LOS HORRORES DE LAS GUERRAS
SERTORIANAS EN LA ZONA DEL LEVANTE HISPANO.
Texto de
Federico Romero Díaz
La verdad es
que los amantes de la Historia sumergidos en nuestros estudios y en lecturas de
batallas pasadas perdemos a veces la perspectiva de lo que realmente supone una
guerra. Leemos en un texto que en tal o cual batalla murieron 40.000 personas,
o que tal ciudad fue sitiada y sus habitantes pasados a cuchillo o
esclavizados. Asimilamos brevemente el dato y pasamos al siguiente párrafo sin
pararnos a veces a pensar en el horror que se esconde detrás de esa cifra. Hoy
me gustaría hacer un ejercicio inverso y detenerme en los aspectos más concretos
y terribles de la guerra en la Antigüedad.
El ejemplo
perfecto lo he encontrado en un artículo de Desperta Ferro Antigua y Medieval
Nª 5. En el Fernando Quesada Sanz, de la Universidad Autónoma de Madrid, nos habla
de Sertorio y los hispanos.
Nos cuenta
que corre el año 75 AC y que el lugarteniente de Sertorio, Cayo Herenio, ha sido derrotado por el brillante y joven Pompeyo a las puertas de la
colonia romana de Valentia. La ciudad sufrirá un terrible destino. Tal vez por ser la única ciudad puramente romana
de las partidarias del líder de los populares en Hispania. Sertorio era el
general de las tropas que luchaban en la Península ibérica en una guerra de carácter
civil contra el gobierno de Roma, controlado en ese momento por los optimates
de Sila. A pesar de que los mandos de las tropas de Sertorio eran romanos, como
él mismo, el grueso de las tropas de su bando lo componían hispanos,
fundamentalmente lusitanos y celtiberos. Ese comportamiento díscolo de la colonia romana de Valentia y una derrota anterior sufrida en la zona por las
tropas pompeyanas firmaron su sentencia de muerte. Los
pompeyanos entraron a sangre y fuego, la ciudad arde por los cuatro costados y
en su foro se entregaran a una orgía de sangre que pretende ser una lección
para los romanos de la zona.
Cito a
Fernando Quesada Sanz:
"Estamos
bajo la plaza de la Almoina en el centro de Valencia. Pero lo que muestran es
aterrador, Hay restos de un incendio violento, y entre las cenizas y
vigas caídas, sobre el pavimento, aparecen los esqueletos de catorce
prisioneros salvajemente torturados y mutilados antes de morir. Uno de los
hombres fuertemente amarrado con una cuerda que le rodeaba el cuello y fijaba
sus manos a la espalda. Así inmovilizado en el suelo, boca abajo, le empalaron
desde el ano hasta el hombro con un pilum, que todavía aparece inserto entre
los huesos, adicionalmente, le cortaron la pierna derecha, A su lado un joven
de unos veinte años vio también como le amputaban la pierna derecha; junto a él
un escudo. Otro joven de quince a veinte años, tendido al lado de un
pilum, fue también desmembrado, mientras que otro adulto con la mandíbula
herida por un podón, apareció en la postura forzada de un maniatado."
Estos cadáveres encontrados en 1987amplian su número en 2002 con nuevos
esqueletos. "Entre ellos una mano cortada junto a la empuñadura de un
escudo, un adulto joven y robusto de unos veinte años, tendido boca abajo, con
su cabeza cortada entre las piernas, también amputadas a espada. A su lado boca
arriba, otro soldado: a este le amputaron los dos brazos y las dos piernas.....
y no siempre de un solo golpe de espada, ya que los torturadores hubieron de
terminar de arrancarle las piernas a tirones."
Era la
guerra total, tal y como Roma la aplicaba a las ciudades rebeldes. Por ejemplo
en el 141 AC se comporta igual contra el poblado íbero del Cerro de la Cruz donde soldados
y campesinos fueron masacrados cruelmente y la ciudad incendiada y destruida en
castigo por su rebeldía y para general escarmiento. Es el lado oscuro de la
gloria y de la victoria.
Siempre me
he lamentado de la inmerecida muerte de Pompeyo en Egipto. Sin embargo, tras
reflexionar en los miles de personas que murieron a manos de sus tropas a lo
largo de su larga y exitosa carrera militar, no me queda más que concluir que lo
justo y lo lógico es que quien a hierro mata a tantas personas muera también
por hierro ajeno.
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