miércoles, 18 de enero de 2023

VOZ Y VIDA DE UNA VESTAL. BREVE RESEÑA A "ESCLAVA DE VESTA" DE MIREIA GALLEGO VERDEJO.

Resumiendo mucho, podemos decir que las vestales estaban consagradas a la diosa Vesta y que pasaron de ser dos en los primeros tiempos (aunque de eso no hay certeza) a ser ya cuatro siglos después y seis en sus últimas etapas. Estaban consideradas fundamentales para la continuidad y la seguridad de Roma. Debían ser vírgenes, de buena familia y hermosas. Eran seleccionadas por el pontífice máximo en la edad de seis a diez años. Entre sus labores destacaban: la de cuidar del fuego sagrado de Vesta que siempre debía permanecer encendido; debían permanecer vírgenes y participar en los ritos religiosos, a los que su privilegiada posición social  les obligaba, como la elaboración de la mola salsa que se usaba en los sacrificios estatales.

Su servicio duraba treinta años, los primeros diez se dedicaban al aprendizaje, los siguientes diez al servicio religioso y los últimos a la formación de las nuevas vestales. Después eran libres de volver a la normalidad o permanecer célibes en el templo que era la opción más frecuentemente elegida.

Gozaban de numerosos privilegios que el resto de las romanas no disfrutaban. De entre esas ventajas destacaba la capacidad de tener patrimonio propio sin tutor, lugar preeminente en las ceremonias y espectáculos públicos, inviolabilidad de su persona, etc. El perder la virginidad era considerado el delito más grave que podía cometer una vestal ya que ponía en peligro la continuidad de Roma. Esa falta era más grave incluso que dejar que se apagara la llama sagrada. Como la vestal era considerada hija de Roma, cualquier relación sexual que mantuviera  era considerada incesto.

Los textos sobre las vírgenes vestales en general,  son muy numerosos, y en algunos casos excelentes. Sin embargo las publicaciones que hablan de las vestales en concreto, de quienes eran, de cómo pensaban y sentían, de que les pasó, de porqué hemos conocido tan pocos nombres de estas sacerdotisas a lo largo de la historia, son muy escasas. No son muchos los nombres que han sobrevivido al paso de los siglos. Tanto es así que ya hace unos años me animé, en colaboración con el gran Francesc Sánchez( recientemente fallecido) de la web Arraona Romana a recopilar en  un artículo  gran parte de las historias y algunos de los pocos nombres conservados de esas mujeres como un homenaje a su generosidad y a la vida de servicio que rindieron a la Ciudad Eterna. Tampoco son muy abundantes los relatos literarios en los que ellas tengan la voz cantante, el papel de protagonistas. Mireia Gallego Verdejo, la escritora y divulgadora, miembro fundador de Divulgadores de la Historia y administradora del excelente y veterano blog Atenea Nike, ha venido a poner remedio a la situación con su nueva novela "Esclava de Vesta".

Es un excelente relato de la vida de una vestal(ficticia) Occia, de la familia de los Valerio que sufre la inquina y el desprecio más profundo de su hermana mayor, Claudia que, con sus intrigas y maquinaciones, irá trayendo la desgracia más absoluta no solo a nuestra joven protagonista, sino prácticamente a todos aquellos a los que ama. Occia, a causa de las maniobras de su cuñado, resulta elegida siendo muy niña para ser vestal y en contra de su voluntad, ingresa en la Casa de las Vestales. Allí transcurrirá su vida austera y plenamente dedicada al culto a la diosa. El relato, además del componente humano que lleva aparejado, resulta de lo más interesante para cualquier amante de la antigua Roma, pues sirve de pretexto a la autora para contarnos, con una habilidad narrativa sorprendente, no solo los grandes momentos políticos de los gobiernos de Calígula o Claudio sino también aspectos más costumbristas de la sociedad romana en general y sobre todo de las vestales: como era la vida de estas mujeres; en que consistía el culto a Vesta; cuales eran los privilegios y obligaciones de ser vestal; que comían; como se organizaban para el culto; cuales eran los castigos que sufrían si faltaban a sus deberes, etc. No se piense el lector de estas líneas que le estoy recomendando una novela tierna y divertida sobre la vida de una joven Vestal. En absoluto, la novela como ya he indicado es rigurosa hablando desde un punto de vista histórico y a veces refleja de una manera brutal y descarnada lo dura que podía ser la vida y la muerte en esa ciudad. Es sorprendente también y eso que ya me pasó con su novela anterior, lo rápido y fácil que se leen sus poco más de 300 páginas, te quedas con ganas de seguir leyendo sobre Occia y sobre esa Roma, ya dueña de casi todo el mundo, al menos del conocido, de la primera mitad del siglo I.

Es, en definitiva mi fórmula favorita para la novela histórica( diversión + rigor histórico), mezclar la vida de un personaje real o ficticio(eso da igual) con la narración seria y rigurosa del contexto histórico en los que se desenvuelve la intriga. He leído a algunos divulgadores, "profetas de la verdad" decir que con la novela histórica no se puede aprender historia. Yo sinceramente creo que eso no es cierto, en especial si leemos las novelas de Mireia que, siempre son divertidas pero fieles al contexto histórico en el que se desarrolla. Un perfecto ejemplo de ello es su anterior novela "Servilia: La mujer que cambió el destino de Roma", que hemos reseñado ya en este blog.

En conclusión y con ánimo de no aburrir al lector de estas líneas solo me queda animarle a hacerse con una novela en la que la diversión y el aprendizaje están garantizados. Una inversión perfecta ¿No os parece?

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