Hoy vamos a hablar de una curiosa magistratura romana: la dictadura. Antes que nada debemos aclarar que tenía un carácter distinto de lo que hoy entendemos. En época romana era un cargo que estaba bastante perfilado desde un punto de vista legal. Era un puesto diseñado para dar respuesta y solución a una situación de crisis específica, a un problema de carácter excepcional. Para ello era muy útil concentrar en una sola persona una serie de atribuciones extraordinarias que permitieran afrontar el problema con la agilidad y la fuerza necesaria que fueran precisas. No obstante su capacidad de actuación estaba limitada a la tarea concreta que se le había asignado y a un periodo temporal fijado de antemano, normalmente seis meses.Tampoco podían elaborar leyes, solo decretos y se esperaba de ellos que renunciaran a su cargo una vez cumplida su tarea o cuando se acababa el plazo que se les había concedido. Tenía la potestad de nombrar a un magister equitum, su lugarteniente en el ámbito de lo militar.
Por lo general lo nombraba el Senado mediante un senatus consultum que autorizaba a uno de los dos cónsules a nombrar a un dictador, normalmente un patricio con rango consular. Este senatus consultum era respaldado después por el pueblo en la comitia curiata. Normalmente se elegían para hacer frente a un enemigo exterior, aunque también se nombraban para hacer frente a situaciones de crisis políticas, celebrar elecciones, actos religiosos de importancia, etc . Como otros magistrados romanos, el dictador tenía derecho a mostrar los distintivos públicos de su poder, como el uso de la silla curul, la toga praetexta, y a ser protegido por veinticuatro lictores.
Esta magistratura tendrá su nacimiento y desarrollo durante la República y con la llegada del Imperio verá su final debido en gran parte al uso distorsionado de las facultades que el puesto otorgaba. Tras la muerte de César, que había sido nombrado en el 44 a.C dictador vitalicio con el poder de nombrar magistrados, su magister equitum, Marco Antonio propuso una serie de leyes que establecían la abolición formal de la dictadura. En el 23, Augusto que era sobrino y heredero político de César rechazó el ofrecimiento del Senado a ser nombrado dictador y siguiendo su ejemplo ninguno de sus sucesores adoptarán ese título.
Vamos a hablar de algunos de los dictadores más importantes de la historia de Roma:
LUCIO QUINCIO CINCINATO(519 a. C.-430 a. C)
En la segunda mitad del siglo V, las continuas incursiones de volscos, sabinos y ecuos en los dominios de Roma y de sus aliados más próximos eran una amenaza constante. En el 460 a.C atacaron Tusculum y derrotaron a un ejército consular amenazando a la propia Roma. La situación era crítica y los dos cónsules romanos se mostraron de acuerdo en nombrar a un dictador para afrontar la amenaza con más garantías de éxito. Cincinato, con un brillante historial tras haber reprimido una insurrección en la ciudad era el candidato ideal. No sabemos si es cierto o forma parte de su leyenda, pero algunas fuentes nos cuentan que su éxito le había costado la mayoría de sus propiedades, que tuvo que malvender, y el exilio de su hijo a Etruria, al estar implicado en linchamientos de plebeyos durante la revuelta. Desengañado se había retirado de la vida pública y explotaba con sus propias manos una pequeña granja que había conservado en las afueras de Roma.
Roma y los pueblos que la rodeaban entre los siglos VIII y V a. C |
Cuando le fue expuesta la situación por los cónsules, no lo dudó abandonó el arado, vistió la toga y se dirigió al Foro para asumir su dictadura por seis meses, nombró a su magister equitum(Lucio Tarquicio) y enroló a los varones en edad militar para dirigirse a socorrer al ejército romano amenazado por los ecuos. Ya cerca del campamento enemigo, aprovechando la noche, ordenó construir una empalizada para rodear al enemigo que al verse atrapado en una pinza acabó por rendirse, dejando el Dictador que abandonaran el campo de batalla a condición de entregar a sus jefes. Tras la victoria, permitió a sus soldados el saqueo del campamento de sus rivales. A su regreso a Roma, los tres principales lideres ecuos fueron humillados haciéndoles pasar por debajo de un yugo para escenificar su derrota. Estamos en el año 458 a. C, dieciséis días después de ser nombrado y considerando su labor acabada, renunció a su dictadura y volvió a su granja. En el 439 a. C con 80 años volvió a ser nombrado dictador. En este caso tenía que afrontar el peligro interno que suponía el rico plebeyo Espurio Melio que, aprovechando la escasez de trigo, usó su riqueza para comprar una gran cantidad de grano y repartirla al pueblo romano que agradecido lo elevó a la candidatura del consulado. Se rumoreaba, tal vez exageradamente, que buscaba ser rey y que almacenaba para conseguirlo armas en su casa. Nombró como magister equitum a Cayo Servilio Estructo Ahala que tendió una inteligente emboscada a Melio el día que pretendía ser nombrado cónsul, acabando con su vida mientras trataba de huir. Cincinato volvió a renunciar a la dictadura falleciendo a la edad de 90 años, convirtiéndose en el perfecto ejemplo de lo desinteresado que debe ser un político.
QUINTO FABIO MÁXIMO (280-203 a.C)
Fue un gran político y general romano que llegó a ser censor, cónsul hasta en cinco ocasiones y dictador en dos ocasiones. A su nombre se añaden los términos de Verrucosus en alusión a una verruga que lucía en su labio superior, Cunctator que significa él que retrasa, por sus tácticas de guerrilla al afrontar la guerra contra Aníbal y Ovícula( el cordero) por la suavidad de su carácter.
En el 221 fue nombrado dictador por primera vez para que organizara la correcta celebración de unos comicios. Ya con 63 años, en el 217 a.C fue nombrado por segunda vez dictador para tratar de poner remedio a la desastrosa situación militar de Roma. Fue en el marco de la segunda Guerra Púnica (219-201 a.C), tras la derrota ante el cartaginés Aníbal en el lago Trasimeno.
Aníbal contempla como sus tropas derrotan a los romanos en el Lago Trasimeno |
Lo normal es que este nombramiento lo hicieran los cónsules, pero en este caso lo tuvo que tramitar en Senado. Consciente de la inferioridad militar de Roma ante el cartaginés evitó presentar batalla directamente dedicándose a hostigar a pequeños destacamentos enemigos y a atacar sus líneas de suministros, generando un desgaste que Aníbal acabará pagando caro. Su cautela llegó a ser mal interpretada por sus rivales siendo tachada de cobardía, tal vez solo Aníbal era consciente de lo acertado de ese comportamiento. Su propio magister equitum Marco Municio Rufo se convirtió en su rival, encabezando las protestas contra su manera de actuar, y consiguió el mando del ejército en días alternos, es decir, un día el mando lo tenía el magister equitum y al siguiente el dictador que en la batalla de Geronium salvo in extremis a Municio. Este, agradecido a Fabio Máximo, renunció al mando alterno y se puso de nuevo a sus órdenes. Fabio al pasar los seis meses legales de su mandato renunció a la dictadura, devolviendo el mando a los cónsules.
Pasará a la historia como un símbolo del romano prudente pero fuerte y valeroso. Durante la guerra de la independencia norteamericana el general Washington será honrado con el apelativo del "Fabio americano". Dará nombre a una doctrina estratégica conocida como "Táctica fabiana" y una parte del movimiento obrero en Gran Bretaña adoptó el nombre de Sociedad fabiana.
LUCIO COPRNELIO SILA (138 a. C.-78 a. C.)
Llegó a ser uno de los más notables políticos y militares romanos de la era tardo-republicana. Líder del bando de los optimates, llegó desempeñar numerosos cargos como el de Cónsul en los años 88 a. C. y 80 a. C. y el que más nos interesa en este artículo el de dictador.
Tras derrotar a Mitrídates del Ponto en el 86 a.C, volvió a Italia donde sus rivales, los populares, se habían hecho con el poder en Roma. Tras su victoria se hizo nombrar Dictador, una magistratura que a esas alturas estaba ya en desuso ( no se utilizaba desde los tiempos de la Segunda Guerra Púnica(218-202 a.C). Su dictadura tuvo un carácter muy peculiar ya que se saltó el tradicional periodo de seis meses, haciéndola indefinida. se hizo conceder poder expreso para redactar leyes y organizar el Estado pudiendo aprobar decretos sin la necesaria consulta al Pueblo. Pretendía fortalecer el Senado y limitar el poder de los Tribunos del Pueblo que ya no podían vetar leyes o nombramientos, ni ejercer otro cargo público. Tampoco podían proponer leyes sin la aprobación previa del Senado. Recuperó los antiguos plazos y edades para seguir el cursus honorum y aumentó el numero de cuestores, pretores y senadores.
Además de estas reformas institucionales Sila estaba decidido a acabar físicamente con sus adversarios políticos declarándolos a través de las proscripciones, enemigos públicos. Se puso precio a sus vidas y se ofreció impunidad y recompensa económica a sus captores. Aparecer en la lista de proscritos suponía no solo el alto riesgo de perder la vida, también la pérdida de sus derechos como ciudadanos romanos, la de sus propiedades y bienes que quedaban confiscados por el Estado.
La lista con las proscripciones es expuesta en el Foro |
Fueron muchos los que asesinados y aunque los cálculos varían de un historiador a otro se afirma que murieron más de 40 senadores romanos y unos 1.500 caballeros, que adornaron con sus cabezas el Foro romano. Fuera de Roma también corrió la sangre en Praeneste, o en Nola o Capua que fueron arrasadas, otras como Pompeya vieron como sus tierras se reconvertían en colonias donde asentar a los legionarios veteranos del todopoderoso dictador.
A finales del 81 y sintiendo flaquear su salud, consideró acabada su tarea de reforma total del Estado y renunció voluntariamente a su dictadura, al año siguiente y tras acabar su consulado se retiró de la vida pública, marchó de Roma a vivir sus últimos días como un particular en su casa en el golfo de Nápoles donde murió por causas naturales un par de años después. Tirano para unos, gran militar y reformador político para otros Sila se convirtió por méritos propios en uno de los personajes más trascendentes de la historia de Roma.
CAYO JULIO CESAR(100-44 a. C)
Sus grandes logros militares, políticos y literarios han hecho que sea el personaje más famoso de la historia romana dejando una huella imborrable en nuestra cultura literaria, en el cine, en la novela y el teatro y en el arte a lo largo de los siglos. Aquí nos vamos a centrar en el periodo final de su vida, en su fase como dictador de Roma.
Tras la conquista de las Galias y ante la hostilidad de sus rivales en el Senado de Roma César toma la decisión de trasladarse con parte de sus veteranas legiones a Italia y cruza el Rubicón. El partido senatorial, encabezado por Pompeyo solo podía oponer una pocas tropas mucho menos experimentadas. Se retiran apresuradamente de la capital dejando incluso el tesoro del Templo de Saturno en manos cesarianas. de allí viaja primero a Hispania donde derrota a las legiones pompeyanas en Ilerda y después a Grecia para enfrentarse en Farsalia a sus adversarios. La victoria será aplastante. Pompeyo es asesinado en su huida a Egipto y de regreso a Roma es nombrado dictador con Marco Antonio como su Magister equitum. Usó su autoridad para convocar elecciones legalmente y fue elegido Cónsul. Adoptó una serie de medidas legales en el ámbito económico para aliviar el problema de las deudas. Concedió el derecho de ciudadanía a las comunidades de la Galia Traspadana. Dejó en diciembre de ese año la Dictadura considerando cumplida su tarea.
César cruza el Rubicón al frente de sus tropas(EScena de la serie de HBO Rome) |
Tras las nuevas victorias que obtiene sobre sus rivales en África y sobre Farnaces, rey del Ponto retorna a la capital donde el Senado ahora fiel a su figura le afianza aún más en el poder nombrándole dictador en la primavera del 46 a. C por un plazo de diez años, algo sin precedentes en la historia de la Urbs. Allí se encargará de celebrar cuatro triunfos por sus victorias en la Galia, Egipto, Asia y África que dejaron boquiabiertos a los ciudadanos romanos por su lujo, duración y dimensiones. Recompensó a sus tropas con tierras y dinero, distribuyó alimentos a los romanos, bajo el precio de los alquileres, y ofreció espectáculos de gladiadores, carreras de carros, atletas, naumaquia, etc.
En el invierno del 46 volvió a Hispania a combatir a las fuerzas levantadas en su contra por los hijos de Pompeyo a los que derrotó en la Batalla de Munda. A su vuelta reunió en su persona todos los poderes que aún no le correspondían dejando al Senado, que amplió a 900 miembros, como una mera cámara consultiva. Se hizo nombrar Cónsul sine colega y se convirtió en dictador perpetuo, Cónsul por 10 años y jefe supremo del ejército. Además de estos poderes, ya era Pontífice Máximo (un cargo vitalicio) y monopolizó la Potestas Tribunicia. Como dictador desarrolló una intensa actividad constructiva destacando el Foro de César, finalizado por Augusto, en el centro del cual se levantaba una enorme estatua ecuestre de César ante el templo de Venus Genetrix, de la que decían descendían los Julios.
Julio César murió asesinado en una conspiración dirigida Casio y Bruto( en los Idus de marzo). Su muerte impidió acabar algunas de sus reformas, aunque otras como el cambio del calendario (que se mantuvo hasta el siglo XVI), una nueva ley municipal que concedía mayor autonomía a las ciudades o el reasentamiento como agricultores de las masas italianas proletarizadas si que se llevaron a cabo y pusieron las bases para que Roma dispusiera de un gobierno más eficiente capaz de afrontar con éxito y mayor eficacia los retos que su papel como primera potencia del mundo conocido.
Viñeta del cómic Axterix y Obelix |
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BIBLIOGRAFÍA
Osgood, J. (2019).-- Roma. La creación del Estado mundo.-- Madrid: Desperta Ferro, 2019
https://historiaeweb.com/2020/09/30/dictadura-de-sila-roma/
Suetonio, Cayo.-- La vida de los doce césares.-- Madrid: Gredos
Montanelli, Indro.--Historia de Roma.-- De Bolsillo, 2001
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