Texto de Federico Romero Díaz
Estamos ante la primera publicación de Francisco García Campa. Es Licenciado en Derecho y Diplomado en Relaciones Laborales y Graduado en Geografía e Historia por la UNED. Es un conocido divulgador histórico, administrador de Bellumartis Historia Militar, una de las páginas en castellano más importantes sobre la guerra y su historia. Es también un habitual participante en programas de divulgación histórica, revistas, etc.
Examen médico a los aspirantes a legionarios romanos. |
En este denso ensayo de 143 páginas el autor analiza la figura de Cayo Mario, desde una doble vertiente. Por una parte nos cuenta la biografía política, militar y personal de nuestro personaje y por otra, ya hacia el final del texto, muerto ya Mario, nos hace un magnífico resumen de la trascendencia de sus numerosas reformas en el futuro de la ya agonizante República hacia las formas políticas del Principado primero y del Imperio después.
Ambas partes son extremadamente valiosas. La parte biográfica sigue un orden cronológico y en ella se nos narra la apasionante vida de Cayo Mario. Su historia nos lleva a la todavía indómita Hispania, donde a las órdenes de Escipión Emiliano Africano Menor Numantino comienza a destacar por sus hazañas de guerra. Entre ellas destaca la victoria en un duelo personal contra un hispano. Tras su vuelta a Roma, avalado por su fama y condecoraciones es enviado dos veces al Norte de África para acabar con la interminable rebelión del numida Yugurta, antiguo aliado romano. La primera como legado de Quinto Cecillio Metelo y en la segunda ocasión ya como el cónsul al mando, que tras una dura campaña, atrapa al rebelde acabando con la larga y sangrienta confrontación. Mario apenas tiene tiempo de disfrutar de su victoria. Rápidamente es reclamado de nuevo por Roma para que frene a una poderosa coalición de pueblos bárbaros, encabezados por los cimbrios y los teutones, que en su migración habían devastado la Galia e Hispania, amenazando tras el desastre romano de Arausio(105 a. C.) a Italia. Mario logra vencer a esta inmensa masa de bárbaros en dos batallas: la de Aquae Sextiae(102 a. C.) y Vercelas(101 a.C).
Batalla de Vercelas101 a. C.). Choque de infantería. Igor Dzis |
Tras ellas cimbrios y teutones son aplastados y prácticamente exterminados por las legiones romanas. A continuación el autor nos detalla su brillante peripecia política coronada con siete consulados.
Hasta este punto estamos ante una brillante narración que a mí un ávido lector de historia romana, me ha enseñado muchos detalles nuevos sobre Cayo Mario y sobre como era la Roma de esa época. Insisto, solo con esa parte del ensayo (hasta el capítulo 5 incluido) la publicación del libro estaría plenamente justificada. Sin embargo, es en los dos últimos capítulos(el 6 y el 7) donde la pluma de Francisco brilla con luz propia. Ahora el autor se lanza a un análisis sobre la trascendencia de sus reformas en el ejército romano: el reclutamiento de proletarios, el transporte de tropas("mulas de Mario") y suministros, el equipamiento que ahora otorga el Estado y no los propios soldados, el entrenamiento siguiendo los métodos de los gladiadores, la férrea disciplina, etc. Finaliza, lógicamente, explicando la enorme trascendencia en la caída de la República, de esos cambios y sus consecuencias sociales y militares. El legionario ya no era un propietario que en función de su riqueza y experiencia bélica rendía un servicio militar al Estado. A partir de ese momento se convirtió en un soldado cada vez más profesional, sin propiedades que perder, al servicio de un general al que debía su fidelidad, ya que sabía perfectamente que su prosperidad presente y futura dependería de su comandante y del empeño e influencia que utilizara para conseguirle una buena recompensa al finalizar sus años de servicio.
Las famosas "Mulas de Mario" |
Sinceramente creo que esta obra debería ser de obligada lectura para cualquier interesado en la Antigüedad . Es perfecta para entender como y porqué se pasó dela República al Principado primero y al Imperio después. A partir de ese momento, tras las guerras civiles, la muerte de Cayo Julio Cesar, y el acceso al poder de Octavio, el poder de decisión en Roma quedó mucho más centralizado en una sola persona. Roma estará así más preparada para responder adecuadamente a las exigencias de su nuevo papel como potencia dominante en el Mare Nostrum.
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