lunes, 8 de mayo de 2023

ALEJANDRO MAGNO ASEDIA GAZA. LA DEFENSA DEL EUNUCO BATIS




La conquista de Persia por parte de Alejandro Magno es un capítulo de la historia que ha fascinado a historiadores y amantes de la historia. Viendo los espectaculares resultados, uno puede llegar a pensar que la campaña del macedonio consistió en recorrer un camino lleno de victorias ininterrumpidas, libre de dificultades. Nada más lejos de la realidad. Alejandro y su ejército debieron enfrentarse y superar muchos obstáculos. Uno de los más conocidos es el largo asedio de la ciudad de Tiro un hecho muy conocido y divulgado. Sin embargo del que se produjo en Gaza sabemos mucho menos. Vamos a analizar el asedio y la conquista de la ciudad de Gaza.

Ataque a las murallas de Gaza. Grabado coloreado (greekcitytimes.com)

Después de la victoria en la Batalla de Issos( en noviembre del 333 a. C) y la captura de un inmenso botín que incluía a la familia de Darío, Alejandro tuvo que superar un nuevo reto: la oposición de la ciudad de Tiro a su poder. Acabar con la resistencia de la fortificada población que se encontraba en una isla frente a la costa, le supuso la pérdida de muchos de sus soldados y siete valiosos meses. Tras la conquista, rechazó la oferta de paz de Darío que le ofrecía: el control de todas las tierras que se situaban entre el Éufrates y el Mediterráneo y la mano de su hija a cambio de la paz. Era una respuesta lógica ya que le ofrecía dos cosas que ya tenía. Alejandro era prácticamente el dueño "de facto" tras sus victorias de esas tierras y la hija de Darío, tras la batalla de Issos, era su prisionera.

Familia de Darío se inclina por error ante Hefestión (Charles Le Brun la pintó para Luis XIV de Francia)

El castigo a la rebeldía de Tiro, al igual que había sucedido con Tebas, fue despiadado. Se trataba de una advertencia a todo aquel que se planteara oponerse a la autoridad del rey macedonio. El terror que despertó que crucificara a 2000 tirios, a lo largo de kilómetros de playa, y que  treinta mil ciudadanos y extranjeros fueran convertidos en esclavos, hizo posible que muchas poblaciones importantes, aún libres del dominio de Alejandro, como Acre se sometieran sin oposición. Todo parecía a punto para marchar sobre Egipto, la siguiente región que Alejandro quería incorporar a su dominio. Sin embargo, se topó con un nuevo y formidable enemigo: Batis, el eunuco que hacía las funciones de gobernador persa de la ciudad de Gaza, puerta de acceso clave en camino hacia el país de las pirámides. 

La resistencia de Gaza, situada sobre una colina y rodeada por potentes murallas fue especialmente dura, ya que se trataba de una ciudad dotada de potentes murallas y torres que se elevaba sobre una colina artificial formada por las ruinas de poblaciones anteriores. Además, Batis, un eunuco fiel a Darío contaba con una gran cantidad de tropas, tanto persas como egipcias, reforzadas por un numeroso contingente de mercenarios árabes. A pesar de que algunas fuentes nos lo describen con cierto desprecio (como un típico cortesano, gordo, apático, de piel oscura, etc.) la realidad es que demostró ser un buen líder, decidido a defender su ciudad y a ganar todo el tiempo que fuera posible para permitir a Persia reorganizarse para estar en condiciones de poder enfrentarse de nuevo y con todas las garantías a los ejércitos de Alejandro.

El rey macedonio no podía bordear la ciudad y continuar su camino. Su fama de invencible estaba en juego y además Gaza, con su potente guarnición, era un peligro para la retaguardia de Alejandro que no podía dejar a sus espaldas, en su camino a Egipto, una guarnición rebelde de esa importancia. Estaba decidido a conquistar la ciudad. Tras el fracaso de los primeros intentos de tomar la ciudad al asalto decidió poner cerco a Gaza. Comenzó a construir túneles que pasaran por debajo de las murallas y ordenó a Hefestión que enviara en una flota de barcos atenienses parte de la maquinaria pesada utilizada en el asedio de Tiro para batir los muros de Gaza. Al parecer la maquinaria ligera que transportaba el ejército griego no era suficiente para batir con éxito las murallas defendidas por las tropas persas al mando de Batis.. También construyó un terraplén que permitiera a sus tropas acercarse para asaltarla.

Alejandro dirigiendo el fuego de los gastraphetes o ballestas de torsión macedonias. Autor Angus McBride

Sin embargo, a pesar de la superioridad numérica de las tropas macedonias y de su habilidad en el campo de batalla, la resistencia de la ciudad era muy fuerte. Según el historiador Plutarco, Batis era un líder astuto que conocía muy bien las fortificaciones de Gaza y que estaba dispuesto a utilizar cualquier táctica para defenderla. Alejandro lanzó ataques de sondeo para debilitar a los defensores.

                     Alejandro en el sitio de Tiro (grabado coloreado del s.XIX)                                                     
Un día mientras Alejandro estaba celebrando un sacrificio un pájaro dejó caer algo sobre la cabeza de Alejandro. El adivino del rey, Aristrando interpretó que eso significaba que la cuidad sería finalmente tomada pero que el rey debería tener un cuidado especial y no entrar en combate. Batis hizo una salida inesperada y trató con un tipo de líquido inflamable, incendiar las torres de asedio macedonias lo que hizo que Alejandro, a la cabeza de algunos hipaspistas se lanzara a repeler al enemigo. Curcio nos cuenta que un árabe fingió rendirse para atacar a Alejandro cuando este se confiara, pero que Alejandro fue más rápido y le cortó la mano cuando intentó apuñalarle, rematándole los soldados griegos más cercanos. No era el único peligro que debió superar ese día. Una flecha, o un proyectil lanzado por una catapulta le causó una herida que resultó ser de carácter grave y Alejandro comenzó a sangrar profusamente, teniendo sus hombres que retirarlo del campo de batalla.  Al parecer, flecha que lo hirió penetró en su hombro derecho y salió por su cuello. Esta herida fue descrita como muy dolorosa y peligrosa, y hubo temor de que pudiera infectarse y causar la muerte del Macedonio. A pesar de la gravedad de la herida, Alejandro continuó liderando a sus tropas en la conquista de la ciudad. La calidad de su armadura, la suerte o una hábil operación unidas a la fuerte constitución del joven rey lo sacaron adelante.

El historiador griego Diodoro Sículo, en su obra "Biblioteca Histórica", describe cómo la herida de Alejandro fue muy peligrosa y amenazó su vida: 

"Una flecha le hirió en el hombro derecho, penetrando profundamente en el cuerpo y saliendo por su cuello. La herida fue muy peligrosa y dolorosa, y los médicos temían que causara su muerte".

También, el historiador griego Arriano, en su obra "Anábasis de Alejandro", describe cómo Alejandro se negó a abandonar el frente de batalla a pesar de su herida: 

"Aunque sufría mucho dolor, Alejandro se negó a abandonar el frente de batalla y continuó liderando a sus hombres con valor y coraje".

Tras el suceso y la llegada de la maquinaria pesada desde Tiro el asedió se retomó con más fuerza en las semanas siguientes. Las murallas comenzaron a agrietarse y los túneles se completaron, se rellenaron de material inflamable y se les prendió fuego.

Asedio y Captura de Mileto (334 AC). Autor André Castaigne

Al quemarse las vigas de sujeción, el terreno se hundió y parte de las murallas se derrumbaron. Batis y su guarnición defendieron Gaza con tenacidad y rechazaron las tentativas macedonias de penetrar en ella hasta en tres asaltos. Pero surgieron nuevas grietas y huecos por los que al final, los macedonios lograron pasar. Alejandro, que ya se había recuperado, participó en el último asalto y volvió a ser herido, esta vez por una piedra, aunque ignoramos si fue lanzada por una mano o por una catapulta. Parece probable que en esta ocasión la herida no fue grave y que solo se trató de un corte o de un golpe del que el rey macedonio se recuperó pronto.

Al igual que Tiro, Gaza había osado a desafiar al ejército griego de Alejandro y el castigo debería ser terrible para que sirviera para disuadir a todos aquellos que aún se planteaban oponerse al avance de las tropas del rey macedonio.

Alejandro ante las murallas de Gaza( imagen creada por HyA para HRA )         

Según Plutarco, los hombres fueron masacrados, las mujeres y los niños vendidos como esclavos y la ciudad repoblada con gentes de poblaciones cercanas. Curcio afirma que Batis luchó heroicamente hasta el final, cuando el agotamiento de la lucha y sus numerosas  heridas le hicieron desmayarse. Cuando fue llevado ante Alejandro, que era conocido por su generosidad con los adversarios valientes se mostró orgulloso y digno. a pesar de los insultos de los compañeros del rey, y desafiante manteniéndose en silencio, sin someterse ni suplicar clemencia. Alejandro, probablemente molesto por los dos meses que había perdido en su camino a Egipto por culpa de la resistencia de Gaza, o por el dolor de sus heridas o por la actitud de su adversario estalló de ira y decretó un terrible final para el que había demostrado ser un valiente y leal súbdito. Ordenó que lo arrastrasen por los pies detrás de un carro hasta que muriese. Lo mismo que a Héctor, aunque mucho más salvaje ya que Batis estaba vivo mientras se le arrastraba hasta morir.

Aquiles arrastra el cadáver de Héctor
La resistencia de Gaza se convirtió en un ejemplo de la valentía y la tenacidad de aquellos que se opusieron a la conquista macedonia. Fue una de las batallas más duras y sangrientas de su campaña en Persia. La ciudad era una fortaleza bien defendida, liderada por Batis, un gobernador astuto y tenaz que supo oponer una resistencia significativa al imparable ejército de Alejandro y a pesar de la victoria macedonia, la resistencia de la ciudad tuvo importantes consecuencias para su avance sobre Egipto, retrasando su progreso, provocando una  cantidad importante de bajas y dando dos valiosos meses a su soberano, Darío, para reorganizar de nuevo la resistencia al avance de los invasores griegos.

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