sábado, 4 de noviembre de 2023

HISTORIA DE UN CORRUPTO.EL CURSUS HONORUM DE MARCO DIDIO JULIANO. EL SENADOR QUE COPRÓ EL TRONO IMPERIAL.

Un texto de Federico Romero Díaz.

Marco Didio Juliano ha sido recordado por la historia como el hombre que compró en pública subasta el trono de Roma, uno de los imperios más poderosos de su tiempo. Se utiliza su figura como ejemplo de corrupción, como muestra del grado de degradación en todos los aspectos que había alcanzado a finales del siglo II el Imperio Romano. Este suceso aconteció en el conocido como año de los cinco emperadores, aunque realmente sucedió en el periodo de un año entre el 193 y 194 durante el cual se sucederán cinco emperadores (Pertinax, Didio Juliano, Severo, Pescenio Níger y Clodio Albino). 

Juliano se presenta antes las murallas del Castra Praetoria para pujar por el trono.

Este deterioro intolerable de la estructura institucional del Imperio Romano, a los ojos de las fuentes contemporáneas, justificó como algo necesario la dictadura militar que supuso el triunfo de la dinastía de los Severos. Durante el gobierno de los Severos el poder imperial se impuso se impuso gracias al apoyo de las legiones al Senado y al Pueblo de Roma. Docenas de senadores pagarán con sus vidas su reticencias o su oposición a la dinastía de origen norteafricana que ahora gobernaba el Imperio.

Vamos a centrarnos en el cursus honorum de uno de estos emperadores, Didio Juliano. Nació en el año 133 d.C. en la ciudad de Mediolanum, Italia. Descendía de una de las familias más ilustres de la región. Su madre procedía de Hadrumentum, en África. Era el famoso Publio Salvio Juliano, uno de los juristas más prestigiosos de la época de Adriano. Las conexiones políticas del padre permitieron a el joven Didio Juliano educarse en la casa de Domicia Lucila, madre de Marco Aurelio. Su carrera fue modélica. Desarrolló los cargos de edil y cuestor en época del emperador Marco Aurelio  y en el 162 alcanzó el puesto de pretor.

Su carrera militar comenzó en Germania, en Mogotiacum( actual Maguncia). Allí desempeñó con brillante el puesto de legado de la legión XXI, lo que le valió en el 170 un ascenso: el puesto de gobernador de la Gallia Belgica. Allí, durante 5 años, desarrolló su labor con eficacia, frenando las incursiones de la tribu de los caucos, que vivían en las orillas del Elba.

Romanos saquean e incendian un poblado germano 
 (171-180). Milek Jakubiec

Por todo ello en el 175 fue premiado con el consulado. Se mantuvo fiel, durante la rebelión de Avidio Casio contra Marco Aurelio al legítimo emperador, lo que le supuso ser nombrado gobernador e Iliria los dos años siguientes. En el 178 fue enviado como máximo representante de Roma a Germania inferior. Didio Juliano a sus 45 años se encontraba en la cúspide de su carrera, entre los militares favoritos el Marco Aurelio, su futuro se prometía brillante y nada hacía prever su infamia.

¿Didio Juliano toma el mal camino?

A su retorno a Roma, llegaron los cambios. Marco Aurelio había fallecido y ya, con su hijo Cómodo como emperador fue nombrado como nuevo administrador de los alimentos de Italia. Solo le rendía cuentas a él. Gestionaba el suministro de trigo, el transporte, el almacenamiento, la compra de cereales Tenía además la jurisdicción sobre los precios y la potestad de sancionar a los funcionarios encargados de la supervisión del comercio del trigo. Un puesto de enorme responsabilidad pero que ofrecía grandes posibilidades e enriquecimiento personal.

Carga en el barco el trigo. La nave se llamaba Isis Giminiana. Necrópolis de Porta Laurentina (al sur de Ostia)

Es más que posible que fuera en este momento cuando se produce el cambio en Juliano que comienza a entender el desempeño de su servicio público de una manera totalmente distinta, como una forma de enriquecerse ilícitamente. Surgen las dudas sobre la labor de Didio Juliano. Es denunciado por un simple soldado de la flota de conspirar contra la vida de Cómodo. La acusación era muy grave, especialmente al ser realizada ante un emperador que ya había acabado con la vida de muchos senadores y caballeros acusándolos del delito de alta traición. Curiosamente Juliano había sabio ganarse la confianza de Cómodo. El acusador fue condenado a muerte y Didio Juliano quedó libre. De hecho después de este incidente fue honrado con el nombramiento como gobernador de Bitinia, donde ya era pública su fama de corrupto. Al año siguiente fue nombrado cónsul, curiosamente junto a Pertinax, el futuro emperador. Después será procónsul en África y en Asia en dos ocasiones(188-190 y 192-193).

El desarrollo de estos cargos políticos y la impunidad con la que desempeñó su labor, gracias al apoyo imperial, le permitieron enriquecerse hasta límites impensables.

Muertes de Cómodo y Pertinax

Cómodo fue asesinado tras el triunfo de una conspiración orquestada por el prefecto el Pretorio Leto, su amante Marcia y el cortesano Eclecto.

Reconstrucción del rostro de Pertinax
Pertinax, el hijo de un liberto que había llegado a senador gracias a su brillante labor como militar y político en tiempos de Marco Aurelio y Cómodo fue nombrado emperador  por los pretorianos y el Senado a propuesta de los primeros. A su favor estaba el prestigio del que gozaba entre los militares por su pasado como general y entre el Pueblo por su honradez y su fidelidad a los principios morales y de servicio público del emperador filósofo Marco Aurelio.

El gobierno de Pertinax fue muy breve. A pesar de tener el apoyo inicial del Senado y del ejército, gracias a su prestigio como general y como honrado gestor.  duró sólo 86 días, no fue fácil. Pertinax trató de emular la moderación de Marco Aurelio, e hizo un esfuerzo por reformar el alimenta; no obstante, tuvo que hacer frente a la oposición de muchos sectores. A pesar de la venta de los bienes y esclavos de Cómodo n reunió suficiente dinero para satisfacer las exigencias de los pretorianos. También debió hacer frente a una conspiración encabezada por el senador Quinto Pompeyo Sosio Falcón. Siempre trató de recuperar la sobriedad y la moderación practicada por el admirado Marco Aurelio. Perdonó a sus enemigos y trató de restaurar los alimenta creados para ayudar así a los niños de Italia

El 28 de marzo de 193 Pertinax unos centenares de pretorianos se dirigieron al palacio. Al parecer estaban molestos con el Emperador que aún no les había abonado la mitad de la paga prometida.

El prefecto del  Pretorio Leto, experto en traicionar a sus emperadores, en vez de calmar a sus subordinados se unió a ellos. Pertinax no trató de huir. Se dirigió con tranquilidad a los pretorianos y trató de razonar con ellos. Estaba a punto de conseguirlo cuando uno de de ellos le atacó y acabó con su vida.

Didio Juliano se hace con el poder.

Tras el asesinato del bien intencionado Pertinax, los pretorianos perdieron todo tipo de pudor y respeto hacia las formas legales y subastaron públicamente, al mejor postor, el trono de Roma. El ganador de la puja fue nuestro personaje Didio Juliano que se impuso al suegro de Pertinax, Tito Flavio Sulpiciano. Juliano Solo los 25.000 sestercios que prometió a cada legionario hicieron posible que los pretorianos amenazaran al Senado y que Juliano, finalmente, fuera nombrado emperador. No gozaba de las simpatías de ninguno de los poderes fácticos de Roma. Ni el pueblo le quería, ni el Senado le respetaba ni las legiones estacionadas en las provincias estaban dispuestas a aceptar su nombramiento. Consciente de su débil posición Juliano trató de afianzarse en el trono mediante la adopción de varias medidas. Trato de asentar una dinastía y asoció a su esposa,
al trono mediante la concesión a ambas del título de Augusta, emitiendo monedas que las mostraban.

Denario de Didia Clara( W Commons)


Pronto llegaron las malas noticias para Didio Juliano, en pocas semanas se sublevaron tres de sus gobernadores Clodio Albino, Pescenio Niger y Septimio Severo que se asoció con Albino y marchó desde Panonia con parte de las legiones del Rin, Germania y de los Balcanes tropas hacia Roma.

Ante el rápido avance de Severo, que se hizo con facilidad con Rávena y su flota. Didio Juliano trató de fortificarse en la capital, pero una parte de los pretorianos se pasaron a Severo que rechazó desde su posición reforzada la oferta de Didio Juliano de compartir el trono. Severo ofreció el perdón a los pretorianos que le entregaran a los asesinos de Pertinax, y estos no se hicieron de rogar abandonando a Juliano rápidamente. El Senado, acostumbrado ya a reconocer al más fuerte,  se reunió y proclamó a Severo como nuevo dueño del trono imperial.

Imagen de Septimio Severo

Didio Juliano abandonado en el palacio imperial esperó su hora, ya que había sido condenado a muerte aunque sin comprender muy bien cual había sido su falta. Según Dion Casio cuando su verdugo se aproximaba para acabar con su vida solo podía repetir:

"Pero, ¿Qué he hecho mal?¿A quien he matado?"

Una nueva etapa se aproximaba para el Imperio Romano que olvidaba ya su época de máximo esplendor con la dinastía antonina. Ahora la época dorada dejaba paso a la del hierro, a una etapa de abierta dictadura militar en la que el nuevo poder, encarnado en los emperadores de la nueva dinastía severa, darán 

Pretoriano de uniforme(W. Commons)
prioridad absoluta a satisfacer las necesidades del ejército, autentico pilar de su poder. A partir de este momento los legionarios obtendrán reconocimiento a viejas pretensiones como la capacidad de contraer matrimonio legal mientras están en periodo de servicio, cosa prohibida desde Augusto, aumentarán su paga, sus privilegios legales frente a la población civil, etc. 

Los pretorianos pagarán cara su ambición. Fueron desarmados por Severo y licenciados sin honor. El Emperador los sustituyó por soldados de su confianza, veteranos de las guerras del Limes, procedentes de regiones fronterizas como Panonia, que atemorizaban por su aspecto y modos bárbaros a los civilizados habitantes de Roma, la vieja capital imperial. 

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