martes, 29 de diciembre de 2020

LA DONCELLA EN LA NIEVE. AVENTURAS, AMOR, GUERRA Y RELIGIÓN A FINALES DEL SIGLO XII. BREVE RESEÑA

Escrito por Federico Romero Díaz

La Edad Media es un periodo histórico bastante difícil de comprender por la fragmentación del poder político y por lo íntimamente relacionado que está ese poder con el militar y religioso. Es un momento de lucha y convivencia, que frecuentemente se alternan, entre el cristianismo y el islam. Aunque la realidad se resiste a ser encasillada en esquemas tan simples y nos muestra, en nuestra península ibérica por citar un escenario, frecuentes ejemplos de reinos cristianos luchando entre sí; de califas musulmanes apoyando militarmente a reinos cristianos que se defienden de otros reinos cristianos, de ejércitos cristianos que defienden el territorio de sus aliados musulmanes frente a otros invasores cristianos, etc. 

El asedio de San Juan de Acre (1189-1191) primera gran contienda de la tercera cruzada

Una manera de acercarnos a una época tan complicada es a través de un buen ensayo que trate el tema. Por ejemplo hace poco se lanzó al mercado un estupendo estudio sobre la figura de Rodrigo Díaz de Vivar cuya reseña puedes leer pinchando aquí. Otra manera es elegir una novela histórica ambientada con rigor  en esa época y que nos ofrezca un buen panorama de la realidad histórica del momento. Si eres más de la segunda opción la elección perfecta es "La doncella en la Nieve" de Alberto Martínez Díaz un autor que  muestra una gran habilidad en ambientar sus historias en momentos históricos poco conocidos desde un punto de vista narrativo. Por ejemplo su anterior novela, La máscara alana, ya reseñada por HRA en este enlace nos sumerge en la turbulenta Europa de principios del siglo V d.C. Una época en la que el imperio romano se tambalea ante el empuje de las invasiones de suevos, vándalos y alanos.

En la novela que nos ocupa ahora, en "La doncella en la nieve" Alberto Martínez Díaz nos lleva de viaje de nuevo por Europa aunque también nos acerca a Tierra Santa. En este caso a una época distinta, finales del siglo XII, y el lugar es la frontera entra Castilla y los dominios musulmanes de los almohades que han infringido una terrible derrota a los cristianos en la batalla de Alarcos, en el 1195.

Miniatura de tropas cristianas y musulmanas, s. XIII

Dejando a los cristianos durante bastantes años a la defensiva ante el empuje de los norte-africanos. Desde allí el autor nos lleva en un largo viaje que tras atravesar toda Europa, por tierra y mar nos lleva a Tierra Santa, en el justo comienzo de la Tercera Cruzada encabezada por el rey inglés Ricardo, Corazón de León y el francés  Felipe II Augusto. Ambos soberanos unieron sus fuerzas a la de los reinos cristianos de la zona, tratando de recuperar el terreno perdido, Jerusalén incluido, al Sultán de Siria y Egipto, Saladino.

Saladino, sultán de Egipto y Siria. 

En realidad Alberto Martínez, con la habilidad narrativa que ya demostró en su anterior obra nos entrelaza dos novelas distintas en una sola, usando como nexo de las aventuras del joven noble aragonés Martín García. En una de las historias nuestro protagonista se une a un pequeño grupo de soldados comandados por el veterano conde leonés Lope Bermúdez que marchan a la Tercera Cruzada. Durante el viaje el personaje madura como hombre y se forma como militar hasta llegar a alcanzar el grado de caballero. Ya en Tierra Santa y como parte del contingente a las órdenes del rey inglés vivirá en primera persona la gloría y las penurias de esa cruzada. Por otro lado hay otra historia que se alterna en diferentes capítulos con la anterior. En ella Martín y algunos de sus compañeros, ya de vuelta a la península ibérica, son atacados por un grupo de bandidos en la frontera de Castilla y los almohades. Martín jura vengarse en la persecución de estos bandidos su destino se enlazará para siempre con la joven Blanca, hija de un conde de la región. Para ser felices y estar juntos deberán afrontar muchos peligros en una tierra dura y despiadada con el más débil.

La novela, además de la habilidad narrativa del autor presenta grandes aciertos, como son: la acertada elección en el marco geográfico y temporal de la historia; el amplio elenco de personajes reales y ficticios que han sido muy desarrollados desde el punto de vista psicológico, las descripciones de la vestimenta, técnicas constructivas, armamento, comida, etc que demuestra lo bien que se ha documentado el autor antes de ponerse a escribir; los acertados puntos de vista sobre algunos personajes mal conocidos como Ricardo Corazón de León al que se le presenta como alguien temerario, impaciente y de poco fiar.

 
Tumba de Ricardo en la Abadía de Fontevrault, en Francia.

Las novelas de Alberto presentan siempre otro acierto y es que piensa en ponérselo lo más fácil que pueda al lector y para ello sus novelas, y esta no es una excepción, ofrece mapas para ilustrarnos el escenario en el que se mueven los personajes, glosarios que nos aclaran el significado de las palabras propias de la  época y que se le pueden escapar al lector, listados para que diferenciemos personajes reales de los ficticios, etc.

Acabando lo que pretendía que fuera una breve reseña deciros que estamos ante un hábil relato, ágil y atractivo de muy fácil e instructiva lectura desde  el punto de vista histórico y desde el narrativo.. La ecuación perfecta que una buena novela histórica debe presentar: las justas proporciones entre diversión y verdad histórica. ¿ Os la vais a perder?



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martes, 22 de diciembre de 2020

EL PERSONAJE QUE NO SALE EN LA NOVELA DE POSTEGUILLO.EL HISPANO PUBLIO CORNELIO ANULINO. LA MANO DERECHA DE LUCIO SEPTIMIO SEVERO

Escrito por Federico Romero Díaz

 Hoy vamos a hablar de una de esas personas que, a pesar de haber tenido una importancia enorme en la época que le tocó vivir, quedan relegadas en el recuerdo por diferentes razones. Nuestro personaje es el hispano Publio Cornelio Anulino. Un hombre que llegó a ser la mano derecha de Septimio Severo.

Vamos a iluminar con este artículo el recuerdo de este gran militar y político romano de finales del sigo II  y principios del siglo III. Una época clave en el desarrollo de la historia de Roma, en la que se pasa de la "edad dorada" de la dinastía aelia-antonina a otra realidad más dura que podríamos llamar la "edad del hierro" que comienza con Marco Aurelio y Cómodo pero que se manifiesta claramente durante los severos y la posterior crisis que se desarrolla durante el siglo III.

En este momento histórico el Imperio no solo debe enfrentarse a enemigos externos, sino a frecuentes guerras civiles.

Sabemos que era de Iliberris, actual Granada, ciudad que prosperó especialmente tras ponerse de lado de Cayo Julio Cesar en sus guerras contra Pompeyo. Su nombre completo era Publio Cornelio Anulino. Perteneciente la poderosa gens Cornelia y a la tribu galeria de orden senatorial , testimoniada en diversas inscripciones de la zona. Debió nacer entre el 138 al 142. Era costumbre entre las familias de clase alta de Hispania en esa época mandar a sus vástagos, apenas llegaban a la adolescencia, a la capital para ser formados en política y en el ejército. En esos años de formación y primeros cargos es muy probable que coincidiera con otro joven que también iniciaba su cursus honorum y que sería su gran amigo durante toda su vida, Septimio Severo que procedía del Norte de África.
Plano de Florentia Iliberitana de Sanchez sarravia. Siglo XVIII. Universidad de Granada.

 Las referencias escritas que conocemos nos indican que ya en el 158, bajo el gobierno de Antonino Pío, aparece como Cuestor y al siguiente como Tribuno de la Plebe, que en aquella época eran cargos en los que se iniciaban los jóvenes miembros de la clases privilegiadas. Los cargos solían ser de uno o dos años y se rotaban entre los miembros de la clase senatorial. Sabemos que ejerció su labor en puestos de diversa importancia como ayudante del jefe de la Annona, del puerto fluvial de Roma, etc. Ya en entre el 161 al 162, siendo  Marco Aurelio emperador  desempeña cargos de más responsabilidad como Curator Alves Tiberi, que era el responsable del mantenimiento de las cloacas, del sistema de suministro de agua de Roma, del mantenimiento del cauce del Tiber( muy tendente a las inundaciones), etc.

A partir de esa fecha comienza su carrera militar propiamente dicha y se inicia en el desempeño de cargos de carácter más militar. Le podemos seguir el rastro en Narbona donde sirvió a Roma como proconsul aunque lo probable es que durante esa época sirviera en Germania( donde se encontraban sirviendo algunas legiones como la XXX Ulpia Victrix, la I Minerva, La VIII Augusta y la XXII Primigenia.)

 En el 169 es nombrado Porconsul de la Bética y Legado de la única legión que tenía su base en Hispania, la VII Gemina, con base en la actual León. Al poco de su llegada, en el 170, se vió obligado a hacer frente a una invasión de mauri, procedentes del norte de África, que habían cruzado el Estrecho saqueando toda la Bética durante ese año y el 171. Asaltaron Itálica, Anicipo(Ronda), Singilia Barba(cerca de la actual Antequera), llegando incluso a Emerita Augusta( Mérida). Sabemos que efectivos de la VII Gemina fueron enviados a esa zona en persecución de los saqueadores  que huyeron a África aunque incluso en su retirada fueron perseguidos más allá del Estrecho, en Mauritana Tingitana( norte de Marruecos).

 La recompensa que Marco Aurelio le otorgó por su éxito en el 173 fue el proconsulado de Raetia ( zona del actual Ausburgo) seriamente amenazada por incursiones de los cuados y los marcomanos. Allí al frente de la Legio III Itálica hizo frente a los germanos.

 

 De regreso a Roma y tras desempeñar en el 175 el cargo de Consul Sufectus junto al futuro emperador Pertinax, fue eviado de nuevo a la frontera de Germania Superior, a Mogontiacum( actual Maguncia) al frente de legiones como la VIII Augusta o la XXII Primigenia, en las que ya había servido en su etapa de formación. Allí permanecerá hasta el 180. Tras el fallecimiento de su protector Marco Aurelio y las purgas que su hijo Cómodo comienza a realizar entre la clase senatorial decide retirarse de la vida pública ¿Se retiró a la Bética? es posible aunque no tenemos la certeza.Hasta el 192-3 no volvemos a tener noticia de él. Cómodo es asesinado y su antiguo compañero en el consulado, Pertinax, ahora nuevo emperador, le nombra Gobernador del África proconsular y Legado de la única legión de ese territorio la III Augusta, acantonada en Lambaesis( Argélia). El asesinato de Perteninax y la compra del puesto de emperador por Didio Juliano desencadenó cuatro años de guerras civiles en las que Anulino, dueño del Norte de Äfrica se decanta por su amigo de juventud Septimio Severo, capaz con sus legiones danubianas de plantarse en Roma en poco más de un més, acabar con Didio Juliano y reformar completamente la guadria pretoriana con personas de su confianza.


193, año de los cinco emperadores
 Severo pactó con Albino, otro de los candidatos rivales e inició una dura campaña contra Pescenio Niger, el candidato que contaba con el apoyo de las legiones de Oriente. Anulino al frente de las tropas de Severo derrotará y ejecutará a Niger en el 194 en la batalla de Issos.

Tras la victoria en la guerra civil, Anulino es sumado a la campaña de Severo contra los partos que culmina con la ocupación de Seleucia, Babilonia y el saqueo de la capital parta, Csifonte en el 197.

 

Restos del Palacio de Cosroes en Csifonte

La estancia en Oriente de Severo y Anulino es aprovechada por Clodio Albino, antes aliado, para alzarse contra Severo con el apoyo de las legiones de la Galia, Hispania y Britania. Tras la victoria, Anulino, junto a Severo se dirigen a Occidente con gran partes de sus legiones, victoriosas contra los persas a enfrentarse a Albino. El enfrentemiento tendrá lugar en la Galia, en Lugdunum en el 197. Será una batalla terrible que se decanta finalmente a favor de Severo. Albino se suicida para evitar ser capturado. Tras la victoria la dinastía Severa ya no tiene rivales que se opongan militarmente a su poder.

Severo contempla el cadaver decapitado de su rival Clodio Albino( portada Despertaferro Antigua y Medieval nº 35)

Anulino es premiado por sus servicios a Roma en estas dos campañas es designado Consul en el año 199, y Prefecto de Roma entre el 200 y el 203, cargo que implicaba sustituir al propio Emperador cuando se ausentaba de la Urbe. Desconocemos la fecha de su retirada de la carrera política y la de su fallecimiento,  pero sabemos que su hijo, del mismo nombre, alcanzará en el 216 el puesto de Consul suffectus.

Va siendo hora de que personajes de la importancia de nuestro protagonista den el salto de los estudios de historiadores y arqueólogos al conocimiento del público en general.

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LOS MÁRTIRES DEL EMPERADOR FILÓSOFO. LAS PERSECUCIONES DE LYON Y VIENNE 

¿CRISIS? ¿QUÉ CRISIS? HISTORIA DE LAS CRISIS ECONÓMICAS DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA HOY.

Bibliografía

Orfila Pons, Margarita.-- Florentia Iliberritana. La Ciudad de Granada en época Romana.-- Granada, Universidad, 2020

 Jiménez Jiménez, Miguel.--Personajes de la Granada Romana. Editorial Comares, 1999.

 Webgrafía

https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwiXq6zZidXtAhXWEcAKHbtGAlwQFjAJegQICRAC&url=http%3A%2F%2Fwww.cervantesvirtual.com%2FdescargaPdf%2Fepigrafa-romano-granadina-0%2F&usg=AOvVaw38SaMBmpr-HTtF9JO32C96

 https://joseluiszurita.wordpress.com/2013/05/18/publio-cornelio-anulino-consul-de-roma/

http://dbe.rah.es/biografias/23707/publius-cornelius-anullinus





jueves, 10 de diciembre de 2020

LAS ARMAS ROMANAS EN EL MAR

Escrito por Federico Romero Díaz

Cuando queremos hablar del poderío militar romano parece inevitable hacerlo en términos terrestres.  Lo primero que hacemos es recurrir a hablar de las legiones y de su evolución, de sus éxitos militares, de su organización y de su prolongada evolución a través de los numerosos siglos de la historia de Roma. No nos equivocamos, pero no es correcto del todo porque dejamos de lado un importante factor del éxito romano en la guerra: su poder en el mar.


Roma tuvo desde el principio de su historia una importante relación con el medio acuático, tanto fluvial como marino, y en ese medio debió enfrentarse a poderosos enemigos como etruscos, griegos, cartaginenses, piratas de diferente origen, etc. A todos ellos los acabó venciendo, pero ¿con que armas?

Vamos a darle un rápido vistazo a algunas de las claves del éxito romano en el mar y al las armas de las que se valieron para conseguirlo:

EL ROSTRUM

 

El espolón fue inventado por los fenicios en el siglo VIII a. C. Fue usado durante la antigüedad y era una parte importante de las galeras fenicias, griegas y romanas. En las naves romanas se denominaba rostrum e iba sólidamente fijado a la proa a mayor o menor altura de la línea de flotación, aunque casi siempre a la altura de ésta.

 

Era utilizado como arma para embestir a la nave enemiga, para tratar de hundirla y dejarla fuera de la batalla. Las naves de guerra en época romana no solían llevar lastre por lo que rara vez se hundían en batalla. Normalmente se quedaban semi-sumergidas, pudiendo el vencedor remolcar la nave afectada a la costa, repararla y utilizarla en beneficio propio. Determinó las tácticas de la guerra en el mar por muchos siglos, siendo en ellas fundamental la pericia y la experiencia de las tripulaciones de los barcos.



EL CORVUS

En el siglo III a.C. las batallas en el mar se ganaban gracias a la capacidad de maniobra y la habilidad marinera de las naves de guerra que fundamentalmente buscaban embestir a las naves enemigas con sus rostra, una especie de espolón metálico colocado en las proas de los barcos. Los daños causados por el golpe en el casco dejaban a la nave alcanzada fuera de combate, sin capacidad de maniobra y habitualmente semi-sumergida ( las naves de guerra en esa época no llevaban lastre, lo que hacía que no se hundieran normalmente. Esto permitía a los atacantes remolcar con facilidad la nave vencida hasta la costa donde, tras reparar el daño, podía ser utilizada en beneficio propio, sin lucha directa con la tripulación enemiga que bastante tenía con evitar la muerte por ahogamiento.

Este planteamiento de los conflictos navales en plena Primera Guerra Púnica( 264-241 a.C) perjudicaba claramente a los barcos romanos con mejor infantería de marina pero con tripulaciones menos experimentadas. La manera de inclinar la balanza a su favor fue el uso del corvus.

¿En qué consistía exactamente? Era una especie de puente de abordaje que en su parte superior tenía una pasarela con una barandilla de unos 60 centímetros de alto destinada a proteger a los romanos de los proyectiles rivales y que impedía que en el abordaje cayeran al mar. Además permitía a los infantes de marina romanos pasar a  la nave enemiga. Acababa en su parte inferior en un gancho metálico  fijaba al rival junto a la nave romana. Normalmente se instalaba en vertical, unido al mástil de la nave y un sistema de rodamientos permitía moverlo en la dirección más conveniente.


Por las fuentes sabemos que la primera vez que se utilizó fue en la batalla de Milas(260 a.C) en la que 143 naves romanas al mando de Cayo Duilio se enfrentaron a 130 naves cartaginesas. El romano consciente de la mayor destreza de sus enemigo cartagines en el mar, ideó este arma que cambiará la manera de hacer la guerra en el mar. La batalla no pudo salir mejor para los romanos que hundieron una 50 naves púnicas, hicieron prisioneros a más de 3.000 enemigos y acabaron con otros 7.000. En las bajas romanas solo hubo que contar un barco perdido y algunos cientos de tripulantes. Es la primera gran victoria naval de los romanos. Además acabaron con la confianza en la superioridad naval de los cartagineses que perdieron la guerra dejando a Roma como la dueña del Mediterráneo occidental. Se celebró un sonado triunfo en Roma y se construyó con los espolones enemigos capturados la columna rostrata.

El corvus, que apenas dañaba el casco de las naves, permitía a los romanos repararlas rápidamente y usarlas en la misma batalla contra sus enemigos, antiguos dueños de la nave. Este arma había eliminado de golpe la ventaja cartaginesa en el mar, ofreciendo varias ventajas que favorecían por su forma de combatir a los romanos, sin embargo se dejo de utilizar relativamente pronto. Las causas debieron ser varias. Algunos autores defienden que el peso de esa estructura desestabilizaba las naves y aumentaba el riesgo, otros que tras la victoria en la Primera Guerra Púnica y la hegemonía en el mar que esa victoria le supuso a Roma ya no eran necesarios. No se sabe con certeza el motivo real aunque si se puede decir que en la batalla de las Islas Egadas, en el 241 a.C, ya no se utilizó.

Son muchas las teorías que se han elaborado sobre el porqué de su abandono. Unos dicen que desestabilizaba por su peso las naves romanas, especialmente en condiciones de navegación adversas aunque lo más posible es que la propia mejora en las habilidades marineras de los romanos, que ahora ya podían medirse de igual a igual con sus enemigos tradicionales en el mar lo hicieron innecesario. Lo que si sabemos es que los romanos dejaron de utilizarlo y que utilizaron las tácticas tradicionales de combate en el mar con bastante éxito por cierto.  Por ejemplo en la batalla de Ecnomo(256 a.C) los romanos hundieron 30 naves cartaginesas embistiendo con sus rostra y apresaron otras 64 mediante la técnica del abordaje.

EL ARPAX

En el 36 a.C, Agripa lo utiliza en la batalla de Nauloco contra la flota de Sexto Pompeyo con muy buenos resultados. Consistía en un arpón que se lanzaba desde cubierta, utilizando catapultas. El arpòn iba unido a un largo eje forrado de metal que protegía el proyectil e impedía que el enemigo lo cortara y se liberara. Fue un éxito total para el bando de Augusto que solo perdió en el enfrentamiento tres naves. Solo 17 naves de Sexto Pompeyo lograron escapar, 28 fueron destruidas y el resto capturadas.



FUEGO

Los barcos en la Antigüedad, fabricados con madera en sus cascos, lino y cuerdas en sus arboladuras, eran presas fáciles del fuego que era utilizado en batalla como un arma más. Durante los combates se lanzaba brasas y brea sobre las naves enemigas. Agripa en Actium(31 a.C) hizo uso de este recurso frente a las naves de Cleopatra y Marco Antonio. No solo se utilizaban catapultas, también flechas y lanzas en llamas eran arrojadas contra las naves rivales. Dion Casio nos describe las consecuencias del uso de este arma en una batalla:

"Algunos de ellos, especialmente los marineros, murieron a consecuencia del humo antes de que les alcanzaran las llamas, otros en cambio se asaron en medio del incendio como en un horno. También otros perecieron abrasados por sus propias corazas, que alcanzaron temperaturas muy altas...."

A veces los barcos utilizaban grandes braseros colocados estratégicamente alrededor del barco como arma defensiva para impedir que las naves enemigas se aproximaran para abordarlos. Otra manera de usar el fuego como arma, ofensiva en este caso eran los brulotes. Eran pequeñas embarcaciones, o barcos muy deteriorados para prestar un servicio normal que eran incendiados y lanzados a merced del viento contra la flota enemiga. Eran muy útiles contra formaciones navales cerradas para la batalla o contra flotas ancladas en puerto. Este arma se uso con éxito por los vándalos en el 457 d.C contra la flota romana que vio como la mitad de sus barcos fueron pasto del fuego.

FUEGO GRIEGO

Sabemos que fue utilizado con fortuna para frenar el asedio musulmán contra Constantinopla en el 673. Los romanos contaban con los servicios de Calínico, refugiado en la capital ante el avance en Asia del islam. El ingenio de este hombre hizo posible instalar en la flota romana un arma que resultó mortal para los barcos musulmanes. El fuego griego era un tipo de nafta, o petróleo refinado al que se le añadían otros componentes, como azufre, resinas, cal, etc que era arrojado sobre las embarcaciones enemigas usando unos sifones hidráulicos hechos en bronce. La llama no se podía apagar con agua que avivaba más la llama abrasando sin remedio todo aquello que tocaba. Su composición exacta era secreto de estado, tanto que a día de hoy desconocemos su composición precisa. También sabemos que el humo era extremadamente tóxico. Los romanos de Oriente también lo lanzaban sobre las naves enemigas utilizando vasijas de gran tamaño, lanzadas con catapulta o en pequeñas pequeñas vasijas lanzadas como granadas en el momento previo al abordaje.


TORRES

Las torres fueron utilizadas como elemento ofensivo montadas sobre la cubierta de las naves ya por los griegos. Conocemos su uso como arma de asedio en el enfrentamiento entre siracusanos y atenienses. Alejando Magno, las utilizó también en el asedio de Tiro en el 332 a.C y por fin un general romano, Marcelo, las usará, contra Siracusa en el 214 a.C. La idea  era acercar las embarcaciones con las torres montadas lo más cerca posible de las murallas y una vez allí anclarlas para evitar movimientos y acceder a las murallas. A veces unían dos naves para conseguir mayor estabilidad. Su problema era precisamente ese, la estabilidad, bastando a veces un golpe de otra nave, o un fuerte oleaje para que se cayeran. El mejor lugar para colocarlas era el centro de las grandes naves, cuatrirremes o quinquerremes. Otro inconveniente es que disminuían la velocidad y la capacidad de maniobra de las naves. Conocemos su uso por Agripa, en el siglo I a.C, que ideó un nuevo modelo de torre plegable que se podía almacenar en la bodega una vez finalizada la batalla.


La sambuca, tuvo su origen en la guerra en el mar aunque su uso se extendió a tierra, era una torre que en su parte superior tenía un puente de asalto que al alcanzar la altura necesaria se desplegaba y permitía el asalto de los infantes a las murallas enemigas. Eran de gran tamaño y en su interior podían albergar también otras armas como catapultas o incluso arietes. Conocemos su uso por Marcelo en el asedio a Siracusa, antes citado.



MÁQUINAS DE GUERRA

En las cubiertas de los barcos romanos se instalaban catapultas, escorpiones, balistas, etc. Normalmente se adaptaban a las naves haciéndolas más pequeñas que las usadas en tierra para encajar en las cubiertas donde el espacio era mínimo. Una catapulta podía alcanzar objetivos a unos 200 o 300 metros y hacer varios disparos de rocas de más de 100 kilos antes de entrar en contacto con la nave enemiga.

Ya en el siglo IV a. .C los ingenieros del tirano de Dionisio de Siracusa desarrollaron el arco de torsión capaz de disparar tanto en horizontal, como en en vertical con un alcance de casi 300 metros, a lo largo del tiempo el mecanismo se fue estandarizando y mejorando aumentando su alcance hasta casi los 400 metros y precisión. Lanzaba proyectiles de 1.27 a 1.83 metros de largo que buscaban diezmar la tripulaciónque estaba indefensa ante la potencia de estas armas, que atravesaban los escudos de los infantes y las protecciones de cuero de las cubiertas con facilidad. Fue muy utilizado por los barcos romanos a lo largo de varios siglos.

A estas máquinas hay que sumar el armamento( espadas, jabalinas, etc) de la dotación de infantes de marina que portaba cada barco que también presentaba algunas adaptaciones a la lucha marítima, por ejemplo los escudos eran más pequeños y redondos conocidos como clípeos.

En resumen estas fueron las principales armas, tanto defensivas, como ofensivas que se usaron en los barcos de la marina romana, clave fundamental del poderío militar romano si queremos entender como la Ciudad Eterna extendió su influencia todo el Mediterráneo, ríos como el Danubio o el Rin o a las costas del norte de la Galia o el sur de Britania.


BIBLIOGRAFÍA

FUENTE PRINCIPAL

Este artículo esta basado en:

Sanchez Sanz, Arturo.-- Imperium Maris. Historia de la armada romana imperial y republicana. La esfera de los libros, 2020




Si quieres aprender más:

https://gladiatrixenlaarena.blogspot.com/2018/05/la-marina-romana.html

"La navegación romana" Universidad de Valencia

 "The Roman Army and Navy", David Potter, 2004, Cambridge University Press.