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lunes, 31 de mayo de 2021

LOS VIAJES DE CAYO JULIO CESAR.

Escrito por Federico Romero Díaz

Se han gastado ríos de tinta en escribir sobre la vida de Cayo Julio César que puede ser considerado el romano más famoso de toda la historia. No es nuestra intención aquí la de repetir mil veces lo ya escrito sobre la trayectoria política que le llevó a las más altas cotas de poder ni sobre sus hazañas militares. Vamos a centrarnos en un aspecto de su vida que extrañamente apenas ha sido tratado, al menos a nivel divulgativo. Hablaremos de los numerosos viajes que, a lo largo de su vida, realizó este gigante de la historia romana. Así conoceremos aunque sea de pasada como era ese mundo clásico contemporáneo al conquistador de la Galia.

Rex Harrison interpretando a Julio César, en Cleopatra.

No tenemos constancia de que durante su infancia y adolescencia el joven César realizara viajes significativos. Sabemos que nació en el seno de la familia senatorial de los Julios, muy ilustre y antigua, aunque andaban algo escasos de dinero. Su padre que también se llamaba Cayo Julio César se casó con la influyente Aurelia Cotta que se quedó viuda cuando su joven hijo tenía tan solo 16 años. En una Roma dividida por la política, su familia estaba vinculada a la facción de los populares ya que Julio César era sobrino del poderoso Mario y emparentó políticamente con Cinna, lugarteniente de este, al casarse el joven Julio con, Cornelia Cinna. El matrimonio fue feliz, César fue nombrado flamen dialis, un cargo sacerdotal muy importante en Roma y tuvieron a su hija Julia. Tras la derrota de Cinna por las tropas de Sila, nos cuenta Suetonio lo siguiente:

" César se resistió tenazmente contra Sila, que entonces era dictador y quería obligarle a divorciarse de su mujer, y no pudiendo conseguir su intento le privó de su sacerdocio, de los bienes de algunas herencias de su familia y le consideró consagrado al partido del pueblo"

Es decir, le incluyó en la lista de proscritos obligándole a huir a la región de la Sabina, al norte de Roma para salvar su vida. En este primer viaje nuestro joven protagonista luchará por sobrevivir. Evitaba dormir más de dos noches seguidas en el mismo lugar, vistiéndose y comportándose como un granjero. Trataba pasar desapercibido a los caza-recompensas que se dedicaban a capturar y ejecutar a los proscritos por Sila y su ambicioso liberto Crisógono, que hizo una auténtica fortuna con las confiscaciones de las propiedades de los proscritos. Al parecer en su huida acabó contrayendo una enfermedad y fue capturado, consiguiendo escapar, antes de ser conducido a Roma, gracias al soborno a sus captores. La situación, después de casi un año de huida era insostenible, los familiares maternos de Julio César presionaron con sus peticiones a Sila para que perdonara al joven rebelde, que a regañadientes fue admitido de nuevo en Roma, pudiendo así dar por finalizado ese viaje, más bien huida a través de la Sabina de casi un año.

Ubicación de la Sabina dentro de Italia

Poco le durará la tranquilidad a César, Sila veía en él a la encarnación de su rival Mario. Suetonio nos cuenta que llegó a decir de él:

" enemigo más fatal del partido que conmigo defendeis..."

Sila no le quería en Roma así que le envió como tribuno a las ordenes de Minucio Termo a la isla de Lesbos. Allí la ciudad de Mitilene se resistía a la conquista romana. Para llegar hasta el Helesponto, que es la zona que separa Asia de Europa, César viajó hasta el puerto italiano de Brundisium y desde allí a atravesó el Adriático. Aprovechó para conocer mundo, cosa que hasta ahora, por las restricciones de su cargo sacerdotal, no había podido hacer. Posiblemente atravesaría las Termópilas, donde los 300 espartanos del rey Leónidas  auxiliados por un par de miles de otros griegos de diferentes ciudades bloquearon el paso durante tres días a las decenas de miles de guerreros persas. Posiblemente disfrutaría de otros lugares de Grecia desde cuya costa tomó otro barco que le trasladaría a la isla de Lesbos, donde se encontraba la ciudad rebelde. Se le encargó reclutar una flota en el vecino reino de Bitinia gobernado por el viejo rey Nicomedes, para bloquear el puerto de la ciudad. Cumplió su misión con éxito y llegó a tiempo para participar en el asalto final a sus murallas consiguiendo en esa acción la preciada corona cívica.

Vista satélite de Lesbos. Mitilene aparece marcada en la costa oriental

Volvería a Roma a principios del 79, aunque allí permaneció muy poco tiempo porque en marzo del 78 le podemos encontrar en Atenas donde se relacionará con intelectuales romanos como el famoso editor Tito Pomponio Ático o el gran Cicerón, disfrutando de la vida intelectual de la ciudad. Iba de camino a Cilicia para ponerse a las órdenes de Publio Servilio Vatia que había recibido el encargo de acabar con la piratería de esa región famosa por su gran actividad pirática sobre el comercio en el Mediterráneo Oriental. Cilicia, en la actual Turquía es una zona de gran belleza natural, con una costa accidentada llena de escondites, perfecta para esconderse de la flota romana. César recibió de Vatia de nuevo el encargo de reunir una poderosa flota para Roma con la que poder acabar con estos depredadores de los mares de la Antigüedad. Para reunirla viajó a Rodas, Creta y Chipre islas muy afectadas por sus ataques que con mucho gusto aportaron sus barcos en esta tarea. César llegó a reunir unos 150 barcos para Vatia aunque poco más pudo hacer ya que debía volver a Roma, su esposa Cornelia Cinna, había fallecido al igual que Sila, estamos ya en el 78 a. C

César permanecerá en Roma tres años que dedicará a su carrera política y al brillante ejercicio de la abogacía. En el 75 a. C decidirá de nuevo viajar a Rodas con el objetivo de mejorar su formación con el erudito Apolonio Molón. Atravesó el mar Jónico y llegó a Mileto tomó un nuevo barco para llegar a la ya cercana isla de Rodas, pero en el camino fueron abordados por piratas que a la espera de un rescate se lo llevaron a una isla del Mar Egeo, más al norte donde permanecerá casi un mes y medio a la espera de su rescate. Nos cuentan las fuentes que tras ser liberado y llegar a Rodas armó una flota y volvió a la isla donde había estado cautivo. Saqueó a fondo los tesoros que los piratas habían acumulado allí durante años, y ejecutó o vendió como esclavos a sus antiguos captores. Tras acabar con esta tarea pudo por fin asistir a las clases de Apolonio Molón.

César advierte a los piratas de su venganza, aunque ellos no se lo toman muy en serio

CÉSAR EN HISPANIA

En el 73 ya está de vuelta en la Urbs, donde continua con su carrera política durante tres años más. En el 70 es destinado a Hispania ulterior para servir como cuestor(encargándose de las finanzas de la provincia, de las relaciones con los gobernantes locales, de la seguridad del comercio, y de administrar justicia) En el desarrollo de esta labor conocerá las ciudades más importantes de la zona como Híspalis,  Córduba o Gades importante enclave comercial enclavado entre el Mare Nostrum y el Mar infinito. Allí visitará el Templo de Hércules, que se piensa que estaba en la isla de Sancti Petri, donde ante una estatua de Alejandro se lamentará de, que a pesar de sus 37 años, no haber conseguido apenas nada cuando el gran macedonio a sus 33 años ya había conquistado el mundo.

Cesar ante la estatua de Alejandro. Pintura de Federico Godoy(1869-1939)

Tras un año en Hispania regresa a Roma para casarse con Pompeya Sila, paradójicamente era la nieta de su gran rival. Hasta el 61 a. C no regresará César a Hispania. Esta vez lo hará como gobernador. Permanecerá en nuestra tierra durante dos años en los que prohibirá los sacrificios humanos que aún se realizaban en determinadas  zonas de la Hispania romana como la región al norte de Híspalis(Sevilla) y al sur de Cartago Nova (Cartagena), reorganizó las milicias de las ciudades, creó escuelas gratuitas, mejoró carreteras, el abastecimiento de agua, etc. Aunque lo que aquí nos interesa son sus movimientos por Hispania. Con el pretexto de una incursión de los lusitanos contra la Bética organizó una campaña contra ellos cuyo objetivo era además de someter Lusitania llegar hasta los ricos yacimientos de metales del noroeste peninsular. Para ello reclutó una legión que sumada a las dos que ya tenía, le dieron la fuerza necesaria para lanzarse a la conquista. Embarcó a una de ellas y la dirigió al norte, mientras que con las otras dos se dispuso a atravesar la Lusitania. Obligó a sus enemigos a abandonar la Sierra de la Estela(actual Portugal) incursionó en la cuenca del Duero contra los Vetones y en el limite de los lusitanos y los galaicos se enfrentó a un ejército formado por ambos pueblos a los que venció sin demasiada dificultad. Volvió a su provincia victorioso con un enorme botín compuesto por esclavos, ganado, cereales y muchos metales, sobre todo estaño y más de 300 talentos de oro, teniendo en cuenta que un talento romano eran 32 kilos estamos hablando de más de 9600 kilos de oro. Volverá apresuradamente a Roma y aprovechando la popularidad y riqueza adquirida seguirá con su brillante carrera política siendo elegido cónsul .

Lusitanos se lanzan contra un ejército romano

CÉSAR EN LA GALIA, BRITANIA Y GERMANIA

César es nombrado en el 58 a. C gobernador de la Galia Cisalpina y del Iliricum iniciando una campaña que acabará por someter esa extensa región que se corresponde con las actuales Francia y Bélgica fijando el territorio controlado efectivamente por los romanos en la frontera del río Rin. César justificará esta campaña como una acción defensiva, aunque la mayoría de los historiadores coinciden en afirmar que el principal motivo de su campaña fue el de potenciar su carrera política y la obtención de un inmenso botín con el que pagar sus cuantiosas deudas. Esta campaña nos aparece descrita al detalle por el propio César en su obra Comentarios a la guerra de las Galias, considerada como una obra maestra de propaganda política orientada a influir en lectores romanos. La guerra supuso un enorme coste en vidas humanas. Plutarco nos cuenta que se conquistaron unas 800 poblaciones, 300 tribus fueron sometidas, un millón de galos fueron esclavizados y otros tres millones muertos. Una cifra inmensa si tenemos en cuenta que los cálculos más optimistas cifran en 15 millones la población de las Galias antes de la guerra. Las tropas empleadas en esta conquista fieles a su general victorioso serán empleadas en su marcha contra Roma para hacerse con un poder casi total sobre la ya agonizante República romana.

Mapa de la conquista de la Galia.

Durante el desarrollo de estas campañas en la Galia invadirá Britania en dos ocasiones, alegando que los britanos habían apoyado a los belgas en su lucha contra Roma. Sus acciones se limitarán al sur de la  isla de Gran Bretaña, en el 55 y el 54 a.C. En la primera ocasión desembarca con sus tropas en la actual Kent y parece más una misión de reconocimiento que servirá para que al año siguiente repita su incursión y reponga en el trono de la tribu de los trinovantes a su aliado Mandubracio imponiendo los primeros tributos romanos a algunas de las tribus britanas. César escribió acerca de los elementos geográficos, meteorológicos y etnográficos de la isla aunque no sabemos a ciencia cierta si son muy fiables o más bien estaban basados en rumores y fuentes indirectas más que en un conocimiento directo de una isla en la que no penetró lo suficiente para hacerse una idea global de como era. Su estancia se limitó al oeste de Kent y el Valle del Támesis). Tendremos que esperar a Claudio en el 43 para que, casi 100 años después de la visita de César, Britania se una de una manera efectiva al Imperio romano.

Campaña de César en Britania en le 54 a.C

CÉSAR EN GERMANIA

Estaba César preparando su segundo viaje a Britania, entre el 56 y el 55 cuando recibió noticias inquietantes del Norte. Dos tribus germanas los usípetes y los tencteros, empujados por el avance de los suevos habían cruzado el gran río Rin primero y el Mosa después y habían atacado a tribus galas aliadas de los romanos instalándose en sus tierras y aldeas. A los romanos no les quedaba más remedio que acudir a esa zona a poner orden. Los germanos trataron de establecer una negociación para ganar tiempo con César pero este, enojado por algunas escaramuzas que durante las conversaciones se produjeron, no atendió a sus ruegos apresó a los embajadores y derrotó a los germanos con relativa facilidad. Muchos fueron hechos cautivos y el resto se dispersó volviendo a Germania. Tampoco allí estarían a salvo, César quería ser el primer general romano en pasar a Germania con un ejército. Para hacerlo posible construyó un puente de madera de más de 500 metros de longitud para que sus legiones atravesaran el río y enfrentarse así con garantías a la causa del problema: los suevos.
Maqueta del puente en construcción sobre el Rin

Estos temerosos de la fama del romano no se le enfrentaron directamente retirándose hacia el interior de la región. César después de 18 días sin haber obtenido botín ni victoria decidió retirarse a su orilla del río desmontando en puente para evitar que los germanos entraran con facilidad a la Galia.

NUEVOS VIAJES POR HISPANIA Y GRECIA

Tras su victoria sobre el jefe galo Veringetorix y el nombramiento de Pompeyo como cónsul único, en el 50 a.C César recibe la orden de Roma de licenciar sus legiones y presentarse en Roma, cosa que equivalía a firmar su propia sentencia de muerte, así que decide hacer caso de la primera, ir a Roma, pero ignorando la segunda la de licenciar sus tropas que, fieles a su general, le acompañan Italia. Sus rivales sorprendidos, se retiran de la capital y le dejan el control de Italia retirándose hacia Grecia  para reunir un gran ejército con él que, bajo el liderato de Pompeyo, tener garantías de poder derrotar allí al conquistador de la Galia. En el 49 a.C César en vez de perseguir a sus rivales en Grecia acudió primero a Hispania a enfrentarse a las legiones pompeyanas. Viajó por mar a Marsella y desde allí por tierra a Hispania donde derrotó a las legiones enemigas en la Batalla de Ilerda primero y en Gades después. Es decir César atravesó en menos de un año Hispania y derrotó a las 7 legiones pompeyanas que se le oponían en la península ibérica.



En el 48 a.C ya estaba en Roma preparándose para dar el salto a Grecia y acabar con Pompeyo. Tras una primera derrota cesariana en Dirraquio, ambos ejércitos se enfrentarán en ese mismo año en Farsalia. La victoria de César es total y Pompeyo huye hacia Egipto donde será asesinado por el joven faraón Tolomeo. Atraviesa el Helesponto y bordeando la actual costa turca desembarca en Alejandría. Ya está en Egipto, una tierra que era muy exótica para los romanos y donde tras derrotar en la batalla del Nilo a las fuerzas del Faraón pone en el trono a la que será su amante, la joven Cleopatra. Poco le dura la tranquilidad, porque en el verano del 47 le encontramos en Asia Menor en Zela derrotando al rey Farnaces II, hijo de uno de los grandes enemigos de Roma, el rey Mitrídates del Ponto. Desde allí envía una carta al Senado resumiendo su campaña de cinco días con el famoso "Veni, vidi vinci". El Ponto dejó para siempre de ser una amenaza para Roma.

Tras volver a Roma y poner orden en la capital marcha al Norte de África desembarcando en la ciudad de Hadrumetum( actual Susa, en Túnez) a derrotar a las fuerzas senatoriales que al mando de Catón y Metelo Escipión y Tito Labieno se le oponían. Tras las batallas de Ruspina y Tapso se hizo con el control de toda el África romana huyendo algunos de los optimates como Labieno o los hijos de Pompeyo a Hispania para plantar cara de nuevo a César.


Escipión y Catón contemplan la derrota en Tapso (Serie Rome, HBO)

Durante el 46 y el 45 a.C. César viajará de nuevo a Hispania, la última zona en manos de sus enemigos que aún se le resistía, en especial en la Bética. Allí, en Munda, en la zona de Córduba tendrá lugar una durísima batalla que finalmente se saldó con la victoria de César. Los hijos de Pompeyo, a excepción de Sexto, Varo y Labieno morirán en la sangrienta batalla. Córdoba será arrasada por las furiosas tropas de César, incapaz de controlarlas y Carteya, Híspalis y Gades fueron sometidas por la fuerza.

Estamos en el año 45 a. C y César vuelve a Roma como vencedor celebrando nada más y nada menos que cuatro triunfos consecutivos. César, nombrado dictador por diez años, se ha convertido en el dueño absoluto de la república romana, emprende numerosas reformas internas destinadas a reparar los daños de tres años de guerra civil y a planear sus próximos viajes que, en su caso es lo mismo que decir campañas. Los objetivos eran ahora el reino de los dacios que se corresponde con la actual Rumanía y el Imperio Persa. Su asesinato en los idus de marzo en el año 44 impedirán al romano más famoso de todos los tiempos continuar con unas campañas que le llevaron por el mundo mediterráneo, aunque su recuerdo permanecerá a través de los siglos en nuestro presente.

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viernes, 21 de mayo de 2021

EL DIOS QUE HABITA LA ESPADA. UN SORPRENDENTE VIAJE A LA HISPANIA VISIGODA DEL SIGLO VI. BREVE RESEÑA

Escrito por Federico Romero Díaz

Año 551 el rey Agila es derrotado por una revuelta de los siempre rebeldes ciudadanos de Córduba, descendientes orgullosos de los antiguos romanos. Muchos guerreros visigodos y el heredero al trono visigodo de Toledo, de apenas 13 años, es muerto en la precipitada retirada de las calles de la ciudad. El mejor amigo del príncipe, el noble Valtario presencia impotente como una flecha en la garganta acaba con la vida del príncipe. Sangre goda mezclada con la fría lluvia de ese día. No solo es eso lo que se va a perder en la retirada de la poderosa ciudad, una parte importante del tesoro real visigodo queda en manos de los cordobeses, entre los objetos perdidos de más valor esta el famoso Missoriun, una fantástica bandeja de oro que Aecio, el todo poderoso magister militum romano mandó regalar al rey visigodo Turismundo tras la batalla de los Campos Cataláunicos, en la que godos, romanos y otros pueblos derrotaron a la confederación liderada por los hunos de Atila. Estaba fabricado en oro y gemas preciosas y pesaba unos 163 kilos. También en esa retirada de Córdoba se perderá el objeto más importante del tesoro visigodo la famosa Mesa de Salomón.

Composición en la que se une una representación de rey Agila y otra de la ciudad de Córdoba

Han pasado casi 20 años y el nuevo rey y su brazo armado, un Valtario convertido en poderoso y noble guerrero, no están dispuestos a renunciar definitivamente a esos objetos. Ambos se unirán en su recuperación y en la inmensa labor de unificar la antigua Hispania romana (compuesta ahora por los dominios godos, las tierras independientes como Córdoba o las de Cantabria, en manos de los hispano-romanos, las del sur de la península en manos de los romanos de oriente y las de la antigua Galaecia de los suevos,..) en un solo reino, con una única religión y las mismas leyes para todosY un solo gobierno el de Leovigildo, que tiene además la ambición de crear su propia dinastía y acabar así con las ancestrales luchas por el poder dentro de la nobleza visigoda. Ambiciosos proyectos que tendrán  que superar a numerosos enemigos exteriores que pueden ser vencidos por las armas e interiores, encabezados por la poderosa e inteligente Gosvinta, dos veces reina al ser la viuda del monarca anterior Atanagildo (cuya facción nobiliaria lidera) y esposa del ambicioso rey, Leovigildo, que con tal de acceder al trono y conseguir su sueño, no ha dudado en renunciar a su anterior esposa, la madre de Recadero y Hermenegildo.

Con este arranque argumental se lanza José Soto Chica (profesor contratado doctor de la Universidad de Granada e investigador del Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas de Granada) a narrarnos una apasionante aventura que, a pesar de ser fascinante, está muy próxima a la verdad histórica. Y lo hace con el característico estilo narrativo exhibido no solo en sus exitosos ensayos como "Imperios y bárbaros: La guerra en la edad oscura" o "Visigodos: hijos de un dios furioso" sino también en sus dos anteriores novelas "Tiempo de leones" y "El estandarte sagrado" que giran en torno a la figura del gran emperador bizantino Heraclio, el primer abanderado del cristianismo frente a persas y musulmanes.

José Soto Chica
Sus dos anteriores novelas, incomprensiblemente poco conocidas, son apasionantes por estar llenas de acción, amor, aventuras, mística y heroísmo y todo ello narrado con estilo propio que a mí me gusta llamar "narración poética", al introducir en el texto expresiones que elevan a la novela a un plano superior. Los títulos de sus ensayos y el de esta propia  novela " El dios que habita la espada" son buenos exponentes de este estilo tan característico en José que impregna también los títulos de sus obras. Os dejo las dos primeras frases de la novela para que sepáis mejor a que me refiero:

"Llovía. Agua fría en un atardecer de acero. Agua que se mezclaba con sangre. Era el caos y la tormenta. Era la desesperación y la destrucción de un ejército."

Algo que también me sorprende en esta novela, más que en las anteriores, es la mezcla en la novela de un marco histórico riguroso con la fantasía más desatada y vibrante que hace que al lector le cueste despegar los ojos del texto. José es uno de los mayores y más reconocidos expertos en Tardo-antigüedad, y eso  se nota cuando lees sus novelas. En esta puedes aprender mucha historia sobre los visigodos, sobre su mayores soberanos Leovigildo y Gosvinta, sobre la independiente y orgullosa Córduba, sobre la Sabaría o sobre reino de los suevos. En realidad, con el disfraz narrativo de la novela, el lector esta consumiendo pura y verdadera historia. El mérito es que consigue ligar esta base real con la imaginación más sorprendente. En esta novela vamos a encontrarnos una atractiva mezcla de personajes reales(que predominan en la narración) como los reyes Leovigildo, Gosvinta, Brunequilda, Recadero, Bado, Hermenegildo, Iugunda, etc con otros ficticios pero construidos con tal coherencia histórica que bien podríamos pensar que eran reales como el propio Valtario, la princesa britana Rowen, la noble cordobesa Lucila, etc. Y la mezcla continua con los sucesos que se narran, uniéndose en una sola narración los hechos históricos como las sucesivas conquistas que Leovigildo en su labor de construcción de un reino de Toledo que ocupe todo el solar de la antigua Hispania romana, con apasionantes aventuras llenas de combates, incluso en algunos casos magia y aventuras.

Me han gustado todos los capítulos, aunque he disfrutado mucho con aquellos dedicados al viaje de Valtario, Lucila y Bado por el Mediterráneo del siglo VI, su visita a la Roma de la segunda mitad del siglo VI, su descripción de Constantinopla y las aventuras allí vividas junto al sabio godo Juan de Biclaro. Es una novela perfecta para aprender historia de una manera amena y divertida.
Mapa de las conquistas de Leovigildo.

En conclusión no podemos dejar de leer "El dios que habita la espada" galardonada merecidamente con el premio de Edhasa de Narrativa Histórica 2021. Historia rigurosa escrita por uno de los mayores expertos en la materia, mezclada a partes iguales con aventuras, amor, intrigas palaciegas, magia y guerra. ¿ Se puede pedir más?

Si aún no la tienes puedes hacerte con un ejemplar haciendo click en la imagen:












martes, 18 de mayo de 2021

LA DICTADURA ROMANA. LOS CASOS DE CINCINATO, FABIO MÁXIMO, SILA Y CESAR

Hoy vamos a hablar de una curiosa magistratura romana: la dictadura. Antes que nada debemos aclarar que tenía un carácter distinto de lo que hoy entendemos. En época romana era un cargo que estaba bastante perfilado desde un punto de vista legal. Era un puesto diseñado para dar respuesta y solución a una situación de crisis específica, a un problema de carácter excepcional. Para ello era muy útil concentrar en una sola persona una serie de atribuciones extraordinarias que permitieran afrontar el problema con la agilidad y la fuerza necesaria que fueran precisas. No obstante su capacidad de actuación estaba limitada a la tarea concreta que se le había asignado y a un periodo temporal fijado de antemano, normalmente seis meses.Tampoco podían elaborar leyes, solo decretos y se esperaba de ellos que renunciaran a su cargo una vez cumplida su tarea o cuando se acababa el plazo que se les había concedido. Tenía la potestad de nombrar a un magister equitum, su lugarteniente en el ámbito de lo militar.

Por lo general lo nombraba el Senado mediante un senatus consultum que autorizaba a uno de los dos cónsules a nombrar a un dictador, normalmente un patricio con rango consular. Este senatus consultum era respaldado después por el pueblo en la comitia curiata. Normalmente se elegían para hacer frente a un enemigo exterior, aunque también se nombraban para hacer frente a situaciones de crisis políticas, celebrar elecciones, actos religiosos de importancia, etc . Como otros magistrados romanos, el dictador tenía derecho a mostrar los distintivos públicos de su poder, como el uso de la silla curul, la toga praetexta, y a ser protegido por veinticuatro lictores.

Esta magistratura tendrá su nacimiento y desarrollo durante la República y con la llegada del Imperio verá su final debido en gran parte al uso distorsionado de las facultades que el puesto otorgaba. Tras la muerte de César, que había sido nombrado en el 44 a.C dictador vitalicio con el poder de nombrar magistrados, su magister equitum, Marco Antonio propuso una serie de leyes que establecían la abolición formal de la dictadura. En el 23, Augusto que era sobrino y heredero político de César rechazó el ofrecimiento del Senado a ser nombrado dictador y siguiendo su ejemplo ninguno de sus sucesores adoptarán ese título.

Fotograma  del asesinato de César( Serie Rome HBO)


Vamos a hablar de algunos de los dictadores más importantes de la historia de Roma:

LUCIO QUINCIO CINCINATO(519 a. C.-430 a. C)

En la segunda mitad del siglo V, las continuas incursiones de volscos, sabinos y ecuos en los dominios de Roma y de sus aliados más próximos eran una amenaza constante. En el 460 a.C atacaron Tusculum y derrotaron a un ejército consular amenazando a la propia Roma. La situación era crítica y los dos cónsules romanos se mostraron de acuerdo en nombrar a un dictador para afrontar la amenaza con más garantías de éxito. Cincinato, con un brillante historial tras haber reprimido una insurrección en la ciudad era el candidato ideal. No sabemos si es cierto o forma parte de su leyenda, pero algunas fuentes nos cuentan que su éxito le había costado la mayoría de sus propiedades, que tuvo que malvender, y el exilio de su hijo a Etruria, al estar implicado en linchamientos de plebeyos durante la revuelta. Desengañado se había retirado de la vida pública y explotaba con sus propias manos una pequeña granja que había conservado en las afueras de Roma.
Roma y los pueblos que la rodeaban entre los siglos VIII y V a. C

Cuando le fue expuesta la situación por los  cónsules, no lo dudó abandonó el arado, vistió la toga y se dirigió al Foro para asumir su dictadura por seis meses, nombró a su magister equitum(Lucio Tarquicio) y enroló a los varones en edad militar para dirigirse a socorrer al ejército romano amenazado por los ecuos. Ya cerca del campamento enemigo, aprovechando la noche, ordenó construir una empalizada para rodear al enemigo que al verse atrapado en una pinza acabó por rendirse, dejando el Dictador que abandonaran el campo de batalla a condición de entregar a sus jefes. Tras la victoria, permitió a sus soldados el saqueo del campamento de sus rivales. A su regreso a Roma, los tres principales lideres ecuos fueron humillados haciéndoles pasar por debajo de un yugo para escenificar su derrota. Estamos en el año 458 a. C, dieciséis días después de ser nombrado y considerando su labor acabada, renunció a su dictadura y volvió a su granja. En el 439 a. C con 80 años volvió a ser nombrado dictador. En este caso tenía que afrontar el peligro interno que suponía el rico plebeyo Espurio Melio que, aprovechando la escasez de trigo, usó su riqueza para comprar una gran cantidad de grano y repartirla al pueblo romano que agradecido lo elevó a la candidatura del consulado. Se rumoreaba, tal vez exageradamente, que buscaba ser rey y que almacenaba para conseguirlo armas en su casa. Nombró como magister equitum a Cayo Servilio Estructo Ahala que tendió una inteligente emboscada a Melio el día que pretendía ser nombrado cónsul, acabando con su vida mientras trataba de huir. Cincinato volvió a renunciar a la dictadura falleciendo a la edad de 90 años, convirtiéndose en el perfecto ejemplo de lo desinteresado que debe ser un político.

QUINTO FABIO MÁXIMO  (280-203 a.C)

Fue un gran político y general romano que llegó a ser censor, cónsul hasta en cinco ocasiones y dictador en dos ocasiones. A su nombre se añaden los términos de Verrucosus en alusión a una verruga que lucía en su labio superior, Cunctator que significa él que retrasa, por sus tácticas de guerrilla al afrontar la guerra contra Aníbal y Ovícula( el cordero) por la suavidad de su carácter.

En el 221 fue nombrado dictador por primera vez para que organizara la correcta celebración de unos comicios. Ya con 63 años, en el 217 a.C fue nombrado por segunda vez dictador para tratar de poner remedio a la desastrosa situación militar de Roma. Fue en el marco de la segunda Guerra Púnica (219-201 a.C), tras la derrota ante el cartaginés Aníbal en el lago Trasimeno.
Aníbal contempla como sus tropas derrotan a los romanos en el Lago Trasimeno

Lo normal es que este nombramiento lo hicieran los cónsules, pero en este caso lo tuvo que tramitar en Senado. Consciente de la inferioridad militar de Roma ante el cartaginés evitó presentar batalla directamente dedicándose a hostigar a pequeños destacamentos enemigos y a atacar sus líneas de suministros, generando un  desgaste que Aníbal acabará pagando caro. Su cautela llegó a ser mal interpretada por sus rivales siendo tachada de cobardía, tal vez solo Aníbal era consciente de lo acertado de ese comportamiento. Su propio magister equitum Marco Municio Rufo se convirtió en su rival, encabezando las protestas contra su manera de actuar, y consiguió el mando del ejército en días alternos, es decir, un día el mando lo tenía el magister equitum y al siguiente el dictador que en la batalla de Geronium salvo in extremis a Municio. Este, agradecido a Fabio Máximo, renunció al mando alterno y se puso de nuevo a sus órdenes. Fabio al pasar los seis meses legales de su mandato renunció a la dictadura, devolviendo el mando a los cónsules.

Pasará a la historia como un símbolo del romano prudente pero fuerte y valeroso. Durante la guerra de la independencia norteamericana el general Washington será honrado con el apelativo del "Fabio americano". Dará nombre a una doctrina estratégica conocida como "Táctica fabiana" y una parte del movimiento obrero en Gran Bretaña adoptó el nombre de Sociedad fabiana.

LUCIO COPRNELIO SILA (138 a. C.-78 a. C.)

Llegó a ser uno de los más notables políticos y militares romanos de la era tardo-republicana. Líder del bando de los optimates, llegó desempeñar numerosos cargos como el de Cónsul en los años 88 a. C. y 80 a. C. y el que más nos interesa en este artículo el de dictador. 

Tras derrotar a Mitrídates del Ponto en el 86 a.C, volvió a Italia donde sus rivales, los populares, se habían hecho con el poder en Roma.  Tras su victoria se hizo nombrar Dictador, una magistratura que a esas alturas estaba ya en desuso ( no se utilizaba desde los tiempos de la Segunda Guerra Púnica(218-202 a.C). Su dictadura tuvo un carácter muy peculiar ya que se saltó el tradicional periodo de seis meses, haciéndola indefinida. se hizo conceder poder expreso para redactar leyes y organizar el Estado pudiendo aprobar decretos sin la necesaria consulta al Pueblo. Pretendía fortalecer el Senado y limitar el poder de los Tribunos del Pueblo que ya no podían vetar leyes o nombramientos, ni ejercer otro cargo público. Tampoco podían proponer leyes sin la aprobación previa del Senado. Recuperó los antiguos plazos y edades para seguir el cursus honorum y aumentó el numero de cuestores, pretores y senadores.

Además de estas reformas institucionales Sila estaba decidido a acabar físicamente con sus adversarios políticos declarándolos a través de las proscripciones, enemigos públicos. Se puso precio a sus vidas y se ofreció impunidad y recompensa económica a sus captores. Aparecer en la lista de proscritos suponía no solo el alto riesgo de perder la vida, también la pérdida de sus derechos como ciudadanos romanos, la de sus propiedades y bienes que quedaban confiscados por el Estado. 
La lista con las proscripciones es expuesta en el Foro

Fueron muchos los que asesinados y aunque los cálculos varían de un historiador a otro se afirma que murieron más de 40 senadores romanos y unos 1.500 caballeros, que adornaron con sus cabezas el Foro romano. Fuera de Roma también corrió la sangre en Praeneste, o en Nola o Capua que fueron arrasadas, otras como Pompeya vieron como sus tierras se reconvertían en colonias donde asentar a los legionarios veteranos del todopoderoso dictador.

A finales del 81 y sintiendo flaquear su salud, consideró acabada su tarea de reforma total del Estado y renunció voluntariamente a su dictadura, al año siguiente y tras acabar su consulado se retiró de la vida pública, marchó de Roma a vivir sus últimos días como un particular en su casa en el golfo de Nápoles donde murió por causas naturales un par de años después. Tirano para unos, gran militar y reformador político para otros Sila se convirtió por méritos propios en uno de los personajes más trascendentes de la historia de Roma. 

CAYO JULIO CESAR(100-44 a. C)

Sus grandes logros militares, políticos y literarios han hecho que sea el personaje más famoso de la historia romana dejando una huella imborrable en nuestra cultura literaria, en el cine, en la novela y el teatro y en el arte a lo largo de los siglos. Aquí nos vamos a centrar en el periodo final de su vida, en su fase como dictador de Roma.

Tras la conquista de las Galias y ante la hostilidad de sus rivales en el Senado de Roma César toma la decisión de trasladarse con parte de sus veteranas legiones a Italia y cruza el Rubicón. El partido senatorial, encabezado por Pompeyo solo podía oponer una pocas tropas mucho menos experimentadas. Se retiran apresuradamente de la capital dejando incluso el tesoro del Templo de Saturno en manos cesarianas. de allí viaja primero a Hispania donde derrota a las legiones pompeyanas en Ilerda y después a Grecia para enfrentarse en Farsalia a sus adversarios. La victoria será aplastante. Pompeyo es asesinado en su huida a Egipto y de regreso a Roma es nombrado dictador con Marco Antonio como su Magister equitum. Usó su autoridad para convocar elecciones legalmente y fue elegido Cónsul. Adoptó una serie de medidas legales en el ámbito económico para aliviar el problema de las deudas. Concedió el derecho de ciudadanía a las comunidades de la Galia Traspadana. Dejó en diciembre  de ese año la Dictadura considerando cumplida su tarea.
César cruza el Rubicón al frente de sus tropas(EScena de la serie de HBO Rome)

Tras las nuevas victorias que obtiene sobre sus rivales en África y sobre Farnaces, rey del Ponto retorna a la capital donde el Senado ahora fiel a su figura le afianza aún más en el poder nombrándole dictador en la primavera del 46 a. C por un plazo de diez años, algo sin precedentes en la historia de la Urbs. Allí se encargará de celebrar cuatro triunfos por sus victorias en la Galia, Egipto, Asia y África que dejaron boquiabiertos a los ciudadanos romanos por su lujo, duración y dimensiones. Recompensó a sus tropas con tierras y dinero, distribuyó alimentos a los romanos, bajo el precio de los alquileres, y ofreció espectáculos de gladiadores, carreras de carros, atletas, naumaquia, etc.
En el invierno del 46 volvió a Hispania a combatir a las fuerzas levantadas en su contra por los hijos de Pompeyo a los que derrotó en la Batalla de Munda. A su vuelta reunió en su persona todos los poderes que aún no le correspondían dejando al Senado, que amplió a 900 miembros, como una mera cámara consultiva. Se hizo nombrar Cónsul sine colega y se convirtió en dictador perpetuo, Cónsul por 10 años y jefe supremo del ejército. Además de estos poderes, ya era Pontífice Máximo (un cargo vitalicio) y monopolizó la Potestas Tribunicia. Como dictador desarrolló una intensa actividad constructiva destacando el Foro de César, finalizado por Augusto, en el centro del cual se levantaba una enorme estatua ecuestre de César ante el templo de Venus Genetrix, de la que decían descendían los Julios.

Julio César murió asesinado en una conspiración dirigida Casio y Bruto( en los Idus de marzo). Su muerte impidió acabar algunas de sus reformas, aunque otras como el cambio del calendario (que se mantuvo hasta el siglo XVI), una nueva ley municipal que concedía mayor autonomía a las ciudades o el reasentamiento como agricultores de las masas italianas proletarizadas si que se llevaron a cabo y pusieron las bases para que Roma dispusiera de un gobierno más eficiente capaz de afrontar con éxito y mayor eficacia los retos que su papel como primera potencia del mundo conocido.
Viñeta del cómic Axterix y Obelix

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BIBLIOGRAFÍA

Osgood, J. (2019).-- Roma. La creación del Estado mundo.-- Madrid: Desperta Ferro, 2019
https://historiaeweb.com/2020/09/30/dictadura-de-sila-roma/
Suetonio, Cayo.-- La vida de los doce césares.-- Madrid: Gredos
Montanelli, Indro.--Historia de Roma.-- De Bolsillo, 2001


sábado, 1 de mayo de 2021

EL LEGIONARIO DE PERMISO

Escrito por Federico Romero Díaz

Durante los más de 20 años que podía durar el servicio militar de un legionario estos vivían en campamentos, normalmente en el limes, sometidos a la dura disciplina a la que se sometía a las legiones romanas. Gracias a este rigor los legionarios integraron una maquinaria perfecta muy difícil de vencer en batalla y capaz, también de construir carreteras, puentes, acueductos, diques, etc.

Legionarios de permiso(escena serie "Roma")


El alistamiento implicaba un drástico cambio en la vida del recluta, aunque a cambio se le garantizaba un buen salario, asistencia sanitaria, comida y alojamiento, posibilidades de promoción interna, ventajas judiciales, la posibilidad de aprender un oficio así como un digno retiro al final de su servicio. A cambio el legionario debía someterse y cumplir las órdenes de sus superiores, soportar los castigos que se consideraran oportunos y renunciar a casarse legalmente, al menos hasta la época de Severo(193-211).

Castigo a legionario romano, serie Roma

Los legionarios debían pasar revista diaria, cumplir con las tareas que se les asignaban y adiestrarse con su unidad realizando largas marchas, desfilando y entrenándose en combates, batallas ficticias. Un duro día a día del que a veces conseguían escapar para descansar en las termas, acudir al templo o incluso en algunos casos al anfiteatro o visitar las canabae vecinas del campamento, donde, además de vivir las familias de los legionarios, existían numerosas tabernas, mercaderes, prostíbulos, etc donde los militares podían gastarse sus denarios.

Una dura vida cotidiana con pocos resquicios para el descanso y el ocio. La pregunta surge cuando nos planteamos si era posible que un legionario disfrutara de un permiso prolongado para ausentarse durante un mes o más de sus obligaciones y poder así, por ejemplo, visitar a su familia si esta residía en una ciudad lejana. Era muy frecuente el sentimiento de abandono de muchos legionarios ante la falta de noticias por parte de sus familias, por ejemplo el egipcio Aurelius Polión, soldado de la Legio II Auditrix destinado en la actual Hungría escribe en estos términos a su familia:

“No he dejado de escribiros, pero vosotros no me tenéis presente. Yo cumplo con mi parte escribiendo siempre y no dejo de pensar en vosotros y os llevo en mi corazón. Vosotros no me escribís ni me contáis cómo estáis, o qué tal vuestra salud”


Para estos legionarios los permisos eran una gran oportunidad de mantener el contacto con sus lugares de origen ¿Realmente existían estos permisos? si. Los permisos existían y vamos a centrarnos tratar de vislumbrar como podía un legionario tomarse uno de esos preciados destinos.

Durante el siglo I y probamente después, cuando las legiones se retiraban a sus cuarteles para pasar el invierno, un legionario de cada cuatro podía tomarse permiso, al menos en teoría. Nos cuenta Vegecio que la tarea de tomar nota de estos permisos correspondía al secretario de cada unidad. Sin embargo su disfrute no era gratuito, ya que el legionario que aspirara a ese privilegio debía de pagar una cantidad, que variaba en función de la riqueza de cada uno, al centurión de su unidad.


El sistema que era francamente injusto acabó provocando protestas entre la tropa que aprovechando la debilidad del trono en el año 69, conocido como el año de los cuatro emperadores consiguió que Otón prometiera que sería el tesoro imperial el que se haría cargo del pago de estos permisos a los centuriones, así no perdía el apoyo de estos oficiales y tampoco el de los legionarios. Como Otón murió a los pocos meses será su sucesor Vitelio el que tenga que mantener su promesa a la tropa, siendo esta mantenida por los posteriores emperadores. Nos lo cuenta Tácito(Tac., H, I 58)

" Pagó las cuotas de permiso a los centuriones con dinero del tesoro imperial.... Sin duda fue una reforma beneficiosa... Y más tarde los buenos emperadores la establecieron como norma permanente del servicio·"

Cuando un legionario se marchaba de permiso a un lugar lejano, era complicado avisarle para que volviera en caso de emergencia, por eso siempre se trato de mantener en un cierto límite la concesión de estas licencias temporales. El militar al partir dejaba sus cascos, armaduras, lanzas, etc en el campamento aunque podían seguir llevando su gladio y su pugio allí donde fueran, incluso en las ciudades, donde solo ellos podían portar armas. También se les distinguía de los demás por que calzaban sus sandalias militares.

Era fundamental llevarse bien con el centurión de tu unidad para poder pasar una vida aceptable en el campamento y fuera de él. El pago de una buena cantidad podía suponer no solo la concesión del ansiado permiso, sino también la asignación de tareas más leves dentro del propio campamento.

No en vano un soldado llamado Claudio Terenciano nos cuenta que en las legiones "no se consigue nada sin dinero".

Podemos concluir que si bien la vida de un legionario era dura, no solo por la disciplina cotidiana o el riesgo de morir o ser herido en batalla, no implicaba una ruptura con el núcleo familiar del legionario, ya que este podía mantener cierto contacto a través de cartas y las visitas durante el disfrute de esos permisos, en especial si no había sido destinado demasiado lejos de su localidad de origen.

Bibliografía

Legiones de Roma/Stephen Dando Collins.-- Madrid: Esfera de los libros, 2012.

 Manual del legionario romano/Philip Matyszak.--Madrid: Akal, 2010.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/legiones-roma-vida-campamento_6358

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