que la torturaron hasta la muerte. Euno acabó con sus propias manos con las
vidas de sus antiguos amos: Antígenes y Pito. La hija de Damófilo que siempre
había tratado bien a los esclavos se libró de la muerte y fue entregada sana y
sala a unos familiares.Muchos ciudadanos de la ciudad, ahora capital del nuevo estado, pagaron con su vida la
posesión de esclavos. Como dato curioso señalar que los que sabían fabricar armas no fueron
ejecutados.
El sirio Euno cambió su nombre por
el de Antioco, muy típico entre los reyes de seleucidas, y se hizo rey, nombró
un consejo real y acuño moneda. Su poder aumentó exponenciálmente ya que a sus
10.000 hombres se unieron muchos más provenientes de otros focos de rebelión de
la isla. En uno de ellos un esclavo llamado Cleón se alzó al mando de 5000
esclavos y tomó la ciudad de Agrigento subordinándose a continuación a la
autoridad real de Euno (Antioco). Juntos tomaron otras ciudades como Tauromenio.
Algunos autores llegan a cifrar en 200.000 los esclavos en armas que ya se
habían apoderado de la parte noreste y de algunos puntos en el sur de Sicilia.
La noticia de la rebelión se
extendió rápido por el Mediterraneo y pronto surgieron nuevos núcleos de
rebelión en Roma, el Ática o Delos, aunque fueron sofocadas con prontitud.Lucio Pautio
Hipseo fue el primero de los cuatro pretores enviados por Roma. Cuando los rebeldes lo derrotaron, Roma decidió entonces mandar a la isla tropas consulares al mando
de Calpurnio Pison Frugui. El romano gracias a la dura disciplina impuesta a sus soldados recuperó Morgantina en el centro de la isla, ejecutando después a
más de 8000 de sus defensores. A continuación sitió Enna. Su sucesor Rupilio
tras algunos reveses decidió dividir sus fuerzas. El mismo, al mando de una de
las partes, y gracias a la traición de un esclavo llamado tomó Sarapìon. La
otra parte dirigida por Perpena ( el padre del Perpena que traicionó a Sertorio
en Hosca) asedió y tomó la capital Enna donde muchos de los esclavos antes de
ser capturados optaron por suicidarse. Euno huyo y se escondió en una cueva
pero fue apresado y no se sabe con certeza si murió en Morgantina o en Roma a
consecuencia de una enfermedad cutánea (¿sarna?).
El reino de Euno había sobrevivido
en gran parte de la isla durante muchos años por lo que se hizo necesaria la
reorganización de la administración en la isla, la promulgación de una lex
provinciae que reguló el marco legal de Sicilia y por supuesto una represión
feroz que acabó crucificando a los más rebeldes y devolviendo a sus amos al
resto.
La segunda rebelión servil(104-100 a.C)fue muy diferente de la primera. Se calcula que involucró a
bastantes menos personas, casi no afectó a ninguna ciudad, tan solo a zonas
rurales del sur y el oeste de la isla. La chispa
desencadenante fue totalmente diferente de la anterior. Al parecer el factor que
la provocó no fue el maltrato de los propietarios, sino la aplicación de una
norma del Senado romano que establecía la libertad de todos aquellos esclavos
que antes de perder su libertad hubiesen sido súbditos de algún rey o príncipe
aliado de Roma. Plinio Nerva el nuevo gobernador aplicó la norma a Sicilia y
liberó en una primera tanda a más de 800 esclavos. Sin embargo, debido a las
presiones de los poderosos de la isla, que no querían quedarse sin esclavos, el
proceso se paralizó, creando una enorme decepción entre los esperanzados
esclavos. Tras un par de conatos de rebelión fracasados los 80 esclavos de un
caballero llamado Clonio se hicieron fuertes en el monte Cipriano al sur de la
isla. Encabezados por Salvio derrotaron a los 600 hombres de la guarnición de
Enna y aumentaron su fuerza al fusionarse con un segundo grupo encabezado por
Atenión, un antiguo capataz de una finca.
Salvio es proclamado rey y Atenión
se subordina a su autoridad. Triocala, en el centro de la isla se convertirá en
la flamante capital de un reino en la que se construye un palacio real, un ágora,
se establece un gobierno con consejeros, etc.
Roma no se quedó cruzada de brazos
ante la nueva rebelión y envió a Licinio Lúculo al frente de 7000 hombres. La
victoria romana fue aplastante, pero inexplicablemente Lúculo no aprovechó su
victoria dando tiempo a los esclavos a rehacerse y reorganizarse. Además, justo
antes de ser relevado como gobernador, licenció a su ejercito y desmanteló los
campamentos. ¿Fue un soborno?. Tanto él como su sucesor Servilio serán juzgados a su
vuelta a Roma.
Finalmente Roma envió a un cónsul,
Mannio Aquilio al frente de una poderosa fuerza que acabó con el reino de los
esclavos en Sicilia. Unos mil de ellos fueron conducidos a Roma a servir de
espectáculo con las fieras.
Como conclusión decir que la duración de estos reinos
de esclavos en Sicilia solo fue posible gracias al elevado número de ellos en
proporción a la población libre en la isla y a que Roma se veía obligada a
atender otros frentes abiertos en ese momento( Hispania, invasión de los cimbrios, guerras
sociales, etc). Muchos autores tratan de encontrar diversos objetivos en la
acción de los esclavos yo tras leer sobre el tema desde diferentes puntos de
vista solo he encontrado uno: el ansia de libertad que todo ser humano siente
en su interior. Ellos tan solo aspiraban a vivir tranquilos y libres en su
pequeño reino pero la rueda de la historia, el poder de Roma, no se lo
permitió.