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lunes, 27 de septiembre de 2021

LOS VIAJES DEL PEQUEÑO "CALIGULA"

Escrito por Federico Romero Díaz

En esta ocasión vamos a hablar de los viajes que en su infancia hizo uno de los emperadores más conocidos del imperio romano Calígula. La visión que de él tenemos esta marcada por la locura, el desenfreno sexual, y la crueldad más absoluta. La responsabilidad de que tengamos esta visión tan negativa del personaje la tienen fundamentalmente dos historiadores pro-senatoriales: Suetonio y Dión Casio. Séneca, que estuvo condenado a muerte por Calígula tampoco dijo mucho positivo y para colmo de males la parte de la obra que Tácito escribió sobre Calígula se ha perdido. Para tener una visión más objetiva hay que conformarse con los testimonios de Flavio Josefo, Filón de Alejandría que habló varias veces con él o con Plinio en Viejo.

Ilustración del juego "Calígula" de PierLuca Zizzi

Esta visión tan negativa se ha perpetuado en nuestro presente con Calígula creado en Yo Claudio por el novelista Robert Graves, que sirvió de base a la serie de la BBC del mismo título o al depravado e insaciable personaje de la película de Malcolm McDowell de 1979, realizada con el respaldo de la revista Playboy. En nuestros días varios autores tratan de ofrecernos una imagen más real de este emperador, tratando de separar lo real de lo ficticio. Nosotros ahora vamos a centrarnos en una faceta poco explicada y muy curiosa de su vida : los viajes que realizó a lo largo de su infancia. 

Según Suetonio, Cayo Julio Cesar Germánico "Calígula" nació en Italia, la ciudad costera de Anzio en el año 12, en el seno de una familia “feliz”. Pocas personas podían jactarse de tener una sangre tan azul como nuestro personaje Su padre era Germánico Julio Cesar, sobrino-nieto de Augusto, hijo de Antonia la Menor, la hija de Marco Antonio. Era a la vez sobrino e hijo adoptivo del actual emperador Tiberio. Por su carácter y méritos era uno de los hombres más admirados y queridos del Imperio. Se había casado con Agripina la Mayor, hija de la mano derecha de Augusto: Marco Vipsanio Agripa y Julia. Al nacimiento de Cayo Julio Cesar Germánico, el verdadero nombre de Calígula, la pareja ya había tenido otros dos hijos varones Nerón César y Druso César. Su matrimonio suponía la reconciliación de dos de las grandes familias romanas de su época, la estirpe de Marco Antonio y la de Augusto.

Agripina y Germánico. Retrato por Pedro Pablo Rubens.
1614. Galería Nacional de Arte. Washington

Vamos a ponernos un poco en antecedentes. En el año 14 Augusto fallece y Tiberio debe abandonar la frontera del Limes renano-danubiano para ser nombrado emperador. Germánico es enviado a sustituirlo al frente de las legiones del limes germano. La herida del desastre de Teutoburgo(9 d.C) seguía abierta. A Roma no le era fácil olvidar la desaparición, a manos de las tribus dirigidas por Arminio, de tres de sus legiones y la humillación que le había supuesto tener que replegarse a la nueva frontera de las orillas del Rin. Su hijo pequeño, Calígula de dos años y su esposa Agripina, de nuevo embarazada, siguieron a Germánico. Agripina le confeccionaba al niño pequeños uniformes de legionario, con los que se paseaba por el campamento. Los soldados veían en el pequeño como una especie de amuleto. Los zapateros de la legión le elaboraron unas pequeñas "caligae", a imitación de las que llevaban los legionarios, de dónde le viene a Cayo el apodo de Calígula (botitas) con el que tanto sus padres como los legionarios le llamaban. Siendo ya adulto rechazará que le llamen con ese apodo infantil, por considerarlo indigno de su condición imperial. Ante la amenaza y el deshonor que a los legionarios les suponía obligar a su comandante a mandar a su familia fuera del campamento por falta de confianza en ellos, cedieron en su rebelión, entregando a los cabecillas para que fueran juzgados sumariamente. Al inicio del verano del 17 Germánico, tras sus victoriosas campañas contra los germanos, es reclamado para celebrar un triunfo en Roma a donde acude para el desfile triunfal que será un recuerdo muy importante para Calígula, un niño de cinco años, siempre recordará esos momentos junto a sus padres y hermanos--todos ellos subidos en un solo carro-- desfilando juntos en medio de la admiración y de las aclamaciones del pueblo romano.

Tras unos meses en Roma, Tiberio envía a Germánico a poner orden en las provincias orientales del Imperio. En este viaje lo acompañarán de nuevo el pequeño Cayo y su esposa Agripina, quedando sus otros cuatro hermanos en Roma.

Germánico, además de un excelente militar, era un hombre con inquietudes culturales, que incluso había escrito alguna obra de teatro. El viaje a Oriente lo hacen sin prisa, visitando a su paso los lugares y monumentos más importantes y recibiendo en todos ellos el cariño de la población local. Tras navegar or el Adriático,  llegaron al escenario de la batalla naval de Accio, situado en la costa occidental de Grecia, donde la flota de Cleopatra y Marco Antonio, abuelo de Germánico, fue derrotada por Octavio, el día 2 de septiembre del 31 a.C. Allí, en una capilla dedicada a Apolo, conmemoraron la batalla. Pasaron por Atenas, la isla de Eubea, dejando a Agripina en la isla de Lesbos y llevándose con él a Calígula, Germánico continuó su viaje de turismo,  por la ciudad de Aso. 

Batalla de Accio

Ubicada en la península de Tróade, al otro lado de Lesbos. En el Templo de Apolo Clario cercano a la ciudad de Colofón en la misma costa jónica, Germánico consultó al famoso oráculo que se encontraba en la oscura cripta bajo el templo, Tácito escribió que corría el rumor de que le había profetizado una «muerte temprana». Otras paradas de su largo viaje fueron Bizancio, el Mar Negro, o el Egeo. También visitaron las míticas ruinas de Troya, la isla de Rodas llegando por fin a Siria, donde tanto a él como a su familia se le rendirán los máximos honores.

Tras una breve estancia de Germánico en Capadocia donde reorganizó la administración romana, la familia viaja a Egipto para tratar de paliar la hambruna que sufría esa provincia. Llega a Alejandría para visitar los palacios en los que César, Marco Antonio, Cleopatra y los reyes ptolemaicos habían gobernado las tierras de Egipto. Allí fueron de nuevo agasajados con múltiples fiestas y recibimientos y Germánico, viajero insaciable, decidió partir en una travesía por el Nilo en medio de la adoración popular que su padre y, por extensión él, disfrutaban en todos los lugares a los que llegaban. En las  ruinas de Tebas, un sacerdote egipcio le tradujo unas antiguas inscripciones que hablaban de un ejército de 700.000 hombres dirigidos por el faraón Ramsés que había conquistado el norte de África, Persia y gran parte de Oriente Próximo. Germánico visitó las pirámides y la estatua de Memnón, y, antes de volver, viajó por el Nilo hasta Elefantina y Siena, que entonces marcaban la frontera sur del Imperio Romano.

Viajes-de-Germanico-por-Oriente-y-Egipto-17-19-dC-Mapa-CGEAE-J-I. Wikimedia

Tras el fin de la travesía volvieron a Siria, en el 19 para hacerse cargo de las tareas de gobierno que se le habían encomendado a Germánico que morirá al poco tiempo, con 33 años, muy posiblemente envenenado por Pisón el gobernador romano de Siria. Nuestro Calígula de apenas siete años, volvía a Roma, junto a su madre y al cadáver de su padre. A la llegada de su barco, en Brindisi, fueron recibidos con todos los honores por parte de la Guardia Pretoriana y, ya cerca de Roma, le salió al encuentro una delegación compuesta entre otros por Druso el hijo de Tiberio, el futuro emperador Claudio, y sus cuatro hermanos. El pequeño Cayo, solo un niño despreocupado al que le encantaba cantar y bailar, pasará de ser reverenciado como hijo del gran Germánico a una etapa bien diferente al cuidado de su madre primero y de las ancianas Livia y Antonia después. Es un momento muy peligroso para su familia ahora en el punto de mira de Tiberio y de su prefecto del pretorio Sejano.

Agripina llega a Brindisi con las cenizas de Germánico, donde es recibida por una delegación romana

Nuestro personaje quedó al cuidado de su bisabuela Livia que no sentía ninguna simpatía hacia la familia de Germánico y Agripina. No debieron ser años fáciles los de su adolescencia. En el 31, con 19 años se le notificó su traslado a Capri, junto al Emperador. Es difícil saber cuánto hay de verdad y de exageración malintencionada en las noticias que nos han llegado sobre las depravaciones sexuales y la crueldad que allí presenció Calígula y el impacto que sobre su personalidad pudieron tener . Calígula se coronó como emperador a los 24 años. Hasta los siete podemos decir que disfrutó de una infancia feliz, rodeado del cariño de sus padres, de los legionarios y del pueblo que adoraba a su familia. Tras el fallecimiento de su padre su vida se transformó en un ejercicio de supervivencia en el que se vio obligado a tratar de pasar inadvertido ante aquellos que lo observaban con sospecha deseosos de despertar la desconfianza de Tiberio y Sejano  

¿Fue realmente Calígula el loco cruel y depravado que nos cuentan las fuentes? Probablemente no, el pueblo siempre estuvo a su favor y lloró su asesinato tras cuatro años de gobierno. En la actualidad muchos piensan que no fue realmente un loco cuel, aunque sí que se comportó como un joven arrogante y soberbio, demasiado engreído en su dignidad imperial e inexperto y falto de preparación para la difícil tarea de gobernar el gigantesco y complejo Imperio de Roma. Incapaz de controlar su ira, acabó volviéndose impredecible y peligroso para aquellos que lo rodeaban y eso acabó costándole la vida

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