sábado, 18 de diciembre de 2021

SATURNALIA. LA FIESTA ROMANA POR EXCELENCIA

Una colaboración de Iván La Cioppa 

El 17 de diciembre comenzaba en la antigua Roma unas festividades que quizás se pueden considerar como las más importantes del año: hablamos de las Saturnales, que se celebraban en honor a Saturno, padre de Júpiter, dios de la agricultura y la abundancia. Según la tradición, después de ser destronado por su hijo, Saturno se cobijó en la región de Lazio, con el dios Jano. Aquí fundó un nuevo reinado con el que inició la Edad de Oro. Para algunos, sin embargo, este reino estaba ubicado en las Islas Benditas, identificadas con Canarias. Durante este período no había diferencias sociales, ni guerras, ni crímenes. Todos vivían felices y la tierra daba sus frutos sin ser cultivada. Entre los romanos era común la creencia de que, en invierno, Saturno abandonaba el inframundo y deambulaba por la tierra desesperado porque no podía bendecir los campos, cuando estaban sin cultivar por el frío.


La liturgía de las Saturnales servía precisamente para ganar el favor del dios y animarlo a volver a su lugar para revivir la tierra en primavera. De hecho, las Saturnales no eran más que una recreación del mítico reino de Saturno. De hecho, solo durante esta festividad los esclavos eran considerados como hombres libres y se sentaban a la mesa de sus señores que a menudo los servían. Como muestra de esta igualdad “por un día”, todos se vestían con la “synthesis”, una prenda que daba mayor libertad de movimiento, y el “pileus”, un gorro símbolo de libertad. Os sorprenderá saber que incluso hoy en día se usa una versión puntiaguda de ese gorro en algunas fiestas. Mientras tanto, la pantomima continúa con la elección de uno de los esclavos como "Princeps saturnalicus" una especie de rey de la fiesta y caricatura de la clase dominante.



Se le vestía con ropas de colores vivos y se le llevaba en procesión por las calles, adornadas con guirnaldas y festones. En todas partes se instalaban banquetes, espectáculos, mercadillos. La gente jugaba y se lo pasaba bien, repitiendo la frase "Io Saturnalia" para propiciar la buena suerte. Otra tradición era el intercambio de regalos llamados "strenne", del nombre de Strenia, diosa de la abundancia y de la buena suerte. 

Otra peculiaridad era la suspensión de todas las actividades bélicas, laborales y judiciales. Incluso el funeral y el duelo se posponían porque el sufrimiento y la tristeza habrían arruinado todos esos actos propiciatorios de alegría y diversión. Solo una vez se renunció a esta prohibición, y fue cuando murió Germánico, uno de los más grandes generales romanos y sobrino de Tiberio. Como prueba del gran cariño que le tenía el pueblo romano, los funerales se celebraron como de costumbre.


 Las Saturnales también se celebraban en el ejército. En las fortalezas, de hecho, los soldados llanos se equiparaban a los oficiales y comían en la misma mesa. Con la llegada del cristianismo, el nacimiento de Cristo se situó precisamente en este período, siendo estos días, tradicionalmente, los más importantes del año. Al principio las Saturnales y las Navidades coexistían pero, con el declive de la religión antigua, sólo la segunda quedó en el calendario, heredando muchas de las características de la fiesta pagana, como la abstención del trabajo, los adornos de las calles y de los hogares y el intercambio de regalos. Así que ahora ya sabes, si quieres ganarte el favor del dios Saturno con un bonito regalo, regálate y regala a tus seres queridos una gran novela histórica como "La legión vino del mar"!



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